Intenté escuchar lo máximo que pude. No suponía distracción alguna frente al dolor —no había escapatoria posible—, pero era mejor pensar en aquello que en el ardor.Edward se quedó conmigo unas horas en lo que Alice hacia unas en cafeterías o restaurantes para comprarme algo, dijo que los Vulturis eran quienes habían inventado todas las historias sobre las cruces, el agua bendita y los espejos. Durante siglos, consiguieron que todas las referencias a los vampiros se convirtieran en mitos. Y ahora velaban porque así siguiera siendo. Los vampiros debían mantenerse en las sombras... o de lo contrario deberían hacer frente a las consecuencias.
Así que no podría volver a la casa de mi padre incluidos mi mama y hermana temporalmente ni permitir que viera aquellos azules con brillos entre morado y rojo que Alice había calificado de «resplandecientes». No podrían conducir hasta Florida para ver a mi hermana y abrazar a mi madre y hacerle saber que no estaba muerta o desaparecida. Ni siquiera podría telefonearla para explicarle la confusa nota que le había dejado en el escritorio para Charlie unas horas antes.
Si algo aparecía en las noticias, si se expandía el rumor de cualquier implicación sobrenatural como mi poder que ni yo supe como use solo fue espontaneo en el asunto, la guardia de los Vulturis podría venir a investigar y posiblemente yo saldría afectada.
Tenía que desaparecer disimuladamente. El ardor dolía mucho más que la mención de todas aquellas cosas. Pero sabía que aquello no duraría para siempre eso espere. Muy pronto, serían las que más me harían sufrir deseando morirme.
Edward cambió rápidamente de tema, y me habló de un clan amigo en Canadá que vivía del mismo modo que ellos. Tres rubios hermanos rusos y dos nómadas españoles eran los familiares más cercanos de los Cullen. Me contó que dos de ellos también tenían poderes extrasensoriales: Kate podía hacer algo relacionado con la electricidad y Eleazar conocía los talentos de cualquier vampiro con el que se encontrara.
Me habló de otros amigos, dispersos por todo el mundo. En Irlanda, en Brasil y en Egipto. Mencionó muchos nombres. Finalmente, Carlisle tuvo que intervenir y pedirle que diera prioridad a otras cosas.
Alice me contó que nunca envejecería si iba con ellos y que me ayudaran en lo que necesite. Que siempre tendría edad, igual que ella. Que el mundo se transformaría en torno a mí y que yo lo recordaría todo con lujo a detalles y jamás olvidaría un solo segundo.
Me contó cómo vivían los Cullen, trasladándose de una región nubosa a otra. Emmett restauraba una casa para la familia. Alice invertía sus posesiones con resultados increíblemente beneficiosos e importantes. Decidían en conjunto una historia para explicar las relaciones entre ellos y finalmente Jasper creaba identidades nuevas y documentaba los pasados de cada uno. Carlisle conseguía un empleo en un hospital con sus nuevas credenciales, o volvía a la universidad para ampliar sus estudios en un campo nuevo. Si el lugar parecía prometedor, los menores de los Cullen fingían ser más jóvenes de lo que eran para poder permanecer más tiempo.
Cuando mi periodo de prueba hubiera concluido, podría volver al Instituto como uno de ellos. Pero mi educación tendría que esperar por el momento. Tenía mucho tiempo por delante y a partir de ahora recordaría cualquier cosa que leyera o escuchara.
Jamás volvería a dormir cuando el momento llegara. La comida me resultaría desagradable. Nunca volvería a tener hambre, solo sed. No me enfermaría nunca y seria sana, ni tampoco volvería a sentir cansancio ni falta de energía.
Sería capaz de correr más deprisa que un coche de carreras. Poseería una fuerza mayor que cualquier otra especie del planeta. No necesitaría respirar. Podría ver con mayor claridad, y escuchar incluso el sonido más sutil. Mi corazón dejaría de latir al día siguiente o al otro eso dependería de mi organismo en absorber el veneno, y nunca más volvería a hacerlo. Sería un vampiro, una criatura de leyenda.
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I have reincarnated in Twilight
FanfictionVerónica Montero Hernández, de 12 años, es asesinada accidentalmente por una tormenta por un resbalón cerca de la baranca que se le escapó a Dios. Como disculpa por ese malentedido, Dios permite a Verónica que resucite, pero como no puede regresar...