24. Visita inesperada

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Cuando Alex volvió a casa con algunas compras del supermercado para la cena, encontró a Ruby sobre el sofá mirando televisión con una expresión realmente triste y apenada.

– Hola... – la saludó dudoso. Ella solo lo miró, hizo un movimiento con la cabeza y siguió mirando televisión. – ¿Cómo estás?

Ruby volvió a mirarlo, y se encogió de hombros obvia. Alex se dirigió a la cocina para guardar todas las cosas, y volvió a la sala para sentarse al lado de su novia. Suspiró y la miró.

– He aclarado bastante mi mente... Necesito que me digas que sientes al respecto de toda ésta situación.

– ¿Qué es lo que siento? Bueno, me enteré hace un día que estoy embarazada. No tengo ni idea cómo abordar ésta situación y lo peor de todo es que mi pareja, quién se supone que debería haber estado a mi lado desde el principio me deja sola. Creo que me siento bastante de la mierda Alex.

Alex abrió sus ojos asombrado.

– ¿Sola desde el principio? Oh no no no... Te recuerdo que tú decidiste ir sola y que yo no te acompañe. Luego solo te pedí un momento para pensar. ¿Qué te ocurre Ruby? ¿Podrías dejar de culparme de absolutamente todo lo que ocurre?.

La pelirroja negó con la cabeza.

– Ya estoy aquí. – continuó Alex. – Sé que la última charla que tuvimos no fue la mejor, dije muchas cosas de las que me arrepiento. – confesó. – Pero estuve pensando y si estás embarazada es porque así debió ser. Es algo que ninguno de los dos esperaba, y debemos realizar grandes cambios en nuestra vida para adaptarnos a ésta nueva realidad. Sé que tienes miedo, yo igual tengo miedo Ruby.

Ella suspiró y volteó a verlo.

– ¿Que hay con todo lo que me dijiste?

– Lo siento... Pero quiero que tengamos éste bebé. Quiero que formemos una familia, así haya sido antes de tiempo. – tomó su mano con cautela. – Te amo Ruby, no te olvides de eso. Y estamos juntos en ésto, y en toda situación que la vida nos presente. Después de todo, fue algo que acordamos desde el día en que decidimos estar juntos y formalizar nuestra relación. ¿Cierto?

Ella lo miró pensativa. No tenía muchas ganas de hablar. Sabía que lo que él le decía era honesto, pero aún se sentía un poco dolida de toda la situación que había ocurrido.

Alex simplemente la abrazo, y ella recostó su cabeza en su pecho aún en el sofá.

– Bien, porque tendré a éste bebé, Alex. – finalizó con seguridad.

– Lo sé. Seremos padres. – coincidió Alex. – Lamento que no haya sido como esperábamos... Pero aún puede cambiar la situación si la vemos desde otro lado. – frotó su espalda. – Desde un lado más feliz, y tranquilo.

A Ruby aún le costaba relajarse y ver la situación con otros ojos. Pero se permitió sentirse como se sentía, sabía que en su momento la tormenta pasaría y comenzaría a disfrutar realmente su embarazo... Cuando realmente caiga en cuenta de ello.

• • •

Un sábado por la mañana, Ruby oyó el timbre de la casa. Se levantó muy a duras penas y vio que Alex no se había ni inmutado.

Bajó las escaleras adormilada, y notó que afuera a penas estaba amaneciendo. Hacia frío ya que el invierno estaba a tan solo dos semanas.

– ¿Quién es? – preguntó algo preocupada por la hora, pero nadie respondió.

Se acercó a la pantalla de la entrada, ya que tenían una camara de seguridad afuera y alzó ambas cejas. ¿Miles?

– ¿Miles? – preguntó confundida y abrió la puerta.

Efectivamente allí estaba él, sonriente y con una maleta a cada lado. Al verla se abalanzó sobre ella en un gran abrazo.

– ¡OH PECAS! ¡EN CUANTO ME ENTERÉ LA NOTICIA SAQUÉ EL PRIMER PASAJE A LOS ÁNGELES! ! ESTÁS EMBARAZADA! – exclamó a los gritos de felicidad.

Ruby frunció el ceño, de seguro Alex ya le había contado. Habían sido unos días algo difíciles, aún se estaban acostumbrando a la nueva noticia, y la primer ecografía de control sería en dos días. Sus padres aún no lo sabían.

– ¿Qué haces aquí tan pronto? ¿Por qué no avisaste que venías?

– ¿Y arruinar la sorpresa? ¡Claro que no! – deshizo el abrazo y tomó sus maletas para entrar a la casa.

Ruby cerro la puerta e intento ayudarlo con una maleta.

– ¡Ah ah! – nego con su cabeza. – Tu no puedes hacer esfuerzos.

– Miles, a penas me enteré que estoy embarazada. No sé ni de cuánto estoy.

– Cielos nena. Cada vez que lo mencionas me dan ganas de llorar. – exclamó dejando sus maletas a un lado para que no molesten, y volvió a abrazar a su amiga entre llorisqueos exagerados.

– Por más sorprendente que suene, me alegra que estés aquí... Han sido días muy difíciles. – Ruby lo abrazo con fuerza y Miles comprendió todo.

– Se que si, se que no han sido días buenos. Pero eso puede cambiar, no te amargues. Estoy aquí para ti... Ya avisé que me tomaría unas buenas vacaciones.

Ruby rió y caminaron hasta la cocina.

– Déjame prepararte el desayuno.

– ¿No trabajas como en dos horas?

– Así es.

– Ve a prepararte, yo me encargo. – le guiño un ojo. Ruby beso su mejilla amistosa, y asintió con la cabeza para desaparecer por la cocina.

Subió las escaleras hacia su habitación para darse un baño para despertarse más, se vistió y luego de arreglarse un poco bajo nuevamente.

Miles había preparado Hot cakes, con café y jugo de naranja.

– Miles, acabas de llegar y te hago trabajar.

– Es sólo el desayuno, no seas exagerada. – rió. – Ven, siéntate. Ya está listo.

Ruby se sentó a su lado sobre la barra desayunadora de la cocina, y comenzaron a desayunar.

– ¿Tu cómo has estado? ¿Que tal Londres? ¿El trabajo? – preguntó Ruby entusiasmada.

Miles comenzó a contarle su vida en Londres las últimas semanas, todo había ido bastante bien. Se había peleado con su cita y eso no le había sentado muy bien, pero mencionó que el viaje a Los Angeles lo distraería un poco. Bueno eso y claro, el principal motivo que era estar los primeros días del embarazo de Ruby y su mejor amigo Alex.

Cuando Ruby le contó lo ocurrido desde su punto de vista, Miles le dijo que él no se pondría del lado de ninguno, pero que comprendía su enojo y decepción por las palabras de Alex. Finalizó diciéndole que también se ponga en el lugar de Alex, y que era difícil que el mundo cambie completamente cuando tienes tu vida planeada, considerando lo controlador que intentaba ser Alexander todo el tiempo.

Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora