Una triste despedida.

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Aquella mañana todo era perfecto y hermoso como si fuera un sueño. El sol pasaba por mi ventana en el segundo piso lo que hizo despertar, a pesar de lo cansada que estaba me levanté, la noche anterior no pude dormir bien por quedarme estudiando hasta tarde para los exámenes de ingreso a la secundaria. Las fechas de inscripción comenzaron desde el 7 de enero y finalizaría el 16 de febrero en este año.

No me quedaba mucho tiempo para prepararme por lo que esos días no comí casi nada y solo me fui directamente a la biblioteca cerca de mi casa para repasar los temas durante horas y horas hasta llegar la noche, mi relación con mi mamá no era muy amistosa en comparación a la de mi hermana mayor.Todo como una especie de rutina cansada.La biblioteca era mi lugar de consuelo y uno de mis libros favoritos era cumbres borrascosas y crepúsculo, siempre imaginaba estar con Edward Cullen y su familia, pero no lograba encontrar una buena solución con lo de su amor, ultraje en las matemáticas y ecuaciones. Pero solo los podía leer en ese lugar por qué no tenía dinero para comprarlos fácilmente y leerlos todo el tiempo.

—Creo de ya es tarde. —dije algo triste por la hora.Cerré el libro y me pare de la silla de donde estaba, solo dejé el libro en la mesa sin refutar nada y me dirigí a la salida casi corriendo por la hora, eran como las 4 de la tarde.

En mi mete siempre repetía una frase de uno de los libros, pero nunca supe porque la vida era así conmigo si no era mala y no desobediencia a mis padres.«Fuera porque ella había agotado todas las lágrimas o porque su tristeza era demasiado aplastante para dejarla correr, lo cierto es que permaneció sentada con los ojos secos hasta que salió el sol.»Cada minuto que pasaba era mi sentencia de muerte por no llegar temprano como mi hermana, siempre me comparaba con ella desde pequeña, con la misma frase de siempre "Si ella puede, porque tu no".

En camino a casa volando de lo rápido que iba para que no me regañaran mas no me di cuenta de que estaba lloviendo y las gotas de agua que caían del cielo me empaparon los ojos lo que hizo que me resbalara en el lodo y me entrara en mis párpados y...

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En camino a casa volando de lo rápido que iba para que no me regañaran mas no me di cuenta de que estaba lloviendo y las gotas de agua que caían del cielo me empaparon los ojos lo que hizo que me resbalara en el lodo y me entrara en mis párpados y no pudiera ver, cayendo en una pequeña barranca quedé inconsciente en el proceso.

Después de un tiempo desperté gracias a la lluvia con un gran dolor de cabeza, pero aun así me levanté e intente subir con la poca fuerza física que tenía, pero no funciono me seguía resbalando mis manos por el lodo.El tiempo fue pasando por lo que me acosté en lodo con sueño.Podía escuchar el ruido del agua con si fuera música y el sonido de los animales, perros, gatos, insectos como una especie de canción de la misma naturaleza lo que me hizo quedarme dormida. No supe cuanto tiempo estuve sumergida en aquella oscuridad en la que termine se sentía tan cálida y reconfortante más que todo por lo que solo quería quedarme hay, pero ese deseo no duró mucho entre la negrura logré escuchar las voces preocupadas de mi familia.

—¡Verónica! ¡¿dónde esta hija?! —dijo mi mamá entre gritos ahogados por desesperación a lo lejos.—Vero, hermana sal de donde estas.

Esas palabras me alegraron la vida que solo quería llorar lo cual hice en mis últimos minutos antes de que el agua me arrastrara con la corriente y me fuera al fondo de la barranca a 5 metros de profundidad, lo último que recuerdo fue la luz de la luna que vino a mi..

Esas palabras me alegraron la vida que solo quería llorar lo cual hice en mis últimos minutos antes de que el agua me arrastrara con la corriente y me fuera al fondo de la barranca a 5 metros de profundidad, lo último que recuerdo fue la luz de la...

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—Es la hora del crepúsculo —murmuré al mirar el horizonte de poniente, oscurecido estaba por las nubes—. Es la hora más segura para mí —pensaba, mientras ordenaba los pensamientos en mi mente —. El momento más fácil, pero también el más triste, en cierto modo... el fin de otro día, el regreso de la noche —sonrió con añoranza.

La oscuridad es demasiado predecible, ¿no crees? Entre las sombras al despertar todo parecía un sueño, al fijar la mirada puede distinguir una pequeña cantidad de cosas y eran cuerpos de personas a lo lejos en mi alrededor en un bello bosque teñido de rojo sangre en un tono carmesí. Mientras que en la lejanía se acercaba alguien más a mí, alto, pelo negro de piel blanca y ojos azules penetrantes, se fue acercando lentamente hasta que estuvo lo suficientemente cerca para verle el rostro con una triste expresión lo qué se me parecía familiar cuando al verme aquella cara triste cambio a una de alegría.

—No te asustes... Has vuelto, te he echado de menos mi niña —él dijo entrecortado en un tono preocupado con lágrimas de felicidad al verme.

—¿Quién eres tú? —dije preocupada al ver mi entorno asustado.

--No te acuerdas de mí... Ven, ¡Por favor! No te haré daño —me aseguró.

—¿Enserio?

—No te preocupes, ya estoy aquí como  antes, vengo a cumplir tu último deseo tuyo

—¿Mi último deseo?, ¿Cuál?

—¿SÍ?, Lo de ser querida

—¿A que se refiere con eso? —dije asustada.

—Es un poco difícil de contar, pero haré lo posible para que me entiendas ya no estás sola, ahora estoy contigo

Con amabilidad ofreció su mano para ayudarme a levantar lo cual yo acepté temerosa, no quería seguir otro minuto en el suelo. Lo seguí en silencio mientras recorríamos un pequeño prado verde, hermoso y lindo se podía oír un arroyo cerca del lugar, el prado fue desapareciendo lentamente a nuestras espaldas mientras nos acercamos a una enorme casa con puertas de roble pintadas de un color blanco puro y hermoso.

Él se limpió las lágrimas de su rostro con un pañuelo que poseía en su traje algo descuidado, mientras me lanzaba una mirada de ternura y amor.

—Ven aquí, mi querida hija... —dijo la pelinegra mirándome fijamente. Sin darme cuenta lo que pasaba está escena parecía familiar en algo que no estaba segura, pero parecía un recuerdo de algo.

—No vayas, no le hagas caso a ese vejestorio, no le hagas caso...—otra vez la misma voz relajada y amable a lo lejos mientras más se iba cerca a mis espaldas. Aquella voz se iba acercando hasta que pude haberlo a solo unos 15 metros de distancia de la pelinegra y mío, un buen mozo pelo blanco y ojos verdes, pero en comparación a él su aura eran un poco más pura y buena que el primero que era divina.

—No vayas con él, por favor, ven con nosotros a jugar.

—No le hagas caso.

--¿ Porque?- pregunte.

— Deja en paz a nuestra invitada, Micaela.

—Pero... Yo, bueno, luego nos acompañas, pero es demasiado para poder discutirlo ahora, su excelencia o de lo contrario se va a enfadar conmigo por mi negligencia hacia usted, por favor vuelva pronto.—dijo Micaela antes de retroceder e irse lentamente a nuestras espaldas.

—¿Y mi familia?

—¿Por qué no hablamos en otro lugar más cómodo si quieres? —Después de aquellas palabras una voz me empezó a resonar golpeando mi corazón cada vez más con intensidad.

I have reincarnated in  TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora