-Una familia llena de talentos -murmure mientras me sentaba, Charlie fue incrementando cada vez más el ritmo del motor. Tarde un segundo en ir con la mirada de la puerta hasta donde estaba mi papa y luego regresar al frente-. Un padre doctor importante, una madre ama de casa y cinco hermosos hijos. Me pregunto si hay un lugar para mí, o si esta vida sería la norma para mí un humano en las sombras de un vampiro. ¡Como si una cosa como ésta pudiera considerarse normal y razonable!¡Vaya, un vampiro perfecto en una relación conmigo un humano con un montón de imperfecciones!
-Perdóname -dijo Jacob con voz aturdida. Se acercó a Charlie por el asiento trasero y lo cogió por el hombro cuando se giraba para verme-. ¿Cómo puedo enmendar mi error?
Charlie miró a Jacob con curiosidad, su manía de disculparse por todo que ya se había olvidado desde hace 2 años y pensé que ya no lo recordaba por el momento.
-«Error», creo que te lo he dicho antes o ¿no? Estoy bien no es que te esté bloqueando o deteniendo justo ahora, así que no quiero tu lastima y no se si puedo estar segura si eres sincero.
Me quedé mirando a Charlie, con las cejas fruncidas debido a la confusión. ¿Error? ¿Qué quería decir con «Enmendar»? Yo sólo estaba allí, justo a su lado, sin hacer nada en mi defensa.
-¿Lastima? -repitió Jacob, desconcertado.
-¡Venga ya, Jacob! Si yo no estas cómodo con ella, dudo que tú seas capaz de estar solo por mucho. ¿Estás escuchando sus palabras ahora? -le preguntó Charlie.
-Si-murmuró Jacob -, pero jamás he tenido tiempo de hacerlo, ni siquiera cuando era una niña.
-¿Nunca? - Charlie pestañeó-. Qué interesante. Eso indicaría una enorme paciencia bastante para entenderla, si alguna vez se manifestaba de forma más grave su enfermedad tan clara que antes con los síntomas. No puedo encontrar ninguna otra persona para cuidar a mi hija en su camino por el que alguna vez me abriré acceso a otro de su lugar para saber qué ella va a estar a salvo. Todavía no están madura en este sentido... sólo tiene unos cuantos años antes de partir. -La mirada que le dirigió a Jacob era casi exasperada-. Y por lo que parece eres consciente en de lo que está haciendo.
Charlie sacudió la cabeza con incredulidad.
Yo puse mala cara.
-¿De qué estás hablando? ¿Cómo puedo ser tan frágil? ¿Qué quiere decir con eso de los síntomas grabes?
Toda la imagen que podía conjurar en mi cerebro era la de una ridícula figurilla de porcelana.
Charlie inclinó la cabeza a un lado mientras el examinaba con la vista los espejos al conducir constantemente.
-Supongo que éramos demasiado sobreprotectores sobre este tema. La verdad es que categorizar un posible peligro es un asunto delicado. Cada persona es única y nunca se repite la misma cosa dos veces; pero tú, Adele, eres difícil de clasificar. Hay aptitudes que son nada más que protegen, y a ésos siempre les hemos llamado enfermedades. ¿Nunca hemos comprobado tus limites? ¿No has dicho que nadie más además de a mí y a tu compañero?
Me llevó varios segundos organizar la respuesta, a pesar de lo rápido que trabajaba mi nuevo cerebro.
-Sólo afectan a ciertas personas -le expliqué-. Mi cuerpo es una especie de... zona privada, pero no ha impedido que los doctores sean capaces de modificar mi estado de ánimo.
-Es una defensa puramente mental - Charlie asintió para sí mismo-. Limitada, pero fuerte.
-Todavía somos jóvenes-intervino Jacob-, aunque no sabremos si ella empeore cuando sea grande.
Charlie puso unos ojos redondos como platos.
-Y esos chicos intentaron hacerme daño, pero tampoco lo lograron-relaté yo-. En lo que estuve hablando con Alessandro el cree que no sea capaz de superarlo y que tampoco Alfredo podrá conmigo, ¿eso es bueno?
Jacob todavía boquiabierto, volvió a asentir.
-Mucho.
-¡Una niña genio! -exclamó Charlie con una profunda satisfacción que saturaba su voz-. Nunca lo había pensado desde ese punto de vista. La única persona que conocí con ese título fue cuando estaba con tu madre era René, y lo que ella hacía era bastante diferente.
El mes siguiente al accidente fue vergonzoso, tenso y, al menos al principio, tonto.
Para mi desgracia, me convertí en el centro de atención y bullicio durante el resto de ese mes. Oliver Thompson se puso insoportable y fuera de sus casillas, me molestaba cada vez que podía a todas partes a la que coincidíamos, obsesionado con quitarme esa mascara de inocencia enfrente de ellos haciéndome quedar mal de algún modo. Intenté convencer a mi papa que me cambiara de escuela de perdida de turno por que lo único que quería era que olvidara lo ocurrido, sobre todo porque no me había sucedido nada más que unos rasguños y moretones, pero continuó insistiendo más de lo norman. Me seguía entre clase y clase a las horas libres y en el almuerzo se sentaba a una cercana a nuestra mesa, ahora muy concurrida.
Jack y Eric se comportaban con él de forma bastante más hostil e indiferente que entre ellos mismos, lo cual me llevó a considerar la posibilidad de que hubiera conseguido otro acoso escolar no deseado.
Nadie pareció preocuparse de Alessandro, aunque expliqué una y otra vez que el héroe o príncipe azul era él, que me había apartado de la trayectoria de aquellos brabucones y que había estado a punto de resultar muerta. Intenté ser convincente. Lily, Jack, Eric y todos los demás comentaban siempre que no le habían visto en la escuela en la salida hasta que lo vieron conmigo.
Me preguntaba por qué nadie más había visto donde estaba antes de que me salvara la vida de un modo tan repentino como imposible e irracional. Con disgusto, comprendí que la causa más probable era que nadie estaba tan pendiente de Alessandro como yo.
Nadie más le miraba de la forma en que yo lo hacía era un interés demasiado grande. ¡Lamentable!
Alessandro jamás se vio rodeado de espectadores o casi como de reporteros curiosos que desearan oír las historias de primera mano. La gente no lo evitaba mucho como de costumbre. Los Williams y los Everglot se sentaban en la misma mesa, como siempre, comer, hablando entre sí.
Ninguno de ellos, y él menos, me miró ni una sola vez. Cuando se sentaba a mi lado en clase de arte, tan lejos de mí como se lo permitía la mesa, no parecía ser consciente de mi presencia cuando Alessandro se concentraba. Sólo de forma ocasional, cuando cerraba los puños de repente, con la piel, tensa sobre los nudillos, aún blanca, me preguntaba si realmente me ignoraba tanto como aparentaba. Deseaba no ser rescatada del camino de los brabucones de Oliver. Ésa era la única conclusión a la que podía llegar.
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I have reincarnated in Twilight
FanfictionVerónica Montero Hernández, de 12 años, es asesinada accidentalmente por una tormenta por un resbalón cerca de la baranca que se le escapó a Dios. Como disculpa por ese malentedido, Dios permite a Verónica que resucite, pero como no puede regresar...