Capítulo 9

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- Dime al menos una razón para no pulverizarte en este mismo instante - Shiz ya había tomado una posición de defensa un tanto mal hecha. Aún con su mal estado pensaba que podría defenderse.

- Yo si fuese usted, no me movería mucho. Por lo que puedo ver, su tobillo ha vuelto a sangrar - el elfo levantó los brazos en señal de paz pero con una mano señaló el tobillo vendado.

Shiz dudó si mirar o no pero una fuerte punzada la atravesó haciéndola perder el equilibrio. Se preparó lo mejor que pudo para que el golpe no la dejase peor de lo que ya estaba pero este no llegó nunca, sólo sintió unos fuertes brazos interceptándola.

- Se lo dije - el elfo la ayudó a incorporarse con delicadeza.

Shiz le miró a los ojos. Aquel color esmeralda le recordó fugazmente a su maestro. Desvió la vista rápidamente para alejar ese recuerdo encontrándose con una Priscila muy preocupada que le tendía la mano para ayudarla.

- Tú me culpas de lo que te ha pasado en el pueblo y poco después vuelves con el hombre que nos intentó matar hace menos de un día - Shiz la miró con reproche pero aceptó su mano alejándose del elfo. Este último la siguió observando, atento de cualquier movimiento.

-Dice que puede ayudarte, Shiz. Eso es lo importante ahora.

- Y puedo hacerlo - una sonrisa orgullosa se formó en su rostro.

- No voy a aceptar algo de una persona que ha intentado matarme. Sería estúpido hacerlo - Shiz miró al elfo con desconfianza. Sus ojos volvieron a Priscila- ¿Se puede saber qué te dijo para convencerte?

Priscila miró para otro lado, recopilando todo lo que le había dicho el elfo en su mente para soltarlo de la forma más resumida posible. Luego volvió a mirarla con una mirada de determinación y preocupación.

- Puede ayudarte Shiz, estás más grave de lo que creíamos. Estos lobos tienen algo diferente al resto que les hace letales con un solo ataque.

Shiz se apartó de ella lentamente, extrañada y confusa.

- Es sólo una herida. Con algunas plantas medicinales podré volver a estar bien. Seguro has encontrado algo, aunque sea una pequeña. Con tus poderes podrás crear más y...

Shiz guardó silencio al ver la cara totalmente seria de Priscila. Sólo se escuchaba el crepitar de las llamas y el miedo comenzó a cobrar solidez en el interior de Shiz. Se alejó más de ella cojeando y se apoyó en la pared. Ahora entendía el por qué de las preocupaciones de Zenit, el por qué se había quedado dormida sin costumbre alguna y los dolores en las piernas. Sus ojos comenzaron a mirar a ambos con pánico, buscando alguna solución en su cabeza.

- No, es sólo una herida. Por una mordedura de un lobo no puedo morir.

- No vas a morir, Shiz. Él nos ayudará - Priscila se apresuró a acercarse a ella pero Shiz la alejó con la mano.

- Maldigo el día que cogí este dichoso trabajo, sólo me ha traído desgracia tras desgracia- descendió lentamente en el sitio apoyando la cabeza en la pared.

- Por mucho que maldigas tu situación no va a cambiar - el elfo se agachó para examinar la herida pero rápidamente Shiz la retiró seguido de un pequeño quejido - Cuanto más tardemos en curarla peor será la situación.

El dolor de cabeza comenzaba a aparecer en Shiz y al llevar su mano a la frente notó su alta temperatura. De mala gana volvió a acercar su pierna. El elfo la miró sonriente intentando ganarse su confianza. Levantó la parte baja del pantalón y retiró los vendajes dejando al descubierto más pústulas e hinchazón de las que estaban antes.

El clan del fenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora