Atados... (1ra edición)

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Cuando despertó, Kacchan se encontraba aún dormido junto a él, sentía los brazos del rubio en su cintura, aún cuando le dio la espalda toda la noche, Bakugou no lo había soltado. Suspiró cansado, seguía molesto y frustrado, sobre todo preocupado ya que el trabajo de todos se había retrasado por culpa suya, todo era un desastre, el trabajo, su matrimonio, su vida y si cuerpo, que desde hace unas semanas lo sentía muy extraño y aunque pensó en un embarazo, la prueba que de había realizado resultó negativa.

Decidió levantarse de la cama, y pudo darse cuenta de lo cansado que se encontraba su esposo cuando solo lo vio abrazar su almohada y acomodarse de nueva cuenta. Se miraba tan tierno que quería volver a la cama con él pero su enojo no se lo permitía. Buscó su celular para hablar con su suegra, necesitaba disculparse pero, sabía que Mitsuki Bakugou estaba un poco loca, que la única respuesta que tuvo de su parte fue que lo disculparía si le daba nietos, que disfrutara su semana de descanso...

Izuku suspiró cansado, necesitaba un poco de café, por suerte parecía que su suegra había pensado en todo, así que la despensa estaba lo suficientemente surtida para comer esos días, tan preparada que estaban sus galletas favoritas. Tenía pendientes del trabajo así que sólo desayunó el café con las galletas mientras terminaba sus pendientes laborales.

Katsuki despertó bastante tarde, cuando abrió los ojos no vio a su esposo, se levantó inmediatamente, asustado de que Izuku se hubiera ido, tal era su apuro que espantó al peliverde que se encontraba sumido en su trabajo. Suspiró aliviado, al menos estaba ahí. Pudo ver que el pecoso lo ignoró para seguir en lo suyo, sabía que se seguiría enojado. Masajeó su sien y respiró, buscó el reloj de pared y pudo observar que marcaba casi las tres de la tarde. Miró la mesa y vio como solo había tres tazas de café y empaques vacíos de galletas.

-¿Tienes la despensa llena y sólo pensaste en almorzar galletas y café?
-Es algo que no te interesa -respondió molesto Izuku- no sé porqué nos quedamos aquí, si tenemos demasiado trabajo en la ciudad.
-Quería pasar tiempo con mi espo...
-Sólo lo somos por contrato...
-Izuku, creí que nosostros habíamos dejado claro nuestra opinión al respecto...
-Quiero el divorcio, en cuanto el plazo se cumpla, nos separaremos.
-Izuku ¿que...?
-Kac... Katsuki... Ayer me humillaste frente a todos...
-Lo siento... Estaba tan desesperado por estar contigo que...
-Ya me cansé, me lastimas, te perdono, estamos bien unos días y luego vuelves a... -pausó un momento- Ya no quiero que sigas rompiendo mi corazón, no quiero seguir así... La finalidad de este trato ya se consiguió, así que déjanos terminar lo que queda de nuestro matrimonio con dignidad.
-No... Izuku no lo acepto...
-No hagas las cosas difíciles, sabemos fingir bien, haremos la sesión que quiere tu madre, seguiremos nuestros roles en el trabajo pero en casa...
-¡Te dije que no lo acepto! -Gritó lo suficientemente molesto para usar su voz de alfa.

Izuku se espantó, jamás había escuchado la voz del alfa de Bakugou. Estaba sorprendido, que trataba de no llorar y temblar. Veía la molestia y frustración del blondo pero no sé dejaría amedrentar por él. Izuku dejó su trabajo en la computadora y encaró al alfa, tanto que pudo darse cuenta que el blondo se amedrentó un poco.

-Me importa poco si lo aceptas o no... El contrato ya está firmado. No quiero odiarte, quiero atesorar todo lo bueno que haz hecho-acarició su cuello y desvió la mirada del blondo- por favor... Déjame quedarme con eso.
-Deku -lo abrazó desesperado- lo siento, pretendo ser egoísta y quedarme al lado de mi Omega el resto de mi vida, perdóname, ese día estaba cansado y harto por la maldita semana, no había podido verte....
-Kacchan no lo hagas más difícil, mejor atesoremos lo que ya tenemos y cuando sea necesario, cada quien puede buscar a su destinado...
-Sabes que somos el destino del otro...
-No lo somos...
-Lo somos, nerd acéptalo y olvídate del divorcio -seguía sin soltar al peliverde, quien poco a poco dejaba de forcejear con el rubio- te amo, eres lo mejor que tengo en la vida, quiero tener una familia contigo, quiero que me regañes por enseñarle malas palabras a nuestros hijos, quiero despertar contigo aunque estemos enojados, quiero rogarte y pedirte perdón hasta al cansancio cada vez que la cague, porque sé que volverá a pasar...
M
Para ese momento ambos jóvenes se encontraban de rodillas sobre el suelo de n. Izuku no podía con tanto que le había confesado Bakugou, él también deseaba lo mismo pero, tenía miedo, no quería sufrir innecesariamente, pero los orbes rubíes de su esposo no dejaban espacio a la duda, su Kacchan, su amor de toda la vida.

-Quisiera creerlo -Lloró aferrándose al Pecho del alfa.
-Conseguiré que lo hagas, me creerás.

Ese día Izuku cayó dormido en los brazos de su esposo luego de llorar y reclamar hasta el cansancio, se quedó dormido en la sala junto a Bakugou, el cansancio no se iba, sus deberes y nueva rutina también.

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Una disculpa por la tardanza pero la maestría me tiene loca espero poder actualizar más rápido más adelantes, y destino.