CHANTAJE

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-No entiendo que es lo que buscas entonces – se tomó del cabello – estoy harto de tus malditos juegos e intrigas

-¿Entonces es cierto que esa... impura ya no te habla?

-¿Podemos culparla? – se deja caer en la cama exasperado –

-No... pero pensé que tendría menos dignidad y que te perdonaría lo que fuera – alza los hombros – yo lo hice... miles de veces

-Pero tú no eres una dama – gruñó – ella si lo es y ya me estoy hartando de tú presencia, si no vas a decirme que es lo que quieres...

-Quiero que te cases con mi hermanita – soltó de una sentándose en el sillón al que tanto esmero le ponía al limpiar –

-Eso jamás – niega con una carcajada irónica –

-Tienes que hacerlo Draco – sonríe con malicia – porque si mal no recuerdo tus empresas necesitan de las mías para seguir subsistiendo...

-Ya no me interesa lo que pase con ellas

-¿Dejarías a mi querida tía Cissy en la calle por un capricho tuyo? – niega con fingida dolencia – te creía un poco más leal, al menos hacia tu madre

-Me las ingeniaré, por eso no te preocupes

-Que lástima que no puedas proteger de la misma manera a tu querida – chasqueó la lengua antes de caminar hacia la puerta, pero la mano del rubio la detuvo estrellándola contra la pared más cercana – ¡Draco!

-Dame una maldita razón para no irme a Azkaban en este preciso momento – gruñó juntando su frente – no te atrevas a tocarle un solo cabello ¿Entendiste?

-Eso... eso... está... en... tus... manos – jadeó entre cada palabra –

Con un grito de frustración se alejó de ella aventando todo lo que se atravesaba a su paso.

-No te atreverías – regresa la mirada sombría – no arriesgarías a tu hermana y todo lo que tienen por lastimar a Hermione – niega – ella cuenta con mucha inmunidad y bastante protección

-¿Probamos? – relamió su labio alimentándose del temor que veía en los ojos del oji-gris – Si tu teoría es cierta, no tienes nada que temer... después de todo sus amigos están para protegerla ¿No es así?

-No te lo voy a repetir una tercera vez Astoria – se acercaba peligrosamente – si tú le llegas...

-No puedes hacer nada Draco – niega – no estás en posición de intercambiar absolutamente nada, no tienes magia, no tienes varita y lamentablemente ya no tienes a esa maldita sangre sucia – vomita las palabras – pronto Ostron, o algún otro como Weasley la recompondrá, armara ese corazón tan frágil que tiene y que tú por cierto hiciste trizas y le dará la vida que se merece...

-¡Cállate!

-¡Sólo piénsalo Draco por Merlín! – levantó las manos exasperada – ¿De verdad te creaste ilusiones con esa insignificante persona? ¿Creíste que podías tener un felices para siempre en este cuento? – se acerca con rabia levantando la camisa de su brazo – nuestro maldito destino se sello cuando nuestros padres decidieron hace muchos años y generaciones atrás

-Eso no es cierto Astoria...

-No porque algunos podamos hacernos un pequeño hueco quiere decir que la reinserción a la sociedad mágica va a ser sencilla – bufa – ¿Sabes cuántas veces recibimos miradas despectivas? ¿Sabes lo que la gente murmuraba a las espaldas de Granger en la universidad? ¿Te contaba esas cosas?

-¿Ella sufría...?

-¿Acaso no te contó que la encontré llorando? – suspiró sentándose de nuevo – se metían con ella porque te defendió a ti, se me hace increíble que no hayas notado los moretones que le dejaron

-¿Los moretones? – miraba a la rubia con la tristeza e impotencia anclándose en el fondo de su ser – Ella... me dijo que se había tropezado por sus libros...

-Unos magos de quinta la arrinconaron y la acusaron de estar defendiendo a criminales – chasqueó la lengua – los Nott llegaron a tiempo para defenderla... ya sabes que nos tienen miedo

-No tiene sentido – niega – lo que dices no es cierto

-Sólo te ofrezco una salida digna, para mi hermana sobre todo... pero si dices que la amas también deberías hacerlo por ella, definitivamente se merece una vida mejor de lo que tú jamás le podrás ofrecer

-¡No me vengas con que te preocupas por ella! – rugió –

-Si no confías en mi palabra, entonces pregúntale a Parkinson o a Zabini, estoy segura que ellos conocen la historia mucho mejor que yo – se levanta nuevamente encaminándose hacia la puerta –

-Astoria – susurró con voz cansina –

-¿Qué?

-Si yo me caso con Daphne, tu me juras que la dejas en paz – levanta la vista derrotado – la olvidarás como si jamás la hubieras conocido en toda tu vida

-Claro – asiente – no le tocaré ni un solo chino mal arreglado de su horrible cabello – rueda los ojos – no es como que me interese en lo absoluto

-Pon la fecha de la boda – se deja caer en la cama dándole la espalda – ahí estaré 

Libertad AnticipadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora