13. Despedida

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Ruby había pedido unas vacaciones adelantadas en su trabajo y a Marianne, su jefa,  no le había gustado mucho la idea.

Realizaron una reunión, y Ruby le explicó la situación en la que se encontraba. Además de querer pasar tiempo de calidad con Alex, era cierto que se encontraba en un bloqueo de escritor, así que Marianne termino aceptando no muy convencida.

Su primer boleto tenía destino en Londres, para visitar a Miles que hace bastante tiempo no se veían. De seguro Ruby se había visto más seguido que Al.

Así que esa última semana antes de partir, habían aprovechado a juntarse con sus amigos en común y en especial los padres de Ruby para despedirse por unos días, hasta su regreso.

Paula y Steven estaban preocupados por su hija. La habían notado estresada hace varias semanas ya. Sabían que Alex la amaba, y que jamás la abandonaría si ella estaba pasando por un momento difícil, pero ellos después de todo eran sus padres y no podían no preocuparse por su hija.

– ¿Estás segura que unas vacaciones es lo que necesitas? – insistió Paula, mientras envolvía la cena que había sobrado aquel martes por la noche.

– Si mamá, ya te lo dije... Es solo un bloqueo de escritora. Bueno, eso y varias cosas más, necesito un descanso de todo. – suspiró jugando con una cuchara en sus manos.

Alex se encontraba con Steven en el garage, mientras el padre de Ruby le enseñaba la nueva motocicleta que se había comprado.

– Sabes que puedes hablar conmigo sobre lo que sea hija.

– Lo sé mamá... Es... – miró hacia atrás y se acercó a ella. – Han sido días difíciles con Alex. Sabes que la he pasado muy mal cuando él se fue. – explicó. – Supongo que aún habían muchas cosas pendientes por hablar. – eso era más o menos cierto, y bastaría para que su madre no se preocupara tanto.

– Está bien. – Paula rodeo con un brazo los hombros de Ruby. – Todos pasamos por malas rachas, con tu padre discutimos a menudo. Pero el secreto está en el diálogo y en el perdón. – tocó con un dedo su pecho. – Sé como puedes llegar a ser... Te defiendo porque eres mi hija, y también te conozco, y conozco los berrinches que hacías cuando tenías quince años... – la señaló y Ruby rió avergonzada.

– ¡Mamá!

– ¡Es cierto! Debí advertirle a Alex en dónde se estaba metiendo. – bromeó, haciendo reír a su hija. – Me alegra que vayan a tomarse días para ustedes. Disfruten que son jóvenes... Te amo hija.

– Y yo a ti mamá...

Ambas se abrazaron con fuerzas, y Paula besó repetidas veces las mejillas de Ruby.

– ¡Ya, mamá! – se quejó la pelirroja.

– ¡Es que eres mi bebé! – rió su madre y se alejo, cuando Alex y Steven ingresaban por la puerta que dirigía al garage.

– ¿Has visto lo que es esa motocicleta? – preguntó Al entusiasmado.

– Así es, la primer semana estaba como niño con dulce nuevo. – comentó Ruby rodando sus ojos, haciendo reír a todos.

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– ¡Avisen cuando lleguen! ¡Cuidense! – gritó la mamá de Ruby desde la entrada de su casa.

– ¡Buen viaje, los amamos! – Steven saludo con su mano frenéticamente.

Ruby también sacudió su mano desde el auto, y Alex comenzó a conducir alejándose de la casa de sus padres.

– Cada vez que visitamos a tus padres, recuerdo por qué eres tan simpática y dulce. – acotó Alex con una sonrisa en el rostro, sin desviar la vista de la carretera.

– ¡Ay que adulador! – bromeó Ruby riendo.

– No, hablo en serio. Tus padres son lo máximo.

– Los tuyos igual... – lo miró sonriendo de lado. – Me alegra saber que podremos ir en poco tiempo.

– Y a mi. – Alex le dedicó una fugaz sonrisa, y luego volvió su vista a la carretera rumbo para su casa.

• • •

– Hey, más te vale regreses pronto. No sé que haré tantos días en la oficina sin ti.

Ruby y Amanda caminaban por el centro comercial de Los Ángeles tomadas del brazo.

Aquella tarde la habían aprovechado a estar juntas para despedirse, mientras Alex visitaba a unos amigos.

– Intentaré. Pero realmente necesitaba ésto... Me fue difícil hablar con Alex, pero luego de la reconciliación intenté decirle todo lo que me había estado molestando. – suspiró mirando hacia el horizonte.

– Me alegra oír eso. – Amanda le sonrió. – ¡Asi que dediquemos este día para hacer unas buenas compras, antes de que te vayas!

Ambas rieron, e ingresaron en una zapatería dispuestas a comprar un par de lindos zapatos.

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Amanda condujo a Ruby hasta su casa, y esta le dió un gran abrazo.

– Gracias por todo... Siento que la vida te ha puesto en mi camino por un motivo. – acotó Ruby en el abrazo.

– Lo mismo digo. Espero que la pases fenomenal... Y recuerda, relájate... Después de todo es un viaje para relajarte. ¿Okey?

– Lo intentaré. – rió y beso su mejilla. – Te quiero Amy, nos vemos a la vuelta.

– Nos vemos Ruby, yo igual te quiero amiga.

Ruby se bajó del auto con las bolsas de las compras que habían hecho durante toda la tarde, y una vez dentro de su casa, saludo con su mano a su amiga para después cerrar la puerta.

• • •

La pelirroja pasó su mirada por la lista cosas para llevar, chequeando que todo estuviera empacado.

Alex, por lo contrario, no había necesitado ninguna lista. Estaba tan acostumbrado a empacar que lo había hecho casi automático y el último día antes de irse.

– No vayas a olvidar nada. – bromeó Alex desde la cama, mientras miraba una película de ciencia ficción.

– ¡No te burles! Es que luego me olvidó de las cosas mas importantes. – rió ella y cerro su lista, dejándola sobre la mesita de noche. – ¿Has llamado a Miles?

– Si, ya dijo que nos esperaría en el aeropuerto.

– Sabes que me encanta ir a su casa... ¿Pero no crees que deberíamos rentar un hotel? No quiero invadir su espacio personal.

– Cariño, Miles es como mi hermano... Ya lo sabes. Él no tiene problema, además insistirá en que vayamos a su casa... Por algún motivo siempre necesita estar acompañado. – rió sin desviar la vista del televisor.

– Bien, eso espero. – suspiró y cerro su maleta. – ¿Tu ya estás listo?

– Así es.

– ¿Cómo puedes estar tan relajado, Alex?

– Tu te preocupas demasiado. – rió mientras apagaba la tv y se incorporaba. – Ven aquí.

Ruby camino hasta él y lo abrazo por la cintura enterrando su cabeza en su pecho.

– Por fin estaremos juntos, sólo tu y yo por unos buenos días.

– Tu, yo y Miles.

Agregó Ruby y ambos estallaron en risas.

Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora