Discusión

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Ambas estaban aún ahí sentadas mirándose cuando la pelinegra comenzó a acercarse lentamente, miró los labios finos de la castaña quien parecía mantenerse en ese mismo lugar.

-taeyeon, cásate conmigo- tiffany lo dijo sin pensarlo mucho -yo puedo ayudarte, puedo pagar todo esto-

-quieres comprarme?- esas palabras fueron un grave error, la pelinegra había roto todo el lindo ambiente en el que estaban.

-no, no taeyeon- y ahora se había dado cuenta de lo tonta que había sido.

-sabes algo, pensé que eras diferente, pero eres una rica más- la castaña se pusó de pie para salir de ahí.

-no tienes el derecho a decirme algo así- Tiffany hizo lo mismo y ambas se quedaron en medio del restaurante.

-sal de aquí, está cerrado- taeyeon le señalo la salida a su contraria.

-si quieres gritarme por lo que te paso esta bien, pero no me ofendas- tiffany bajó la voz, esa discusión no era lo que quería.

-solo vete- taeyeon también bajo la voz.

-no voy a irme- la pelinegra negó, no pensaba dejarla así.

-ya basta, no lo entiendes? Esto es nuestra vida, con esto pagamos la universidad de jessica, con esto vivimos, esto nos hace felices y ahora esta destruido- taeyeon sentía todo el dolor de haber perdido el restaurante -no sigas, esto no se trata de ti, no te conozco, no soy un juego, vete-

-solo quiero ayudarte, déjame hacerlo- la pelinegra dio un paso más cerca de la castaña.

-y cual va a ser tu condición? Que me casé contigo?- tiffany se arrepentía de haber dicho algo y no haberla besado, es lo que debió hacer -no señorita, yo veré que hago para arreglar las cosas aquí, usted no tiene porque meterse-

-lo hago porque me importas, acaso no lo entiendes?- taeyeon miró a otro lado, mientras tiffany no le quitaba la mirada de encima.

-no quiero entenderlo- porque la castaña se negaba a sentir algo por ella.

-lo lamento, no debí haber dicho eso en este momento que las cosas están mal para ti- las dos parecían dolidas -solo olvídalo-

-tengo que ocuparme de solucionar las cosas aquí, me tengo que ir- la castaña se giró para marcharse.

-taeyeon..- pero Tiffany se acercó rápido y la tomó de la muñeca.

Taeyeon se giró mirándola, luego vio como sostenía su muñeca, ese simple contacto las hacía sentir mucho.

-ya está olvidado, yo tampoco tuve la intensión de ofenderte, lo lamento- por fin las cosas entre ambas se tranquilizaron.

-me dejas..- la pelinegra le soltó la muñeca y se acercó más a su contraria.

La castaña se sorprendió, pero lo permitió, tiffany la rodeó por el cuello y espero que taeyeon también la rodeará a ella.

Cuando lo hizo se sintió mucho mejor, la castaña no solía ser una persona débil, pero ahora mismo las cosas no estaban bien.

Las dos se separaron casi enseguida y Tiffany sostuvo la mano de taeyeon, ambas se vieron unidas por un momento.

-me iré ahora- tiffany entendió también que había cometido un gran error y que no quería dañar más el día de la castaña así que saco una tarjeta personal y se la acercó -cualquier cosa que necesites solo llama, al que sea-

-gracias- taeyeon solo la tomó sin verla.

-espero que todo se arregle- la pelinegra por fin soltó la mano de la castaña -hasta pronto-

-adios- tiffany la vio un momento en silencio, pero luego siguió su camino fuera del restaurante.

La castaña vio por la puerta y luego soltó un suspiro, comenzó a caminar entrando por el pasillo que la llevaba a su habitación, cuando estuvo ahí se tiró a la cama y vio la tarjeta.

-Tiffany hwang vicepresidenta- era una tarjeta corporativa, tenía su nombre y su número, al girarla tenía otro número escrito con lápiz, pensó que tal vez era su número personal.

Taeyeon negó, para sacar los pensamientos que venían a su cabeza, ella había deseado ese beso y cada toque de parte de Tiffany.

La castaña alejó esos pensamientos y se puso de pie, se inclinó apoyando sus rodillas en el piso y tomó una caja que guardaba debajo de su cama, la abrió y dentro habían unas cartas y una pequeña cajita, la sacó y la abrió, ahí habían unos penitentes de oro.

Taeyeon tragó saliva, en esa caja estaban todos los recuerdos de su padre, aquel que los abandonó cuando jessica recién había nacido, era hora de que él las ayudara.

La castaña sacó la caja pequeña y cerró la grande, se dispuso a salir hacia el centro de la ciudad, hizo sus averiguaciones y cuando llegó al lugar se detuvo un momento, en su pecho sentía un poco de angustia.

-es lo que debo hacer- era el único regalo que recordaba había conservado de aquel hombre.

Taeyeon ingresó y tomó un número de atención, esperó hasta que llegó su turno, después de media hora ya estaba afuera.

-gracias por su ayuda- fue lo único que pudo decir al haber perdido esos aretes, después de todo la castaña no sabía nada de él.

Taeyeon no había sentido tanto el venderlos para obtener dinero, después de todo era para poder hacer algo con el único lugar que tenían para vivir.

Ahora le tocaba buscar a alguien que quisiera hacer el trabajo en el restaurante, con ese dinero no le alcanzaría para todo, pero al menos iba a reparar algunas cosas.

Mientras eso pasara solo pensaba en olvidar todo sobre Tiffany, sería lo mejor, porque lo más probable es que no la volviera a ver otra vez como había pasado.

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