26. Te extraño.

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Ruby no podía caminar mucha distancia, ni hacer actividad física brusca y hasta tuvo que desistir de las posiciones muy arriesgadas de su amado yoga, optando por unas más relajadas sentada o acostada: todo debido a su embarazo de riesgo.

Pero aquella tarde, decidió pasar por el centro comercial a ver lo que había estado pensando toda la semana: prendas para bebés.

No había querido ver nada al respecto con anterioridad, porque temía que algo salga mal luego de que la ginecóloga le diga que tenía un embarazo de riesgo. Pero considerando que aquel mismo día cumplía 8 semanas (algo de dos meses) y todo había ido relativamente bien, se permitió darse ese mínimo gusto. Además, Alex no estaba en el país.

Él se encontraba en Londres, y esa noche sería la presentación del Royal Albert Hall, concierto que grabarían para posteriormente donar todo lo que recauden a la fundación War Child.

Se había acostumbrado tanto otra vez a estar con Alex, y su -breve- partida se había sentido desde el momento en que él se había ido. Además, al estar embarazada sus hormonas estaban algo alocadas y todo lo sentía el doble.

Así que mientras caminaba por las frías calles del centro comercial de Los Ángeles para despejarse un poco, uno de los locales le llamo la atención, con luces anaranjadas, toda la vidriera en si adornada con vestimenta para bebes en tonos tierra y verde musgo, un aspecto vintage y otoñal. Sonrió e ingreso a la tienda con entusiasmo.

Comenzó a pasar una por una las pequeñas prendas de los percheros, mirando cada atuendo con ternura.

- Hola, ¿Es para ti? - pregunto una de las muchachas sonriente. Ruby volteó a verla y sonrió.

- Hola, si. - asintió con la cabeza.

- ¿De cuánto estás? – preguntó con ternura.

- Algo de dos meses. - explicó intentando ocultar su emoción.  – No es mucho.

- Eres muy bonita, espero que cuando Nazca tenga tu cabello rojizo. - confesó la muchacha y Ruby rió.

- Muchas gracias... Estaba buscando zapatitos para bebes.

- Por supuesto, ven te enseño.

Ruby siguió a la muchacha a través del local, una vez llegaron a la sección de zapatitos de tela y de lana, ella comenzó a enseñarle los distintos modelos y recomendarle cuáles iban mejor para los recién nacidos.

Ruby escogió un par de zapatos color celeste pastel, luego de pagarlos por la caja agradeció a la muchacha por su calidad atención y se retiró de aquel lindo local.

• • •

El concierto en vivo de Arctic Monkeys había ido de maravilla, habían tocado un total de 20 canciones seleccionadas de distintos álbumes, y las más aclamadas por el público claro está.

Los fans eran igual de fieles que siempre, y parecían estar mucho más exaltados debido a la ausencia de la banda desde que la gira había finalizado.

Todo era igual que siempre, las entrevistas, los paparazzis, la multitud alocada... Pero solo había una cosa en la cabeza de Alex: Ruby y el bebé. Saber que su amada estaba pasando por un embarazo de riesgo era complicado, no quería ir al concierto porque temía dejarla sola en casa, pero sabía que era algo que ya había firmado mucho tiempo atrás.

El bebé aun era muy pequeño, pero si no tenían cuidado cualquier desgracia podría pasar. Eso era lo que más le preocupaba a Alex. Además, también quería estar presente para su padre que también estaba en una situación difícil, pero considerando lo del embarazo no sabía bien en que momento podría tomar la decisión de mudarse a Londres. Y temía que quizá tendría que esperar hasta después que el bebé Nazca. Pero el tiempo pasaba muy rápido, y a veces muy lento.

.

- ¿Ruby? - preguntó al oír como ella lo saludaba a través de la línea.

- ¿Cómo estás cariño? Buenos días.

- Lamento despertarte, pero anoche no pude ni tocar el teléfono. Todo ha ido de maravilla, ¿Pero tú cómo estás?

- Me alegra oír eso Al. Yo estoy bien, Miles me ha cuidado por videollamadas.– Alex soltó una risa al oirla.

– Me alegro que así sea. ¿Que tal está el bebé?

Ha ido todo bien Al... Hoy estuve viendo ropita para bebes. Sé que es demasiado pronto pero la emoción me gana a veces. – Ambos rieron enternecidos.

– ¿Has comprado algo? Me imagino la pequeñez en esas prendas. – rió él.

Lo verás cuando vuelvas.

– Bien, seré paciente entonces.  Yo también llevaré un presente de aquí... pero es sorpresa. – se hizo un silencio por unos breves segundos. – ¿Has tomado tu presión, amor?

Ésta mañana antes de ir al trabajo, dió un poco más alta de lo normal pero ya fui por las pastillas al salir de trabajar. – Explicó, y eso fue algo que Alex no esperaba oír.

– ¿Qué? ¿Pero tu estás bien? Ay Ruby, dime que la doctora lo mantendrá controlado por favor...

– Alex, no te preocupes. Ella dijo que me daría las pastillas correctas y el seguimiento adecuado para que la presión no sea un problema. Además me siento bien.

Ruby, si algo llega ocurrir necesito que me llames de inmediato y estaré ahí.

¡No exageres! Te dije que estoy bien, disfruta de tu viaje y de tu concierto...que por cierto, ¿Cómo ha ido todo?

– Todo ha salido bien como te dije, ha salido mejor de lo que esperábamos. Estamos muy contentos, ya mañana comenzamos con la edición en el estudio. Bueno, más bien a chequear todo.

Te extraño mucho...

– Y yo a ti nena. Pero la semana entrante si todo sale bien ya estaré ahí, ¿Si?

Tráeme dulces de Londres, son deliciosos.

– ¡Eres una golosa! – ambos rieron. – Te amo Ruby, te mando cientos de besos a ti y a nuestro pequeño o pequeña.

Y yo te amo aún más, que tengas buen día... Adiós Alex.

Alex colgó la llamada con una sensación de que algo iba mal, o de que Ruby no estaba siendo del todo sincera con él. La conocía demasiado, y sabía cuándo algo no iba bien. Pero de todas formas tampoco quería pensar lo peor, así que suspiró y se levantó dispuesto a comenzar el largo día que lo esperaba con la banda.




Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora