Atados... (1ra edición)

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Desde el incidente con Todoroki, Izuku estaba nervioso y Katsuki lo notó, aunque no tenía idea que el nerviosismo lo causaba ese joven bicolor que lo exasperaba desde niños. Notaba que el apetito de Izuku disminuía cada vez más, evitaba mirarlo a los ojos y las charlas que comenzaban a ser amenas entre ambos se volvieron un intercambio monosílabos. Se estaba comenzando a frustrar ya que no lograba comprender qué era lo que sucedía y por más que buscará alguna respuesta, Izuku respondía "Estoy cansado, me duele la cabeza".

-¿Quieres ir conmigo al cine el sábado?

Preguntó Bakugou al aire. Se encontraban en la habitación del rubio, esa noche Mitsuki había invitado a los Midoriya a cenar, así que después del trabajo se fueron a la residencia Bakugou. Ya habían cenado y su madres tenían una plática que probablemente se extendería hasta las 4 de la mañana entre la boda y uno que otro chisme eran capaces de entenderse bastante.

-No es que no quiera... esta semana ha sido agotadora y solo quiero estar en casa...
-Si es por eso, podríamos ver algo en tu casa...
-No -dijo tajantemente tanto que hasta el rubio se sorprendió- Digo... sólo quiero dormir, aprovecha para ir con Kirishima, Mina, Denki y Sero a algún lugar...
-Como quieras -dijo Bakugou sin molestarse por disimular su enojo.
-Kacchan... -intentó tomar su mano pero no lo dejó- Por favor no te molestes...
-Olvídalo... No sé ni porqué propuse esa mierda de idea, tú y yo no somos nada, sólo soy el alfa que te necesita -recordó las palabras del cuatro ojos- así que no tenemos que actuar como pareja fuera de la oficina...
-Tienes... Razón... -respondió Izuku, tratando de no llorar.
-Maldición -renegó, al ver a Izuku dolido y por saber que había vuelto a lastimar a Izuku- pero prometido ficticio o no... Si algo te molesta puedes decírmelo, aún somos amigos de la infancia ¿No es así?
-¡Si! -sonrió de nuevo- aunque los amigos de la infancia no se besan -se burló.

Katsuki se rió con el comentario pero poco le importó acercar el rostro de Izuku al suyo para besarlo, era algo que ya podían hacer sin problema y que los relajaba a ambos. Eran tan bobos que no podían aceptar que se querían, no podían confiar del todo en los sentimientos del otro y que no sólo estaban juntos por la herencia. Realmente ambos deseaban que fuera real esto que sentían pero mientras podían creer en el otro disfrutaban al menos esos besos que se regalaban, esos besos llenos de emoción y anhelos.

-Maldito Nerd -dijo en un momento que se separaron para recuperar el aliento perdido- ¿Quien demonios te enseñó a besar tan bien?
-El idiota que es mi amigo de la infancia y con el que me tengo que casar...

Izuku besó de nueva cuenta a Bakugou, en ese momento quería sentir un poco más de esas caricias que lo estaban volviendo loco. Bakugou sentó a Izuku en sus piernas para acomodar su postura y siguieron besándose por un buen tiempo, estaban tan ensimismados en el otro que no prestaban atención a su alrededor.

-¡Vaya! ¡Veo que se llevan mucho mejor de lo que esperábamos! ¿No es así Inko?
-I... Izu... Izuku... Ya es hora de... Irnos...
-¡Mamá!

Ambos jóvenes se separaron inmediatamente. Ambos estaban avergonzados y más rojos que un tomate; mientras que Mitsuki se reía, Inko parecía querer asesinar al rubio menor. Se despidieron de los peliverdes y la rubia no desaprovechó para burlarse de ellos "¿no hay beso de despedida?" Pero fue reprendida por la peliverde, avergonzando más a los jóvenes. Durante el trayecto a su casa Izuku hacía como que oía a su madre y su sermón sobre el recato, ya que él estaba perdido en las sensaciones de Katsuki y su encrucijada con Todoroki, al menos ya se había zafado de Bakugou por ese fin de semana.

El temido sábado llegó, su madre le había dicho que iría junto a Mitsuki a buscar unas decoraciones de la boda así que estaría solo todo el fin de semana. Eso facilitaría las cosas. Le pidió a Todoroki verlo en el parque cerca de su casa, tenía miedo de lo que pudiera hacer si sabía la ubicación exacta. Cómo dijo el bicolor primero fueron al café favorito de Izuku y apesar de la incomodidad inicial, Todoroki no volvió a tocar el tema de la boda, sino que hablaron de cosas triviales y divertidas para ambos. Izuku en algún punto dejó el temor y comenzó a disfrutar la charla. Todoroki era interesante aunque algo lento para entender las emociones y algunos comentarios de los demás, para el Omega no parecía un chico capaz de extorsionarlo.