Joshua Hong odia las cosas del amor, y sobre todo, los novios. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan antipático, así que decide "alquilar" a un chico con una preciosa sonrisa, Lee Seokmin, para que sea el novio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Entonces, Josué...
—Mamá, es Joshua.
—Como sea —Sunhee se cruzó de brazos mientras estaba de pie ante la puerta de la cocina, en tanto Seokmin parecía querer desaparecer de allí. Chan, al lado de su medio hermano, sonreía burlón—. ¿Qué intenciones tienes con mi retoño?
—¡Por dios, mamá, estás actuando como una loca!
—¡Minnie! —regañó Sunhee, agarrando la oreja de Seokmin—. Déjame actuar como una madre por una vez en tu vida, ¿está bien? ¡Debo protegerte! ¡Imagínate que este tal Josué-!
—¡Es Joshua mamá, Joshua!
—Sus gritos se escuchan hasta la otra cuadra —todos se voltearon a ver al hombre de pie ante las escaleras, que sonreía amistosamente—. Buenas tardes, Joshua, soy Nakamoto Yuta, padrastro de Seokmin. Y ella es Sana —se hizo a un lado, mostrando a una muchacha que sonreía con timidez, y no parecía tener más de trece años.
—Hola Joshua oppa —saludó la chica nerviosa—. Es muy guapo —miró a Seokmin con los ojos brillando—. Oppa, ¿no tiene amigos así de guapos para mí?
—Tengo muchos amigos —dijo Seokmin, sonriendo—, pero lo siento, Sana, creo que todos son gays.
Sana hizo un pequeño puchero, cruzándose de brazos.
—Mejor así —dijo Yuta pasando un brazo por la cintura de Sunhee, que seguía un poco enfurruñada—. No quiero que ningún chico se acerque a mi princesa.
—¡Papá!
—Vamos —Seokmin le tomó la mano a Joshua, arrastrándolo al patio trasero—, si sigues allí, mamá empezará a interrogarte y no creo que quieras eso.
—Sí —concedió Joshua, sentándose en la pequeña banca que había en el patio—, de seguro me habría puesto nervioso y le habría dicho algo así de que quiero sodomizar a su hijo.
Seokmin enrojeció, cubriendo su rostro mientras Joshua soltaba una risa divertida, pasando un brazo por el hombro de Seokmin y darle un beso en la frente.
—Te encanta humillarme, ¿no es así? —murmuró Seokmin avergonzado.
—Claro que sí —Joshua le revolvió el cabello, sacando entonces de su mochila una pequeña cajita—. Te compré un regalo, Minnie.
Seokmin parpadeó, observando la pequeña cajita de terciopelo, para luego tomarla delicadamente. Pasaron unos segundos sin que el chico la abriera, pero entonces levantó la vista con los ojos llorosos.
—Joshua... no era necesario...
—Claro que lo es —el peliazul hizo una mueca pequeña—. Anda, ábrelo antes de que quiera morirme.
Cuidadosamente, Seokmin abrió la pequeña caja, y cuando vio su contenido, enmudeció por completo.
Joshua sintió su estómago revuelto al imaginar que a Seokmin no le gustaría, que sonreiría forzadamente para después decir que estaba bonito cuando no era así. Estaba preparado para cualquier escenario.