En la antigua mitología griega una ninfa era conocida por ser una deidad femenina típicamente asociada a un lugar natural. Se les aplicaba el título de olímpicas y se decía que eran convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo y que eran hi...
¿Hace cuanto no veía a este tipo? Su mente se había simplemente olvidado de su existencia por completo, pero ahora, el tenerlo en frente le hacía recordar cosas que simplemente no le gustaban para nada ya que era como tener en carne propia su propia estupidez.
Ambos estaban dentro del auto bebiendo un poco, lógicamente Hal se aseguró de que ese trago no tuviera nada, no confiaba para nada en este tipo.
–Hace poco me tope con Chungwoo, se ve más delgado –comento–
–Imagino que clase de "encuentro" fue ese –hizo las comillas con sus dedos–
–No has podido hacer que deje esas medicinas ¿Verdad? –esa oración hizo que Hal apretara la copa en su mano debido a la molestia– Pobre de ti, con lo mucho que las odias y ver a alguien tan preciado para ti en eso...
–Me pregunto de quien fue la culpa...–su voz era fría al igual que su mirada– Además no eres nada suyo o mío para meterte en lo que no te importa
–Hal aunque no lo creas me importa lo que le pasé a Chungwoo después de todo le di un nombre, creo que tengo derecho además no recuerdo haberte hecho nada a ti –dijo con una sonrisa–
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–Perdiste cualquier derecho al traicionarlo y eso me basta a mi para odiarte, no hizo falta que me hicieras nada –afirmo dejando el trago ya vacío a un lado–
Hal miraba por la ventana el paisaje que pasaba, esperaba cualquier oportunidad para pegarle una cachetada a este tipo y salir de ahí.
–Es curioso, aún recuerdo la primera vez que los vi a ambos...Un tipo que rondaba las calles buscando un gangster sin nombre o familia o bueno no una de sangre ya que tenía a una pequeña niña que no tenía idea de su propio linaje detrás de el –comento con un toque de gracia–
Hal bajo la mirada un poco, eso era cierto...ella no fue más que una molestia para Jin y aun así la cuido lo mejor que pudo en esas épocas.
–Deja de perder el tiempo en estas charlas y se claro, me siento putamente incomoda hablando contigo y sé que quieres algo de mi –afirmo la rubia recobrando la compostura–
–¿Acaso no puedo visitarte porque te haya extrañado?
–¿Tu ano no está celoso de tu boca por toda la mierda que sueltas? ¡Habla ya, no tengo paciencia! –dijo ya perdiendo un poco la paciencia– Si es por el dichoso terreno ese yo no sé una mierda y no estoy metida en eso
–Oh cierto, creo recordar que tu deseo era no estar en este mundo, pero...me temo que te será imposible –Hal lo miro con el ceño levemente fruncido– En algún punto, esto te terminará alcanzado, no puedes correr para siempre fingiendo ser una persona normal
–Ustedes los ancianos hablan pura mierda ¿Lo sabias? Déjame bajar ahora mismo antes de que te rompa los dientes
–¡Tan agresiva! Hace mucho no te oía hablar así, me recuerda cuando eras una pequeña ¡Que divertido! –comento gracioso–
