Joshua Hong odia las cosas del amor, y sobre todo, los novios. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan antipático, así que decide "alquilar" a un chico con una preciosa sonrisa, Lee Seokmin, para que sea el novio...
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—Podríamos mandarnos a hacer unas camisetas con las siglas J.O.V.A.J.Y.S.P.Q.V.F.P.S., así seríamos únicos y especiales.
—Por dios Seungcheol, si no te callas, voy a meterte mi zapato en la boca.
—Baia baia, pero que príncipe más agresivo.
—Apoyo las dos mociones, la de las camisetas y la del zapato.
Todos se giraron hacia Wonwoo, que se encogió en su lugar. Se limitaron a rodar los ojos, viendo entre los arbustos donde estaban escondidos, volviendo a mirar a Joshua que había salido de su casa al fin, yendo a una tienda de discos para comprarse algo, siguiéndolo después cuando caminó hacia un puesto de helados. En ese mismo momento estaba sentado en la banca de un parque, sin mostrar expresión alguna, indiferente al mundo.
Sin ver al chico que se acercaba a hablar con él.
—Es tan bello —suspiró Jun.
—Tiene la misma narizota de Wonwoo —se burló Seungcheol.
—Lo que importa es lo de abajo —replicó Jun callando a todo el mundo.
El chico se detuvo frente a Joshua, que lo miró con el ceño fruncido.
—¿Qué quieres, Juan Luis? —preguntó Joshua.
—Uy mi amor estás como puerta de taxi pa' darte duro —dijo Maluma, sonriendo—. ¿No quieres ser mi segundo baby?
El pobre de Maluma terminó con el helado sobre su cabello.
Observaron a Joshua marcharse con pisotadas, gruñendo por lo bajo, y en Maluma que se iba a coquetear con un grupo de chicas al otro lado del parque.
—Eso fue un gran fracaso —dijo Mingyu en medio del silencio.
—Vaya, no me digas —espetó Jun.
—Oh no, va van a comenzar —murmuró Jeonghan.
—Sólo estoy señalando algo —protestó Mingyu.
—Bueno, si no te gustó este plan, ¿qué se te ocurre a ti? ¿Acaso hacer que los extraterrestres se rapten a Minnie y Joshua y los dejen juntos en un planeta? —gruñó Jun.
—Esa no es tan mala idea —concedió Mingyu.
Jun se giró hacia Wonwoo, que los observaba en silencio.
—¿Me puedes decir qué demonios le viste?
El aludido se removió en su lugar, incómodo, pero antes de hablar fue interrumpido por Seungcheol:
—Sólo tenemos que hacer que Joshua y Seokmin hablen una vez más —dijo, llamando la atención de sus amigos—. Estoy seguro de que si vuelven a hablar, se aclararán las cosas entre ellos —observó a Wonwoo y Jun—. ¿Han llamado a Minnie?
—No responde las llamadas —dijo Jun con pena.
—Y cuando vamos a su casa no nos abre —agregó Wonwoo.
Otro momento de silencio.
—Podríamos raptar a Seokmin y hacer que Joshua vaya a rescatarlo como en una película de acción —sugirió Mingyu de pronto.
—Y luego mandarnos a hacer camisetas —cedió Seungcheol.
—O simplemente —dijo Jeonghan entre dientes—, hacemos que esos dos se encuentren por accidente.
—Qué aburrido —resopló Seungcheol.
—Cheollie, cariño, ya van dos meses sin sexo —dijo Jeonghan con dulzura.
—¡Veremos quien se jode, si tú o yo! —chilló su novio.
—Yo tengo mis juguetes —replicó Jeonghan.
—¿Cómo podemos estar manteniendo esta conversación? —preguntó Jun, exasperado—. Averiguaremos qué está haciendo Seokmin. Cuando lo sepamos, ustedes se encargarán de llevar a Joshua allá, ¿entendido?
—¿Averiguaremos? —murmuró Wonwoo.
—Sí —Jun lo miró con los ojos entrecerrados—. Tú, Mingyu y yo iremos. Es hora de tener una conversación.
—Santa Virgen de la papaya, esta noche te castran —rezó Jeonghan señalando a un pálido Wonwoo.
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