Capitulo 11-Deseo Carnal

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La lengua de Matthew giraba sobre el sensible clítoris de Hal que contenía sus gemidos mordiendo su labio con fuerza gemidos mientras que el chico que estaba debajo suyo succionaba y mordía su clítoris para luego lamer con suma hambre toda su intimidad.

¿Como es que la situación había escalado tan rápido? Con ella completamente desnuda sentada en el rostro del escultor que estaba solo con sus pantalones puestos y ambas manos atadas a su espalda.

»FlashBack«

Cuando el reloj de su muñeca dio las 7:30 de la noche oyó como la puerta de su estudio se abría haciendo que se pusiera rápidamente de pie de golpe para ver como efectivamente, la hermosa mujer de cabellos rubios entraba y bajaba las escaleras con total tranquilidad.

–Hey ¿Estas listo? –pregunto la chica dejando su estuche de violín junto con su bolso a un costado seguido de su abrigo con la mirada del castaño sobre ella–

–Si viniste...

–...–la mujer lo miro extrañada–Por supuesto, hice un compromiso contigo y yo siempre cumplo 

Matthew sintió como la respiración se le cortaba cuando vio el cuerpo femenino acercarse a él con total naturalidad y serenidad.

–¿Y bien? ¿Qué quieres que haga? –pregunto la mujer esperando instrucciones–

El muchacho trago con dureza, su mente aún estaba plagado de las imágenes eróticas que su cabeza había formado, pero tenía que enfriar su cabeza y concentrarse.

–Desnúdate para comenzar a dibujarte –le dijo queriendo buscar su lápiz y cuaderno de dibujo, pero fue detenido por la mujer que lo tomo por el brazo–

–Hazlo tu ¿No recuerdas nuestro trato? –pregunto con una sonrisa inocente–

El hombre sentía como en cualquier momento se volvería loco, pero acato la orden. Comenzó a quitar las prendas de la mujer poco a poco que solo se dejaba, comenzando desde los pies con sus zapatos, su pantalón dejando ver por fin esas hermosas piernas que previamente había sentido a ciegas dejándolo un poco embobado al ver su belleza sacándole una risa leve a la mujer que le animo a continuar. Quito la blusa de la mujer con cuidado dejando por fin el cuerpo femenino en ropa interior de encaje azul haciendo que su cara se pusiera más roja.

La mujer guio las manos del hombre a su espalda para que desabrochara su sostén con sus manos y deslizara la prenda de sus hombros hasta sacarla por completo dejando libres sus pechos.

–¿Puedo...tocarte?

–Adelante, ahora mismo puedes hacer lo que quieres conmigo 

De inmediato el hombre la tomo por ambas piernas cargándola como saco de papas hasta la cama dejándola caer en ella creando una de las imágenes más hermosas que él había visto. Ella acostada en su cama, totalmente a su merced con su largo cabello decorando sus sabanas totalmente esparcido con ese bello rostro de ángel esperando ansiosamente que él se acercara.

Matthew se puso sobre ella dejándola completamente acorralada contra su cama para sentir como la mujer pasaba sus manos por su cuello y cabello haciendo que cerrara los ojos ante la dulce sensación para luego sentir un brusco tirón que lo hizo besarla. Era un beso que trasmitía la lujuria de ambos. Sus finos dedos jugaban con su cabello mientras que él recorría su cintura desnuda rozando levemente la ropa interior aun puesta de la mujer y su pecho rozando poco a poco los pezones de la mujer que se sobresaltaba levemente en sus manos.

El oxígeno se volvía escaso y maldijo mentalmente por el hecho de tener que separarse, pero rápidamente comenzó a atacar su cuello besándolo fervientemente escalando hasta el lóbulo de su oreja para ir bajando poco a poco para bajar a los redondos pechos de la mujer.

𝐍𝐢𝐧𝐟𝐚 | 𝐄𝐧 𝐏𝐚𝐮𝐬𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora