El suelo tembló ligeramente a los pies del grupo, causando un escalofrío a cada uno. Priscila giró la cabeza tratando de observar la gruta por donde había huido pero se habían alejado lo suficiente como para no ver nada.
- ¿Y ahora qué? - Priscila detuvo su caminata captando la atención de Hirion y Samantha.
- ¿Cómo que ahora qué? Vamos a seguir andando.
- ¿Vamos a hacer como si nada hubiese pasado, elfo? - Priscila caminó a pasos agigantados acortando la distancia entre ambos hasta quedar cara a cara. - Hemos perdido a Shiz.
- Eso ya lo sé.
- ¿Y no te importa? - Priscila alzó la voz - Era nuestra amiga.
- Error, era tú amiga - Hirion apuntó con el dedo índice a Priscila haciendo que se alejase confundida - Hicimos un trato. A cambio de salvar a tu amiga Shiz, vosotras me ayudabais a mi a matar a esta bestia.
- ¡Se ha sacrificado por nosotros! - Priscila miraba incrédula a Hirion.
- Esa ha sido su elección, no podíamos hacer nada.
Un silencio se creó entre ambos. El camino de la cueva volvía a ser estrecho y la estalactitas y estalagmitas se amontonaban por todas partes, pero esta vez no se iluminaban y daban un aspecto tétrico a todo con un color grisáceo.
-Priscila -Samantha caminó hacia ella - Sé que es duro perder a alguien pero ella lo ha hecho para ayudarnos. Lo mínimo que podríamos hacer es seguir el viaje. Es lo que ella hubiese querido.
- ¿Qué sabes tú lo que hubiese querido ella? - Priscila miraba hacia abajo, apretando las manos en forma de puño - No tenéis ni idea de lo que ella quería.
- ¿Y tú si? - Hirion volvió a hablar - Sólo la conocías desde hace unos días, al igual que nosotros.
- ¿Y eso qué más da?
- No puedes hacer como que eres su amiga cuando lo primero que querías hacer era echarla del pueblo.
Priscila seguía con la mirada baja. Hirion soltó un pesado suspiro y se cruzó de brazos, molesto.
- Estás en la misma situación que nosotros, Priscila - Samantha abrazó a Priscila - Nos duele haber perdido a Shiz.
Pequeñas lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Priscila. La fuerza parecía abandonar su cuerpo y cayó desplomada al suelo. Mientras su llanto se hacía cada vez más fuerte Samantha sólo la abrazaba con fuerza.
Habían montado un pequeño campamento para descansar, bueno, Hirion montó el campamento mientras Samantha consolaba a Priscila
-Aquí tienes - Samantha le dio una taza con té caliente a Priscila - ¿Ya estás mejor?
- Un poco - Priscila bebió tranquilamente. Tenía los ojos rojos de tanto llorar pero no le importaba.
- Tenemos que seguir pronto. Podemos estar en constante peligro sin siquiera saberlo.
- Hirion, queda poco, podemos descansar un poco - Samantha le lanzó una mirada recriminatoria hacía este.
- ¿Cómo sabes que queda poco? - Hirion se fue acercando hacía Samantha con enfado - ¿Acaso todo este tiempo has sabido el camino y te lo has callado?
- Esas son acusaciones muy feas - Samantha tomó un sorbo de su taza con toda la tranquilidad del mundo.
- Responde - ahora era Priscila la que le miraba completamente sería.
- Si supiese el camino os lo habría dicho, ¿no creéis?
- Entonces ¿por qué has dicho que queda poco si no sabes el camino o por dónde vamos? No tiene sentido darnos esperanzas en vamos de esa manera.
- Y menos después de lo que acaba de pasar.
Todos lanzaban miradas acusativas hacía Samantha pero esta simplemente las ignoraba y seguía con su té.
- No quedaba otra. -Samantha dejó a un lado su taza y miró al fuego - Habríamos pasado por ahí si o si.
- Maldita sea, ¡con que si lo sabías todo! - Priscila se levantó de su sitio rápidamente.
- ¡Pero no es lo que pensáis! No hice nada malo, lo juro.
Samantha miró a Hirion en busca de comprensión pero hasta este le miraba con enfado.
- No confiaba en ti pero esto la verdad me ha sorprendido. - Hirion se levantó - Recojamos todo esto, es hora de matar a esa bestia.
El suelo era frío como el hielo y duro como una piedra.
La caída desde tal altura habría provocado la muerte a cualquiera de no ser por la base de magia que frenó la caída cuando estaba a punto de chocar
-Eso estuvo cerca - Shiz se encontraba tumbada boca arriba en el fondo del abismo al que había caído. De la profundidad de este el agujero por dónde había caído parecía un punto insignificante.
Miró hacia los lados con la esperanza de encontrar algo que la ayudara pero todo estaba a oscuras. Intentó levantar los brazos pero estos no le respondían. Había gastado demasiada energía en convocar el hechizo de antes y ya la base de magia la había agotado completamente.
-Supongo que este es mi fin. - Shiz soltó un largo suspiro - Al menos desearía haber encontrado a Cuervo y a Zenit.
Cerró los ojos con fuerza para evitar que alguna lágrima saliese ante la frustración que sentía pero era imposible. Nunca antes había estado en situaciones tan extremas, al menos no antes de ser abandonada por su maestro. Algún recuerdo se le pasó por la mente, cuánto echaba de menos los años felices, en donde no tenía que preocuparse por la caza, el sitio donde dormir y otras cosas. Entonces, recordó su infancia, mucho antes de estar con su maestro. Eran pequeños esbozos que nunca había conseguido recordar claramente pero ahora pudo recordar la cara de sus padres.
-Que irónico - Shiz soltó una risa sarcástica - Justo se acerca mi final y recuerdo esto
- Este no es tu final, querida - una luz apareció en el fondo de un túnel.
Shiz giró la cabeza extrañada ya que reconocía esa voz.
- ¿Qué? - Shiz se sorprendió al ver al hombre alto de larga barba blanca con una llama verde en su mano en la entrada de un túnel, observándola.
- Ha pasado mucho tiempo, querida Shiz.
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El clan del fenix
FantasyUn clan destruido. Una maga expulsada de su gremio. Y un mundo casi sumido en la ruina. Shiz es una maga la cual hace poco a empezado su viaje de aventurera junto a Zenit y Cuervo, sus fieles compañeros. Tras varias misiones la envían a la montaña d...