21. Incertidumbre

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En el viaje de vuelta a Los Ángeles, Alex tenía tantos pensamientos en su mente que sentía que su cabeza iba a estallar.

Con la banda, Arctic Monkeys, ya habían acordado encontrarse en el estudio la semana próxima para comenzar a ensayar, así que tendría que volver a Londres.

Había pensado quedarse en casa de Miles, pero prefería volver unos días a Los Ángeles para comentarle la situación a Ruby (y con suerte) proponerle que lo acompañe durante el ensayo para el concierto.

Así que al llegar finalmente a casa se reencontraron en la sala. Ambos se abrazaron con fuerza y se llenaron de besos, repitiéndose cuánto se habían extrañado y riendo porque solo habían sido un par de días.

- ¿Cómo ha ido todo? Es increíble que te haya extrañado en tan solo unos días. - rió Ruby aún en el abrazo, escondiendo su cabeza en su pecho.

- Todo ha ido bien, estoy contento de haber vuelto a ver a los chicos... Hemos tenido la reunión y Matt me ha invitado a su casa un día, Amelia está enorme... - le contó y beso su cabeza con dulzura.

- !Ya lo creo! Me alegra oír que todo fue bien amor...

- ¿Y tú, como has estado?

- Yo... Bien, bueno más o menos. - confesó alejándose un poco para mirarlo a los ojos. - La verdad he estado muy nerviosa, y sabes que los nervios siempre repercuten en mi estómago. - hizo una mueca asqueada, y Alex la miró preocupado.

- ¿Es por el manuscrito verdad? Cariño, debes aprender a manejar tus nervios... Sabes que eres grande en lo que haces.

- Gracias por confiar en mí Al.- rozó su nariz con ternura. - ¿Te parece si preparamos la cena? Acabo de llegar del supermercado.

- Por supuesto... ¿Qué tenías pensado cocinar?

- Bueno, ahora que llegaste tu sorprendeme. - sonrió entusiasmada, y se dirigieron a la cocina dispuestos a cocinar.

Y mientras charlaban, Alex cortaba algunas verduras y Ruby las cocinaba en una sartén. Habría sido el aroma de aquel pimiento, o que Alex le cuente que debía volver a Londres, o su estado aquellos últimos días lo que provocó nuevamente una oleada de náuseas y sudor frío en Ruby.

Alex no se había percatado de esto, y seguía charlando sobre sus amigos mientras cortaba cebolla.

Ruby frenó lo que estaba haciendo, y salió corriendo al baño de la planta baja. Alex volteó extrañado y al verla huir, la siguió ahora preocupado por lo que estaba ocurriendo.

- Cariño, ¿Estás bien? - preguntó Alex preocupado, pero no obtuvo respuesta.

Se sentó frente a la puerta del baño a esperar a su novia, que tardo unos veinte minutos antes de salir con un aspecto pálido y débil.

- Hey, hey... ¿Qué ocurre? - Nuevamente se paró preocupado, acercándose a ella.

- No lo sé... Creo que fue el aroma del pimiento. - acotó asqueada, y Alex tomó su rostro con ambas manos.

- ¿El pimiento? Pero tú amas el pimiento... ¿Estás segura que todo esto es por los nervios? ¿Estás comiendo bien?

- Si estoy comiendo bien. Todos estos días solo tuve dolor de estómago, pero no he vomitado hasta ahora... - lo miró preocupada.

- Ruby, me preocupa que el trabajo te tenga así. Escribir es lo que más amas hacer, no debería ponerte de éste modo. ¿Por qué no vamos al hospital?

- Al, no seas exagerado. Supongo que debo bajar un poco el ritmo, pero no es nada grave...

- Hablo en serio Ruby.

Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora