Me mantuvo en cama tratando de no entrar en pánico por lo que había hecho, no podía borrar mis acciones, las flores en mi escritorio me hacía recordar lo mal que había actuado pero era demasiado tarde, no podría ir con Estefani y decirle <<estas flores son para ti pero las robe >> suena estúpido.
La puerta del balcón se abrió y Demián entro, camino directo a la cama y se acostó a mi lado.
— ¿Lloraste? — supuse que mis ojos estaban hinchados. Solo pude asentir. — Joder ¿que ha pasado? La última vez que lloraste fue cuando tu padre se fue.
— Hice algo malo —fuí sincera, si en alguien confiaba era él — no pude evitarlo y eso me llevo a explotar.
— Te he dicho que no puede hacerte la fuerte todo el tiempo. Sea lo que sea podremos solucionarlo.
Mire de nuevo el ramo de flores.
— Le robe a Estefani las flores que le mandaba Joe, pensé que si dejaba que las recibiera perdería a tu hermano para siempre.
— ¿No crees que eres paranoica?
— Todo esto desde el principio me causo dolor y quise hacer como si no me importara pero...
— No digas más, tranquila.
Las lágrimas siguieron brotando, no se como explicar la sensación en mi pecho es como si algo lo estubiera oprimiendo, pensar que Joe no es mío me pone ansiosa. Aquella noche dormí entré lágrimas.
Un golpeteo a mi puerta me hace despertar, me siento triste y vacía.
— Daniela apresúrate. Recuerda que hoy te quitan el yeso — grito mi madre desde el otro lado de la puerta.
Después de arreglarme baje a la cocina en donde ella estaba.
—¿Por qué te has puesto el uniforme? Hoy no iras a la escuela — dice mientras sirve el desayuno.
— ¿Debo ir a cambiarme?
— No importa, si da tiempo te paso a dejar — ella me mira detenidamente —¿estuviste llorando?
—No.
— No me mientas tus ojos están hinchados ¿qué pasa?
— No es nada, de verdad que no es nada mamá.
Sentía miedo de abrirme a mi madre, no se cuanta confianza pueda depositar en ella, no se si me regañara por hacer todo mal.
— Si algo pasa dímelo, quizás entre las dos podamos buscar soluciones.
Ella es tan buena, tan amable, fingiendo que es feliz pero aun puedo verlo, ella tambien llora por las noches, bebe sin control y se culpa por lo que hizo mi padre. Ella no esta mejor que yo, esta peor si hablamos de sentimientos. No puedo imaginar que es vivir con alguien por casi veinte años y de la noche a la mañana te deje porque no eres su esposa original.
La retirada de yeso nos llevo al rededor de dos horas ya que tuvimos que esperar al doctor, después de eso mi madre volvio a su trabajo y yo tome un autobús a mi colegio.
Cuando llegue lo primero en mi lista era encontrar a Jen para disculparme. Era receso así que fui hasta su aula. Para mi suerte estaba ahí.
— Hola — digo mientras me pongo enfrente.
Ella estaba con los audífonos y después de sacarlos los deja sobre el pupitre.
— Hola Dani.
— Quería disculparme por lo del otro día, no debí decirte bueno si debí pero no así.
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Nuestros Caóticos Días
Teen Fiction"Tengo el corazón roto, se me ha vuelto piedra. Yo no valgo nada, eso es lo peor de todo no valgo nada". Justo esas palabras describirían lo que ahora siento. Esta historia no es más que la de mi corazón roto, una historia llena de hipócritas, ad...