Capítulo 14: Almost Ashes

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El tiempo pasó. Fue tanto un gateo agonizante como una aterradora carrera suicida. No podía seguir las conversaciones a su alrededor, pero se había enterado de algunos fragmentos. Regulus y Narcissa habían estado buscando en todos los libros, buscando desesperadamente algún tipo de milagro. Si hubiera tenido fuerzas, Harry les habría dicho que era un esfuerzo inútil. Draco rara vez se apartaba de su lado. El rubio parecía agotado, las bolsas moradas bajo los ojos eran una característica casi constante.

Después de un siglo en el infierno, el rostro de Sirius apareció sobre él.

-¿Cuánto tiempo lleva catatónico?-.

-Casi desde que fue depositado. Parece que está retrasando la progresión de su consumo. Al menos, si sus ojos sirven de algo-, respondió Draco.

-Eso es algo, supongo. Quién hubiera pensado que su depresión serviría para algo-.

El sabor demasiado familiar de la sangre pasó por sus labios forzados a separarse y lo tragó por reflejo. Había aprendido la diferencia entre la sangre de sus compañeros de manada. El leve sabor de Draco, el agridulce de Bellatrix, la suave riqueza de Narcissa y la fuerte réplica de Regulus. Como no estaba tan familiarizado con esta sangre, supuso que tenía que ser la de Sirius. Fue el sabor de volver a casa con una fuerza oculta en ella lo que lo despertó de sus pensamientos sensibleros. Parpadeó rápidamente hacia su padrino, sintiendo la sequedad de sus globos oculares por primera vez en mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo había pasado?.

Se incorporó lentamente, obligándose a no inmutarse por el fuego que ardía en su interior como si fuera pinchado por un atizador. Sirius se sentó a su lado después de mandar a Draco a dormir.

-¿Supongo que tu presencia aquí es una prueba de que eres inocente?- preguntó Harry, con la voz ronca por el desuso.

Sirius sonrió. -Claro que soy inocente. Madame Bones es un regalo del cielo. Por no mencionar que detesta cualquier tipo de traición. La mujer es una hufflepuff hasta la médula. Se ensañó con Peter en el momento en que el Veritaserum hizo efecto. Le obligó a admitir todas y cada una de las verdades sobre sus acciones y basta con decir que el ministerio va a detener su campaña de desprestigio. Sin mencionar que habrá un voto de no confianza en el querido Fudgey. Las reparaciones que me van a pagar tampoco son nada del otro mundo. Merlín no permita que se responsabilicen de la mierda que me hicieron pasar-.

Harry intentó sonreír pero sabía que no le llegaba a los ojos. -¿Les has pedido que busquen a Snape?-.

Sirius hizo una mueca. -Sí. Madame Bones se niega a señalar a nadie rápidamente, pero está eligiendo a dedo a un grupo de aurores para que lo busquen. Espero que encuentren al murciélago de las mazmorras-.

-Si tuviera la energía, te abofetearía. Pues resulta que hazme el favor de abofetearte a ti mismo-.

-No era un insulto. Estoy un ochenta por ciento seguro de que su animago es un murciélago y siempre ha preferido las mazmorras-.

Harry se desplomó contra su padrino. Estaba demasiado cansado para discutir sobre semántica. Sirius le pasó un brazo por los hombros y empezó a cardarle el pelo. Los movimientos eran relajantes y pronto Harry se desmayó.

El fuego era ya inevitable. Incluso con la sangre de su compañero de manada, estaba ardiendo. Era el momento de dejar que lo consumiera. Había logrado escabullirse de los demás y se había acurrucado en una de las guaridas. No necesitaban verle convertido en ceniza y carbón. Harry se apretó contra la tierra, con la esperanza de suprimir el calor que había en su interior, y sintió que la magia de los terrenos se filtraba en su piel.

Comenzó a desmayarse, pero se sintió diferente. Como si estuviera flotando. El fuego seguía allí, pero era como si flotara en el aire caliente que había sobre él, en lugar de ser consumido por él.

TOUJOURS PUR - A FAMILY SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora