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Joshua había creído que Seokmin quería que durmieran abrazados

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Joshua había creído que Seokmin quería que durmieran abrazados.

Pero mientras le devolvía el beso a Seokmin, echado bajo él, en medio de la oscuridad de su habitación, estaba dudando de cuáles fueron las intenciones de su novio.

—Minnie... —susurró separándose.

Seokmin lo miró como un cachorro perdido, como un niño abandonado.

—Por favor, Joshua... —pidió en voz baja—. Te lo ruego. Hazme el amor.

Joshua quería negarse, quería decirle que no, porque sabía que el motivo de Seokmin en su petición era olvidarse momentáneamente de lo que le estaba pasando a su hermana. Era para huir de la realidad unos minutos.

Sin embargo, los labios de Seokmin se apoderaron de su boca una vez más y todo pensamiento racional desapareció de su mente.

Sus manos se deslizaron por la cintura del muchacho, desnudándolo con lentitud, respirando aceleradamente, y sus labios comenzaban a bajar, apoderándose de su cuello, de sus pezones, de la piel en su cadera. Seokmin gemía en voz baja con los ojos cerrados, acariciándole el cabello a Joshua mientras éste le quitaba los pantalones, desnudándolo de a poco, y volvió a su boca para callarlo una vez completada la misión.

Joshua prosiguió a desnudarse, quedando desnudo unos segundos después, para luego ubicarse entre las piernas abiertas de Seokmin.

—Eres precioso —le murmuró Joshua.

Seokmin nunca había sido un chico egocéntrico, siempre había creído que no tenía gracia alguna, pero cuando Joshua le dijo aquellas palabras, le creyó por unos segundos. Se sentía precioso bajo la atenta mirada del pelinegro.

Quería responderle, sin embargo, no pudo hacerlo cuando Joshua lo comenzó a preparar con sus dedos, volviéndolo una bola de gemidos.

No duró mucho, por supuesto. Joshua, al verlo en ese estado, no era capaz de resistir mucho así que cuando creyó que era suficiente, besó a Seokmin en la boca para deslizarse en su interior con lentitud, sintiendo las cálidas paredes de su chico rodeándolo como si nada.

Seokmin era perfecto. Era increíble. Era sólo para él.

Cuando el muchacho comenzó a mover sus caderas, Joshua lo empezó a embestir sin separarse de su boca, tomándose una mano para darle un apretón.

Pronto la habitación volvió a llenarse de gemidos, jadeos soltados por los dos,  la temperatura subiendo, y cuando Joshua golpeó en ese punto que lo volvía loco, Seokmin gritó el nombre de su novio.

Eso fue suficiente como para que Joshua acelerara las embestidas, queriendo llegar pronto al orgasmo, correrse en el interior de Seokmin.

Lo logró unos segundos después, cuando acariciaba el miembro de Seokmin y el chico se corrió en su mano con un gemido sonoro.

—Te quiero —susurró Seokmin mirándolo a los ojos.

Joshua lo besó cuando sintió corrientes eléctricas en su vientre, avisándole que iba a llegar al orgasmo, cosa que ocurrió inmediatamente después.

Jadeó contra la boca de Seokmin, dándole un apretón en la mano.

Yo también te quiero, quiso decirle pero las palabras murieron en su boca,  quedando atoradas en su garganta.

En cambio, sólo le besó la frente a Seokmin, acariciándole el cabello mientras se recostaba a su lado, atrayéndolo a su pecho.

—Mañana iremos a ver a tu hermana juntos —le dijo en voz baja.

Seokmin asintió, abrazándolo por la cintura, sin decir algo más.

Porque sentía que si abría su boca, rompería a llorar al no oír un te quiero de parte de Joshua.

Porque sentía que si abría su boca, rompería a llorar al no oír un te quiero de parte de Joshua

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𝗡𝗼𝘃𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗾𝘂𝗶𝗹𝗲𝗿 キ 𝘴𝘦𝘰𝘬𝘴𝘰𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora