Ahí estaba yo, aburrida viendo por la ventana de mi salón, veía como los árboles comenzaban a teñirse de ese tono naranja que marca el inicio del otoño. El ruido de mis compañeros platicando, gritando y de aquí para acá me sacaba de mi concentración en los árboles, intentando no pensar nada vino a mí el recuerdo de hace dos semanas, en la noche que Jack me había besado. Fue una total sorpresa para mí, sobre todo porque al día siguiente no lo recordaba hasta que estando en casa de Demián, me cuestionaba sobre lo que había pasado esa noche y conforme le fui contando los recuerdos vinieron a mí. Claro que lo del beso no se lo conté. El por qué no lo sé.
Las últimas dos semanas no había podido dejar de pensar en eso.
Me alegro tener esos pensamiento en lugar de pensar en los problemas que he tenido los días pasados, por ayudar a Nao me convertí en alguien que recibe bullying, aunque no soy esa clase de persona solo lo hago por ayudarla, aunque le he insistido que los reporte ella solo se disculpa y dice que no puede.
– Daniela, te buscan en la puerta – una chica cuyo nombre no conozco se había puesto a mi lado haciendo que saliera de mis pensamientos.
– Gracias – caminé hasta la puerta y ahí estaba Jen, se veía con los ojos llorosos y rojos.
– ¿Qué ocurre? – ella se acercó a mí y escondió su rostro en mi hombro. Nunca antes la vi llorar ni actuar así.
– Joan me término – dijo entre sollozó. Realmente no conocía de todo al chico ella mantenía su relación muy discreta.
– Tranquila, vamos hablar a otra parte – caminamos hasta el patio trasero, buscamos una banca para poder estar más cómodas, el timbre que marcaba el final del receso sonó pero nosotros nos quedamos ahí.
– Bien, ahora dime que fue lo que paso.
– El fin de semana pasado fuimos a una fiesta y lo descubrí con una chica en el baño, fue doloroso – sus lágrimas no dejaban de caer.
– ¿Pero? – me detuve un momento a pensarlo, recordé que ella había besado a Demián en todo caso ambos fueron infieles.
– ¿Pero qué? — me miro y no supe que decir, no podía revelar que lo sabía – Ah claro, ya lo sabes; Demián no pudo ocultarlo.
Me encogí de hombros ella dio una pequeña risa y guardo silencio. La verdad es que no soy buena para consolar así que no tenía nada para decirle, en verdad quería apoyarla pero no sabía que decir, lo mejor que pude hacer ser clara.
– Sabes que soy mala para esto, pero desahógate yo aquí te estaré escuchando y apoyado.
– Es que yo creí que estaríamos siempre juntos, no sé cómo haré para estar sin él, lo necesito, necesito que este a mi lado.
– Tranquila, todo pasa por algo, puede que ahora duele pero veras que pronto pasara y encontraras alguien mejor.
Nunca pensé que llegaría a verla así, pero tenía que reconocer que ella es humana y sobre todo una chica. El hecho de que rara vez sonría, nunca diga lo que siente y sea muy seria no quiere decir que no sufra por amor.
– No quiero encontrar alguien más Dani – me miró con unos ojos muy tristes lo único que pude hacer fue abrazarla y quedarme ahí con ella.
Después de clases me reuní con Demián en su práctica de futbol, por mi parte ya había acabado la práctica con las porrista, Jen nunca me prohibió no contarlo así que se lo platiqué a mi amigo, supuse que si ella le gustaba esta sería la oportunidad para que estuvieran juntos.
– ¿Me estas jodiendo? Lo del beso fue un impulso no quiere decir que ella y yo vamos a salir, no me gusta de esa forma.
– Pero tampoco me grites, solo te estoy contando lo que pasó y solo fue una idea que te doy si no quieres solo deséchala y ya.
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Nuestros Caóticos Días
Teen Fiction"Tengo el corazón roto, se me ha vuelto piedra. Yo no valgo nada, eso es lo peor de todo no valgo nada". Justo esas palabras describirían lo que ahora siento. Esta historia no es más que la de mi corazón roto, una historia llena de hipócritas, ad...