Capítulo 30

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Shiz caminó por toda la sala llena de máquinas y runas. Aún le parecía todo demasiado extraño, nunca se habría imaginado a su maestro mezclado en todo ese mundo.

- Tenemos que salir de aquí, Zenit.

La pequeña zorra ladeó la cabeza sin entender. Shiz se acercó a una mesa y voy los diferentes utensilios.

Pinzas, tiza, ceniza, sal y demás cosas en los laterales de la mesa para crear una máquina pequeña situada en el centro de esta. Shiz se detuvo a verla con detenimiento. De la pieza salían pequeñas nubes de humo y, a través de una lupa, pudo ver a un espíritu encerrado en una esfera situada en el centro de la pieza.

- ¿No es maravilloso? - El maestro apareció por una puerta, cargando a Lionel.

- ¿Qué le hiciste a tu propio guía? - Shiz estaba horrorizada e hizo que Zenit se escondiera en su sombra.

- Sólo le ayude a potenciar su poder, querida. - El maestro dejó a Lionel en una mesa y se acercó a la mesa donde estaba Shiz - Este pequeño objeto puede hacer que cualquier persona pueda usar el poder de Lith.

Shiz retrocedió unos pasos horrorizada.

- Has violado una ley fundamental entre espíritus y magos, maestro. Esto no puede acabar nada bien.

- Mi querida Shiz, no ha pasado nada. ¡Todo esto es por el avance de la ciencia!

- No es ciencia. - Shiz avanzó con pisadas fuertes hacia su maestro - Ahora mismo tienes que acabar con todo y acatar las consecuencias.

El maestro soltó una risa maniática y se volvió hacia la mesa donde había dejado a Lionel.

- Es el futuro, Shiz. Y, si no eres capaz de afrontarlo, tendré hacértelo entender.

El maestro se giró con rapidez hacia ella con intención de paralizarla pero Shiz fue más rápida esquivándole.

- Veo que has aprendido de lo que te enseñe - El maestro siguió golpeando y Shiz tratando de esquivarlo.

- No sólo aprendí cosas contigo - Shiz conjuró un hechizo creando una gran bola de agua que dejó suspendido en el aire al maestro.

- Muy bien, querida alumna.

Shiz, sin quitarle un ojo de encima, se acercó a la mesa donde estaba acostado Lionel, revisándolo detenidamente.

- ¿Y tú quién eres?

Un pequeño temblor en una de las paredes de la habitación captó la atención de Shiz. Un gran agujero se abrió dejando ver a Priscila, Hirion, Samantha y Walter.

- Podría haber sido peor el camino - Priscila se sacudió el polvo de su ropa sin ver en dónde había aparecido.

- ¿Shiz? - Hirion palideció al ver a Shiz justo en frente de él.

- ¿Cómo que Shiz? - Priscila entonces alzó la vista y vio al maestro en el aire retenido en una burbuja y a Shiz observándolos impresionada - ¡O POR DIOS SHIZ!.

Priscila corrió hacia Shiz a toda prisa. Cogió su cara entre sus manos y comenzó a comprobar si estaba herida.

- ¿Qué haces? - Shiz la apartó con delicadeza y una sonrisa de sorpresa en su cara.

- Comprobar que no eres un espejismo - pequeñas lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Priscila - En esta cueva una nunca sabe qué es real y qué no.

- ¿Cómo es posible? - Samantha se acercó a Shiz - Te vimos caer por el precipicio.

- Pude conjurar un último hechizo para no morir por el impacto.

- Bueno, tenemos que sacar a Lionel de aquí - Walter cargó a Lionel y lo acercó a Hirion. - Con un solo toque, podrás despertarlo.

- ¿Y yo por qué haría eso? - Hirion sacó su daga z- Vine a esta montaña a matarle, por órdenes de mi padre.

- Hirion - el maestro intervino de entre las alturas - Tu padre ya no sigue vivo.

- ¿Cómo? - Hirion miró al maestro estupefacto.

- Ese rey elfo no tuvo nada que hacer contra mí - el maestro soltó una risa socarrona - Y ahora vosotros no tendréis nada que hacer contra mi.

Una fuerte luz comenzó a salir de los puños del maestro y posteriormente se extendió hacia toda la burbuja.

- ¡No podré mantenerlo así por mucho! - Shiz alzó sus brazos hacia la burbuja en un intento de mantenerla estable.

- Es ahora o nunca - Walter tenía la mirada fija en Hirion, a la espera.

- A la mierda con todo.

Hirion posó sus manos en los hombros de Lionel y este comenzó a emitir una tenue luz por unos instantes. Luego abrió los ojos.

El maestro se liberó de su prisión de agua.

La verdadera batalla acababa de comenzar

El clan del fenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora