Atados... (1ra edición)

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Todoroki hacía todo lo posible por molestar al blondo y siempre lo conseguía, cuando se trataba de Izuku, un lado desconocido para él salía a relucir. Todo parecía ir bien su relación que dejaba ser una simulación y sus sentimientos reales se dejaban ver cada vez más. Tanto que en su fiesta de compromiso Kacchan hizo una declaración tan bella para Izuku que lloró de felicidad... y tristeza.

-Agradezco a todos los que nos acompañan está noche especial para mí e Izuku, en la que pediré formalmente la mano del Omega más hermoso del mundo; el Omega con quién quiero pasar el resto de mi vida, con quién deseo viajar hasta el último rincón de la tierra y con quién, algún día, espero formar una enorme familia -dijo burlón el blondo ojirubí- Aunque mi padre, que en paz descance, de una manera cruzó nuestros caminos, estoy seguro que él tuvo razón en elegirlo para que me enamorara de él, debido a todas tus cualidades -Kacchan se arrodilló justo frente al peliverde, quien se sorprendió, mientras Bakugou sacaba un anillo coronado por una esmeralda y un rubí, el color de los ojos de ambos- Izuku, tengo un maldito genio de los 1000 demonios y aún así has sido paciente con un alfa que tan poco te merece. Aún sabiendo que mereces lo mejor del mundo te pido que te cases conmigo.

Midoriya se quedó mudo unos minutos, sus manos tapaban su boca y trataban quitar las lágrimas de sus mejillas que amenazaban con arruinar su sutil maquillaje que llevaba puesto. Miraba a sus madres, a los invitados, a sus amigos, a Todoroki y luego a Kacchan, por un minuto sintió que se desmayaría, hasta que ese olor característico de las feromonas de Bakugou llegaron a sus fosas nasales para tranquilizarlo. Aspiró hondo antes de retirar las manos de su rostro y mostrar la sonrisa más hermosa que Bakugou pudo haber visto en el pecoso. Acercó su mano izquierda al arrodillado alfa para que colocará ese bello anillo, mientras asentía.

-Sí acepto, claro que sí -dejó salir sus lágrimas.

Bakugou después de colocar la sortija se puso de pie para abrazar a su prometido, y susurrarle al oído que todo estaría bien, que sólo debía confiar en él, que lo amaba. Sin soltarlo lo llevó a la pista de baile dónde se olvidaron de todos, disfrutaron de los suaves movimientos que guiaba el blondo mientras besaba a Izuku frente a todos. Quienes vitorearon y felicitaban a los jóvenes.

Lo que nadie sabía es que esas bellas palabras se habían opacado por la cruda realidad que tocó a su puerta esa mañana, habían firmado un acuerdo en el que sólo estarían casados un año, para cumplir con las clausulas del testamento de Masaru y aunque ambos se negaron al principio, así como las madres de los jóvenes, porque lo veían innecesario debido a la buena relación que estaban llevando, sin embargo, fueron duramente amonestados por el notario y abogados.

-Negocios son negocios, no se dejen llevar por el espejismo de una buena relación que empezó en una farsa, no sean ingenuos -dijo uno de los hombres frente a ellos- recuerdo que el señorito Midoriya estaba negado rotundamente a ser parte de esto, por ello es necesario que firmen este acuerdo prematrimonial.
-¡Serán necios ancianos bastardos! Ya no es necesario, para nosotros ya no es una far...
-Esta bien, firmaremos -todos se sorprendieron, en especial el blondo quien quiso reclamar pero la determinación del pecoso lo dejó sin palabras y esperó- en efecto, yo no quería aceptar y puede que en este momento nos llevemos bien, pero casados todo podría cambiar y darnos cuenta que todo era una confusión, así que es mejor cubrir todas las eventualidades -apretaba sus manos sobre su pantalón para tratar de controlar su frustración- hagámoslo Katsuki -dijo tomando su mano de manera consentidora- si no nos equivocamos, esto solo será un papel sin valor -sonrió, así que ambos firmaron a regañadientes ese contrato.

Mientras bailaban y escuchaba las palabras de Katsuki, Izuku más lloraba de tristeza, las palabras "confusión y espejismo" retumbaban en la cabeza del peliverde y el blondo lo sabía, así que fue lo más cariñoso que pudo durante toda la velada.

Las clausulas estaban en la cabeza de ambos:
• Se divorciarían al año un mes.
• No podría tener hijos en ese periodo.
• De hecho, solo compartirían casa, cada uno tendría su alcoba para evitar incidentes.
• Cada uno llevaría un estricto tratamiento anticonceptivo, que sería monitoreado por médicos.
• Se anunciaría el motivo de divorcio, debido a una infidelidad de Bakugou que resultó en un hijo bastardo ficticio y por no interesarse sexualmente de su esposo.
• Midoriya recibiría una compensación económica que le permitiría vivir cómodamente el resto de su vida y el 2% de las acciones de la empresa.

Aunque el pecoso se negó a esa última obligación, no hubo fuerza que los hiciera retirarla de ese maldito papel. Eso era lo que rondaba en la cabeza de ambos, a pesar de las palabras de amor y caricias que se daban frente a sus invitados. Mientras Bakugou pensaba en la manera de que Izuku creyera en él, Izuku trataba de creer pero ese golpe de realidad lo hizo dudar de los sentimientos de su prometido.

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Hola! Después de unos meses insufribles, agotadores e inestables emocionalmente al fin pude escribir. Gracias por los mensajes de apoyo y aliento sobre mi salud. Llevo un mes con ansiolíticos y antidepresivos que me han permitido regresar poco a poco a ser la persona que soy realmente.

Aún estoy muy ocupada con la escuela pero pude darme este break para escribir un poco de este fic 💜 espero sea de su agrado.

¡De nueva cuenta gracias!