Capítulo 8

61 22 13
                                    

La vida esta llena de momentos felices así como tristes. Atesoramos los momentos que nos brindan recuerdos felices,  pero los que nos hacen sentir devastado los enterramos muy dentro de nosotros.

El lunes siguiente a la fiesta al llegar al colegio todo parecía normal o al menos eso creí hasta que entre a mi salon, todos me miraban mientras caminaba a mi lugar,  cuando llegue hasta ahí una "x" roja estaba marcada en mi escritorio. No entendía el porque de eso.

Trate de no tomarle importancia pero realmente estaba muy ansiosa por saber de que se trataba. A mi alrededor no habían parado de murmurar desde que entre en el aula.

—¿Sabés quién hizo esto? — le pregunte a mi compañera de la derecha.

—¿No sabes?  Has sido marcada como una esclava.

—¿Esclava? ¿que clase de persona hace esto? — ella señala hacía enfrente.

Un grupo de cuatro personas camina hacía mi,  no los conozco pero por su forma de mirarme siento como si les hubiera hecho algo malo. Ellos se detienen enfrente de mi.

—¿Nos recuerdas? — negué con  la cabeza.

—Oye ¿cómo no nos recuerdas?  Nos enfrentaste la noche del partido, por tu culpa una de nuestras esclavas salio corriendo — dice el chico flacucho y alto.

— ¿Y? — respondo fría.

Todos mis compañeros de clases posan sus miradas en nosotros,  aparte del chico flacucho hay otro un poco robusto con el cabello parado,  las chicas son delgadas y con una pinta nada buena.

— Si no quieres que acabemos contigo tendrás que hacer lo que te decimos.

Dan la media vuelta y salen del salón,  no le tomo importancia por que las palabras no me dan miedo,  se que muchos tratan de tener una "venganza" hacia mi pero nunca hacen nada.

Aquel mismo día después de regresar de la cafetería encontré mis cuadernos tirados al rededor de mi lugar,  cuando los recogí pude notar que adentro en ciertas hojas tenían goma de mascar pegadas.

— Que bromas tan infantiles — digo para mi misma.

No me preocupa que esto pueda escalar a más,  mi hermano siempre me ha dicho que si alguien trata de molestarme lo ignore,  con el tiempo se cansara y dejara de hacerlo. Espero tenga razón.

El domingo por la mañana de aquella misma semana desperté temprano, salí de mi habitación. Podía escuchar ruido saliendo de la habitación de mi hermano.  No le tome importancia y baje hasta la cocina,  en mi mano llevaba una bolsa con hierba, debía preparar brownies y llevarlos con Logan. Me puse manos a la obra y mientras hacía la mezcla de vez en cuando tomaba una que otra cucharada del plato de cereal que me había servido.

De pronto mi concentración se enfoco en algo o mas bien alguien mas,  <<Joe>> no sabía porque,  pero desde que el había vuelto aparecía seguido en mis pensamos. Siempre he sabido que no es amor,  es un simple enamoramiento. Porque para ser amor,  debes conocer bien a alguien ¿ no?
Después de terminar de hacer los brownies,  tome mi bicicleta, no quería molestar aquel día a Demián.

Al llegar al bar estacione la bicicleta en el mismo callejón de siempre, la escondí detrás de unos botes de basura esperando a que no sea robada. Entre por la puerta principal que chillo al ser abierta, caminé hasta la barra donde Logan me esperaba con una gran sonrisa. La risas de un par de hombres sentados en una mesa al fondo llamo mi atención.

—¿No se supone que esta cerrado el bar? — me puse en un banco frente a la gran barra.

— Son unos amigos del dueño,  parece que es alguna clase de reunión — él limpiaba unos tarros de cerveza. Coloqué la charola sobre la barra. De pronto una voz me tomo por sorpresa,  un hombre de cuarenta años salía del baño de caballeros.

Nuestros Caóticos Días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora