Una terible enfermedad.

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 No vi a personas a mi alrededor lo suficiente como para morir sola otra vez, por lo que estuve segura de que estaba en una zona prohibida, pero decidí que iba intentar pedir ayuda en lugar de estar hay sin hacer nada bajo la lluvia como una tonta. De mala gana sostuve nuevamente agarré el paraguas del fango todo asqueroso recorrí un sendero de piedra lo que podía antes de que cedieran mis rodillas por setos oscuros. Respiré hondo antes de perder el conocimiento exhausto.


En el interior del bosque había más luz y se estaba más caliente de lo que esperaba. El suelo era: húmedo de espera con piedras, una cantidad de olores, nueces y ramas con piñas pegados sin en ellas. Las plantas crecían por doquier en sus macetas de plástico, por si no hubiera suficiente vegetación fuera. Detrás de los espesos arboles había un montón de lobos.

Un pelirrojo grande con ojos café oscuro en uno de ellos. Llevaban un pelaje grueso, de inmediato, me hizo sentir que yo era un mal tercio cuando abrí ligeramente los ojos. El hombre pelirrojo alzó la vista.

—¿Qué hacemos con la humana?

—No lo sé, tu dinos Sam —dijo Embry Call. Lo reconocí por lo poco que mencionaban en el libro, el me miraba de reojo cada vez que podía como si fuera peligrosa, aunque era lo contrario.

—Creo que ya sé con qué persona estamos tratando, es la segunda hija del comandante Swan la reconozco por su aroma peculiar, hace unos días pasé por su casa y sentí esa esencia —Sam les informo a todos, y de inmediato sentí una advertencia en su mirada un atisbo de reconocimiento.

Que me esperaba. Sin duda, había sido el centro de los cotilleos. La hija desconocida de la ex mujer del jefe de policía que se avecinaría.

—Vayamos a la casa de Billy.


El solo sentí una unos enormes brazos en mi cuerpo antes de quedarme dormida luego de un rato, al despertar no pude reconocer el lugar lo cual me dio un poco de miedo. Ese sentimiento no duro mucho tiempo, se abrió la puerta de ese lugar, un señor de la misma edad que Charlie, pero usaba una silla de ruedas.

Le devolví la sonrisa más convincente posible. El solo se limitó a acercarse lo suficiente para no incomodarme, se presentó diciendo que era Billy Black un viejo amigo de Charlie mi padre después de un rato el comenzó a relatarme de como llegue hay, que un tal Sam me encontró tirada en el bosque mientras paseaba y después me trajo a este lugar.

Cuando de la nada entro un niño a la habitación. Era un año menor que yo era más enérgico a pesar de mi situación le intenté seguir el paso como un niño normal, me uní a sus juegos, pero no era nada sencillo y me condujo hasta el otro lado de su casa donde se encontraba un taller de mecánico todo viejo. Supuse con un poco de alivio al comprobar que casi todas las cosas eran igual a las que decía el libro nada había cambiado, aún si no me daba por vencida al intentar ser "uno más".


Era habitual ver a mi padre preocuparse, pero ese era uno de los menores de mis problemas cuando noté mi desaparición, fui directo a ver a Billy después de acordarme, pero él no estaba en su casa.

Era demasiado tarde para que eso me alarmara más que cuando vi la patrulla aparcada unos metros lejos de la casa en el estacionamiento junto con Billy quien lucía alarmado.

El mejor de los casos que allí había era una oportunidad, y destacaba. Aun así, pensé en todo lo que podía hacer en cuanto vi a Charlie me paralicé como hielo para que el no notara mi presencia y atrajera la atención de los demás sobre mí, pero no duro mucho tiempo.

Uno de los protagonistas arruino mis planes por completo con solo decir mi nombre entre gritos al verme, todos los adultos me dirigieron una mirada de preocupación más Charlie, parecía como si le quisiera dar un infarto, intentando ser normal con la esperanza de no tener que explicarle y oír un sermón todo el día. Usé mi única alternativa, respiré hondo tomando una gran bocarada de aire he hice un berrinche.

Puedo haberlo hecho mejor, me sentí muy humillada. Nadie pensaría que una señorita de mentalidad de dieciocho años iba a llorar por algo insignificante solo por una salida sorpresa.

Al final, suspiré y salí corriendo a los brazos de mi papa para ocultar mi cara toda roja. Mantuve la cara escondida bajo sus hombros y anduve así durante un tiempo hasta Billy nos indicó que volviéramos adentro por el frio de la calle.

Observé con alivio que mi sencilla actuación funciono y no llamaba la atención más de lo necesario. Una vez pasando la puerta, el interior era cálido y resultaba fácil estar cómodo, ya qué había un gran sentido de familia. Noté que mi respiración se acercaba a hiperventilación al aproximarme con la mirada a Jacob. Para paliarla, contuve el aliento.

La pequeña casa era acogedora. Los detalles y cosas artesanales eran para ser típicos de una casa de ese tiempo al que tenía delante mío en la palma de i mano; había varias cosas que explorar. Los imité de cierta forma después de limpiar mi cara. Se trataba de ver un partido de beisbol, un equipo bastante débil a comparación de lo que decían de los Cullen, también había disfrutado un poco de este sentimiento antes de renacer con mi hermana mayor Martina. 

Al menos, mi actitud no sería nada sospechosa aquí. Me senté cerca de Billy algo nerviosa porque le no me dejaba de mirar por el rabillo del ojo, hasta que un hombre alto, cabello corto, tes morenas y fornido al que Billy lo identifico como Sam Uley. Se quedó mirándome Sam seriamente al verme, pero no me dedicó ninguna palabra solo se acercó para decirle algo y se fue, y yo, por supuesto, me puse colorada como un tomate al recordar eso. Pero al menos me evito una disculpa innecesaria.

A éstos les resultaba algo difícil mirarme adecuadamente al estar sentada en un sillón tan grande, pero me las arregle para conseguirlo. Mantuve la vista clavada en la pantalla de la televisión que habían puesto en la sección de deportes. Extrañaba poder leer lo básico: Bronce, Shakespeare, Chaucer, Faulkner. Los había leído a todos en mi anterior vida, lo cual era cómodo... y satisfactorio más que los deportes. Me pregunté si mi madre me enviaría la vieja caja con los antiguos libros de ella o si creería que la estaba engañando en sobre lo de estudiar. 


I have reincarnated in  TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora