-¡Hermione por amor a Merlín!
Theo le sacudía los hombros, hasta que por fin reaccionó
-¡Draco! – olvidándose de todo lo que estaban haciendo la castaña trataba de acomodar sus prendas mientras caminaba a paso veloz –
-¡Carajo! – con un movimiento de varita el pelinegro recogió todo en su maletín siguiendo a la castaña – ¡Hermione! ¿Draco te hizo eso?
-No – respondió – bueno sí, pero no es como Ostron lo está pensando
-Dime la verdad – le tomó del brazo – sería una estupidez de mi parte dejar que te vayas con Draco si te dejó de esa manera
-No es de la manera que estás pensando – negó caminando más rápido –
-¿Estás segura de ello? – la detuvo nuevamente –
-¿De verdad crees que Draco sería capaz de ponerme una mano encima?
-¿Enojado? – el pelinegro mostró la duda en su semblante –
-Entonces no lo conoces lo suficiente – declaró Hermione soltándose para terminar de correr el tramo que la separaba de la zona autorizada de desapariciones –
No esperó a Theo.
Ni siquiera pensó en él o lo que fuera que pasara por su mente.
Simplemente rogaba poder llegar a tiempo a la mansión.
El corazón latía desbocado, apenas sintió los pies sobre el suelo firme comenzó a correr porque los atronadores gritos comenzaron a perforar sus oídos.
-¡Señorita! – se interpuso un guardia – no creo que sea un buen momento para entrar
-¿Entonces tú vas a detener a esas fieras? – gruñó la castaña – eso pensé – respondió al ver la negación del agente que se encontraba en la puerta de la mansión Malfoy – ¿Sabes dónde está la señora Narcisa?
-Salió señorita
Haciéndolo a un lado entró corriendo siendo guiada por los gritos.
-¡¿CÓMO CARAJO TE ATREVISTE A PONERLE UN DEDO ENCIMA SIQUIERA?!
-¡PODRÍA PREGUNTAR EXACTAMENTE LO MISMO, TE APROVECHAS DE QUE ESTOY ENCERRADO EN ESTA MALDITA MANSIÓN PARA TRATAR DE ROBÁRMELA PERO ENTIENDE ALGO NOTT, ELLA ES MÍA! ¡ME AMA AMÍ, Y NO PUEDES HACER NADA AL RESPECTO!
-¡UNA PERSONA QUE AMA A OTRA NO PUEDE MALTRATARLA DE ESA MANERA MALDITO DESQUICIADO!
-¡YA BASTA LOS DOS! – jadeó Hermione en la puerta –
Draco se encontraba tras su escritorio con el labio roto y la camisa desabotonada, mientras que Ostron estaba con el cabello alborotado y las manos apretadas en puño dispuesto a lanzarse a la menor oportunidad.
Ambos tenían el rostro completamente rojo y respiraban de manera agitada.
-Hermione salte de aquí, déjame arreglar esto por ti
-¡Ella no tiene que salirse de aquí! – gritó Draco tratando de acercarse a ella, pero el pelinegro le bloqueaba el paso empujándolo del pecho – ¡Esta es su maldita casa! – bramó –
-Ostron quítate – logró colocarse en medio de los dos – por favor retírate
-Estás loca si crees que te voy a dejar aquí con este maldito loco – lo señaló tomándola de la mano – por favor ven conmigo, nosotros podemos protegerte
-Quiero que la sueltes en este maldito instante Nott – gritó Draco tomándola de la muñeca – o no respondo por lo que te haré
-Inténtalo Malfoy – le alentaba – pierde la maldita libertad condicional y hazle un favor al mundo
-Ostron de verdad – trataba de zafar su mano – vete de aquí
-Eso quisieras para tener el camino libre con MI mujer, pero no pasará – Draco tomó su mano robándole un beso – sube a la recámara, ya te alcanzo
-Draco cálmate por favor amor
-No la dejaré – Ostron le tomó con más fuerza – ¿No te bastó con el daño que le provocaste ayer?
-Ostron vete – se pegó un poco más a Draco dejando que su espalda quedara sobre su pecho –
-¿De qué estás hablando? – el rubio le afianzó de la cintura, tratando de jalarla hacia sí sin lastimarla, pero el pelinegro no soltaba su mano – jamás la dañaría
-Ja, ja, ja ¡Por favor Malfoy! No me hagas reír
-¡DRACO NO ME LASTIMÓ! – explotó Hermione –
-Eso no es lo que dicen tus moretones – señaló Ostron su cuello tratando de jalarla hacia él-
-¿Moretones? – susurró Draco afianzando el agarre en su cintura al sentir cómo tiraba de ella –
-No te hagas el que no sabe de qué hablo Malfoy
-¡SÓLO TUVIMOS SEXO! – gritó Hermione alterada callando a ambos y logrando que por fin Ostron la soltara –
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Libertad Anticipada
Fanfiction¿Eso era todo? Si bien había ya había leído bastante acerca de..., siempre se había rehusado a creer que el amor no era suficiente como para enfrentar cualquier obstáculo en la vida. ¿Acaso no lo había probado ya? Todo aquel esfuerzo había rendido...