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Todoroki miraba el vídeo que había tomado noches antes. Bakugou le reclamaba a dos jóvenes, habían dejado que su prometido bebiera demasiado, sin embargo, lo que dejó sorprendido a jóven fue la declaración del serio chico de gafas "el alfa inútil que necesitaba al Omega para conservar su compañía". Vaya que su padre tenía razón; ese video que grabó valía oro, con eso su padre podría conseguir inmediatamente la compañía pero, no pensaba ayudarlo; aunque no desaprovecharía divertirse un poco. Nunca se consideró alguien malicioso pero podría hacer una excepción y divertirse un rato; ese omega al que sólo conocía de lejos era por mucho uno de los omegas más nobles e inteligente que conocía así que sería bueno alejarlo de las garras del energúmeno de Bakugou...

-Midoriya, te llegó una rosa-dijo una chica de cabello largo y verde- además alguien te busca, dice que te esperará en la cafetería...
-Asui...
-Dime Tsuyu... -renegó, disfrutaba que me dijeran de esa manera.
-Lo siento, Tsuyu... en un momento salgo a atender a Bakugou... Decía revisando unas fotografías.
-No, Midoriya -aclaró- el que te busca es el hijo del señor Todoroki.
-¿Qué? -algo estaba mal- ¿Te dijo para qué me quería?
-No, pero considerando la rosa tal vez esté interesado...
-¡Tsuyu! ¡Todoroki sabe que estoy comprometido con Kacchan!
-Eso no es impedimento para... Oye ¿Quien es Kacchan?
-Luego te digo... Iré a ver qué quiere, si viene mi prome... Bakugou... dile que estoy atendiendo un recado por favor, que lo veré hasta la hora de salida.
-Está bien... Nos vemos al rato.

Izuku agradeció a su compañera, tomó la rosa de Todoroki y salió corriendo a la cafetería. No fue difícil para Izuku ubicar a Todoroki, su cabello bicolor lo delataba. Se acercó temeroso y desconfiado. El joven tomaba una taza de té, tranquilo. Izuku colocó sobre la mesa la flor, para atraer la atención del chico.

-Lo... Lo siento... No puedo aceptar...
-Izuku -lo llamo por su nombre con mucha confianza- siéntate.
-No creo que...
-Bakugou está en una reunión con mi padre...
-Todoroki ¿Qué es lo que quieres?
-A ti -dijo estoico el bicolor y bebió un poco de té- ¿Qué dices, dejarías a Bakugou por mí?
-¿Disculpa? Creo que debo retirarme, no entiendo que pretendes...
-Lo entenderás -buscaba algo en su celular- ve esto: "El único inútil aquí es el alfa que necesita de Izuku para no perder su empresa"

Izuku palideció, ese era Iida. No recordaba cuando pasó eso pero no tenía duda que fue la noche que bebió demás. Estaba en un aprieto. Al fin parecían que las cosas se habían arreglado un poco Kacchan y ahora... Todoroki parecía querer ¿extorsionarlo? Maldecía su maldita boca ¿Por qué debió contarles a sus amigos su situación? Todoroki guardo su celular y volvió a pedirle a Izuku que tomara asiento y le regresó la flor, Izuku la tomó y se la quedó viendo, no sabía que pensar. No podía voltear a ver a su interlocutor. Tenía miedo de lo que podría hacer o pedirle y lo peor es que no podría negarse, aunque quisiera.

-Bien... Eres bastante lindo e inteligente, no entendía porqué alguien como tú se fijaría en un idiota como Bakugou pero, esto me dió la respuesta, es una lástima... Bueno, nos vemos el sábado a las 6 de la tarde en el café Plus Ultra, me dijeron que era tu favorito, ven con ropa cómoda después iremos al parque de diversiones.

Todoroki dejó una tarjeta con sus datos de contacto y le indicó que le mandara mensaje cuando estuviera listo, ya que pasaría por Izuku el día de la cita. El peliverde lo vio retirarse iba tranquilo y con una ligera sonrisa en el rostro mientras que él era un manojo de nervios andando. Definitivamente esa reunión no lo dejó bien. Llamó a Tsuyu y le dijo que tendría que irse que lo disculpara con su jefe, era una urgente. Sabía que Kacchan lo odiaría cuando se enterara que Todoroki sabía toda la verdad, eso lo tenía muy mal ya que todo se iría al traste por su culpa. Poco le importó dejar todas sus cosas en la oficina, él necesitaba salir de ahí o tendría un ataque de pánico en la empresa. Mientras iba a su casa en el primer taxi que tomó, en su cabeza no dejaba de cuestionarse qué había hecho mal para estar en esa situación.

¿Por qué el señor Masaru había hecho eso? ¿Por qué lo había puesto en esa encrucijada? ¿Por qué los obligaba a estar juntos para que la compañía se mantuviera? ¿Por qué tuvo que ser él?

Bakugou estaba harto, esas reuniones con Enji Todoroki eran insufribles. El no intervenía ya que solo era el asistente de recursos humanos y Hakamada era quien lidiaba con ese vice presidente engreído. En ese punto tenía hambre y sólo quería ver a Izuku pero se sorprendió cuando le dijeron que no se encontraba, que se había ido de manera a urgente a su casa. Pensó en qué algo le pasó a la señora Inko pero, él ya lo sabría, su madre le hubiera notificado. Así le entregó la mochila amarilla que el peliverde siempre usaba, se dió cuenta que el Omega olvidó su celular, cartera, agenda, laptop... Prácticamente todo había dejado. Agradeció las cosas y salió corriendo, debía ver a Izuku algo estaba muy mal con él.

Cuando llegó al hogar de los Midoriya, Inko lo recibió igual de preocupada y lista para regañarlo si es que el había tenido la culpa del estado de su cachorro, pero al menos esa vez no era así. Luego de explicarse la mujer le permitió pasar a la alcoba del peliverde. Estaba dormido pero aún así se veía cansado y no esa hinchazón característica de cuando su prometido lloraba por horas. Acarició el cabello del Omega, se quitó los zapatos, corbata y cinto para estar más cómodo y se metió en la cama de Izuku (esa manía había quedado de la borrachera). Midoriya se despabiló lo suficientemente para reconocer el aroma de Kacchan, le dio espacio para que se acomodara junto a él y así acurrucarse entre sus brazos.

-¿Qué fue lo que sucedió nerd?
-Nada Kacchan, me sentí mal, pensé que mi celo había llegado -mintió.
-Está bien...

Kacchan abrazó al chico y lo dejó volver a dormir, sabía que mintió pero en ese momento no presionaría. Ya tendría tiempo para averiguar qué pasó. Durmieron un poco más, hasta que Inko los hizo despertar para que cenaran Katsudon. Notaron que Izuku seguía meditabundo pero dejaron que él decidiera hablar por su cuenta sobre lo que pasaba, no lo hizo.

-Mañana vengo por ti Nerd -dijo en la puerta del departamento- descansa.

Antes de irse Bakugou tomó el rostro de Midoriya y le dió un suave beso en los labios, el blondo sonrió ante la sorpresa del pecoso y se retiró, dejando a un Izuku sonrojado como tomate maduro; era el primer beso que Bakugou le daba por voluntad propia, no pudo evitar olvidar el asunto de Todoroki y dormir feliz esa noche...

Atados... (1ra edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora