Joshua Hong odia las cosas del amor, y sobre todo, los novios. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan antipático, así que decide "alquilar" a un chico con una preciosa sonrisa, Lee Seokmin, para que sea el novio...
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El día lunes, Joshua despertó sabiendo que todo lo ocurrido el día anterior fue sólo un mal sueño.
Porque era imposible que su mamá se hubiera dado el tiempo de buscarle un novio a su hijo por una página de internet con un nombre estúpido y hubiera alquilado a un chico por seis meses.
Su mamá no era una loca de patio, así que todo fue sólo una pesadilla de la que se iba a reír más adelante.
Tenía una clase ahora en la mañana en la universidad donde estudiaba arquitectura, asó que ya era momento de levantarse para vivir otro cruel día de esa dura realidad.
Se giró en la cama y pegó un grito al ver un rostro a centímetros del suyo.
—¡¿Qué haces en mi habitación, tú... maldito cachetes?! —dijo cubriéndose con la sábana.
—¿Te gustan mis mejillas, ciervito? —replicó Seokmin sonriendo.
—¡No!
—¿Te gustaría morderlas?
—¿Puedo hacer–? ¡No!
—¡Ciervito!
—¡Pareces la pendeja de Monster Inc!
—¿Soy tierna como ella? —y Seokmin juntó sus manos llevándolas a sus mejillas, sin dejar de sonreír, y Joshua no pudo evitar pensar en algo sucio que incluía la boca de Seokmin y su entrepierna.
Cálmate. Cálmate, estúpido, mantén la cabeza fría.
—¡Fuera de mi cuarto! ¡No te invité a pasar!
—¡Puedo pasar cuando quiera, somos novios!
—¡No somos novios!
—¡El contrato que firmó tu mamá dice que lo somos!
—¡¿Qué mierda dice ese contrato?!
—Que debes tratarme bien, darme abrazos y besos, alimentarme y decirme lindura —Seokmin dio un paso y Joshua volvió a gritar.
—¡No pienso decirte lindura!
—¡Pero ciervito!
—¡Fuera antes de que llame a los policías!
—¡¿Qué son todos esos gritos?! —su mamá abrió la puerta de golpe, furiosa y con la sartén en una mano, dispuesta a golpear a todo aquel que estuviera gritando.
—¡Saca a Seokmin de mi cuar–! ¡MAMÁ, LA CHANCLA NOOOOOOOO!
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Joshua estaba murmurando por lo bajo mientras terminaba de comer su leche con cereal en tanto Seokmin miraba su reflejo en un pequeño espejo de mano que tenía, lamentándose por el moretón que la mamá de su novio le hizo luego de reírse como enfermo al ver a Joshua aturdido por el golpe con la chancla que recibió.
El pelinegro se puso de pie, mirándolo de forma horrible, pero Seokmin sólo le sonrió mientras pestañeaba repetidamente con inocencia. Joshua se limitó a bufar, dejando el bol vacío sobre el lavamanos, agradeciendo que su mamá se hubiera ido minutos atrás a trabajar.
—No sé qué harás ahora —le gruñó a Seokmin.
—¿Sigues enojado conmigo, ciervito? —Seokmin hizo un puchero y Joshua desvió la vista, sabiendo que observarlo por mucho tiempo lo haría sentir raro.
—No soy un puto ciervo, Seokmin —replicó Joshua—. Ahora debo ir a la universidad, así que...
—Te acompañaré —dijo Seokmin volviendo a sonreír.
—¿Qué? No —Joshua se cruzó de brazos—. No quiero que mis amigos–
—Por favor, también tengo clases allí —Seokmin le sacó la lengua—. No todo mi mundo gira en torno a ser tu novio, Joshua Hong.
Y sin decir nada más, marchándose como si fuera la reina del lugar, Seokmin salió de la casa sin mirar atrás y dejando a Joshua con una desagradable sensación en el estómago.
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