Irene

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Una chica de cabello rubio y ojos miel salió de una habitación en una gran mansión, se veía neutral, sin ningún tipo de expresión, bajó hasta la entrada y fuera de aquella casa se subió en la parte trasera de un carro negro.

-a la empresa- ella debía ser ahora la cabeza de la familia y estaba en su papel.

-si, mi señorita- ya no podía ser tan solo una niña de  18 años.

La chica veía las calles mientras pensaba un poco en lo que pasaba últimamente, su padre tal vez tenía solo unos años más de vida y le había explicado bien todo lo que pasó con su abuelo y como lo obligó a casarse con amenazas, a pesar de eso él nunca fue malo con ella ni con su madre, aún así sentía esa ausencia de parte de él.

Pero como última palabra estaba de acuerdo en que viera a esa familia que abandonó y por la que sufrió cada día de su vida en esos años.

La rubia entró a la empresa y la mayoría se inclinaba al verla, subió al ascensor y llegó al último piso, siguió hasta la oficina que era de su padre, la asistente se acercó enseguida.

-buenos días señorita Kim- era una mujer en los 40, tenía bastante experiencia.

-buen día- y la menor era todo una profesional -mi agenda?-

-bueno hoy tiene reunión con la señorita hwang antes de las dos, hay un proyecto que debe revisar, debe tener por la tarde una reunión con los accionistas..- la mujer siguió hablando y ella escuchó atenta.

La menor después de oír a la asistente de su padre se sentó en aquella silla que encontraba demasiado grande para ella.

Debía llenar un vacío que no pensó tendría que hacer, hacerse cargo de esa empresa iba a ser una lucha eterna.

Las horas pasaron, con todas sus ocupaciones no se dio cuenta de la hora ni de las llamas que tenía en su móvil.

Dejó de ver unos papeles y se puso de pie, necesitaba caminar un momento así que salió de su oficina y se encontró de frente con quien menos esperaba.

-hola- la castaña estaba ahí esperando con una bolsa en su mano.

-taeyeon?- la menor aún parecía asombrada, no pensó que taeyeon iría a verla.

-es horrible la seguridad de este lugar, tuve que utilizar mi apellido, creo que cuando lo dije la recepcionista llamó enseguida a tu asistente- una suave sonrisa se vio en los labios de Irene.

-ya están al tanto de ti, de jessica y de su madre- la menor se había encargado de que así fuera, no quería mal entendidos si alguna decidía a ir a hablar con ella.

-no deberían, solo somos unas personas aparte- la castaña lo minimizaba todo como siempre.

-que te trajo aquí hoy?- la menor ya le hablaba de tú porque taeyeon le insistió.

-no e sabido de ti en dos días, no me contestas y quería saber como estabas, si te estas alimentando bien- la castaña se acercó y le tocó la mejilla a la menor con su mano -estas más delgada desde la última vez que te vi-

Eso era tener una hermana mayor? Es lo único que pensó Irene, habían pasado un par de semanas y ella siempre estaba pendiente de la menor.

La llamaba seguido, la invitaba a comer de vez en cuando y le enviaba mensajes casi siempre que podía.

La mano de Irene se movió inconsciente y la posó encima de la de taeyeon, se sentía protegida de esa forma.

-es por eso, por eso no fui yo?- esa voz llamo la atención de ambas hermanas, la castaña se sorprendió al verla ahí.

Los sentimientos de la castaña volvieron a invadirla, no pensó que volvería a verla.

Mientras que Tiffany la veía con melancolía, pero también se veía molesta, tenía su mirada fija en la mano de taeyeon que cubría el rostro de la menor.

-Tiffany..- a la castaña apenas le salió la voz, la había extrañado inmensamente.

-es una mocosa taeyeon..- pero la pelinegra estaba molesta, dolida y celosa.

-Tiffany, no te atrevas a ofenderla, no te creas con ese derecho- esas palabras taeyeon no las iba a aceptar, no iba a dejar que alguien tratara así a su menor.

-nunca me hablaste así- la pelinegra soltó un suspiro, de repente se sentía pésimo.

-entonces no la ofendas, no tienes ese derecho- la castaña siguió defendiendo a su hermana.

-estas lista para la reunión o tengo que seguir esperándote- entonces Tiffany se dirigió a Irene, hablaría con ella, después de todo con taeyeon ya no tenían ningún tipo de relación.

-lo lamento, pasa a mi oficina- la menor dejó que la pelinegra pasara primero.

-lo siento, te traje algo de comer- la castaña se sentía algo culpable por la situación.

-es lindo que lo hagas y no te preocupes, yo te defenderé también- la menor tomó la bolsa con una suave sonrisa, tenía por primera vez curiosidad por algo.

-comelo todo ok? Lo hice yo misma- que tipo de relación había tenido taeyeon y Tiffany.

-gracias, ahora ve a casa- la menor le sonrió suave a la castaña, sabía que estaba algo nerviosa.

-si, te llamaré por la noche- taeyeon no quería irse para nada, pero no tenía mucho que hacer ahí.

-adios taeyeon- la menor quería que se sintiera tranquila.

Ambas se vieron y la menor sonrió, entró a su oficina, el ambiente era pesado, supuso que podía pasar, al parecer Tiffany estaba interesada en su hermana y lo más probable es que taeyeon no haya cedido, ahora tendría que soportar su mal carácter.

Aparte de como vio a su hermana de nerviosa por ella, parecía que no se habían visto en el último tiempo.

Quería saber todo, pero no podía hacer mucho, sabía que Tiffany lo más probable es que le hiciera preguntas, ya que supuso algo que no es y haber si podía sacarle algo de que trataba su relación o que había pasado entre ellas dos.

Cásate Conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora