CONFRONTAMIENTO

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Mansión Greengrass

(Actualidad)


Los golpes en el portón de la mansión eran estridentes, no por la fuerza que la castaña podía emplear, si no por el eco que se podía escuchar en la madrugada.

Estaba empapada de los pies a la cabeza, pero poco le importaba el frío que se le colaba en los huesos.

-¡Acaso enloqueciste! – gritó Astoria abriendo el portón, Hermione abría y cerraba la boca tratando de expresar todo el dolor que sentía, pero estas se atascaban en su garganta – ¡Fabuloso! – alzó las manos fastidiada – aparte de todo te has vuelto estúpida

-¡NOS ENGAÑASTE! – gruñó titiritando, sin saber si era por el coraje o la lluvia que le había helado hasta la médula – ¡NOS ENGAÑASTE A TODOS MALDITA SERPIENTE RASTRERA!

-M - I - A - U, ¿La leona sacó las garras? – sonrió la rubia cruzando los brazos – la verdad es que esperaba este ataque un poco antes, pero mejor tarde que nunca

-¿Cómo pudiste?

-La verdadera pregunta es ¿Por qué me tardé tanto en hacerlo?

-¿Lo planeaste todo el tiempo no es así? – agitó los brazos en el aire – ¿Lo sabe tu hermana?

-Ella sabe – asintió – que por fin Draco recuperó la cordura y se va a casar con ella

-¡NO SOMOS UNOS MALDITOS TÍTERES! – trató de avanzar pero la rubia se lo impidió – ¡Déjame pasar!

-No

-No puedes impedírmelo Astoria – sacó la varita apuntándole – quítate o no respondo

-Adelante – respondió la rubia sacando su varita – inténtalo

-Que no se te olvide que soy Hermione Granger – gritaba a todo pulmón tratando de sacar la furia que llevaba – y que a pesar de tu maldito linaje sangre pura era la mejor... mucho mejor que tú

-Eso ya lo veremos – siseó antes de aventarle el primer hechizo –

Hechizo el cual pudo desviar perfectamente bien, trataba de desarmarla para poder entrar a su casa. La pequeña Daphne Greengrass no sabía nada acerca de los malévolos planes que tenían para ella y merecía saber toda la verdad.

Los hechizos volaban a diestra y siniestra, y Hermione se enfurecía cada vez que ella los desviaba.

-¡Ya fue suficiente! – gritó una voz – Accio

La varita de la rubia salió disparada de su mano, pero la de Hermione permaneció intacta y disparó el siguiente hechizo.

-Protego – una cabeza negra se interpuso entre las chicas deteniendo a penas el hechizo que le impacto – ¡Hermione!

-¡Harry! – gritó ella dejando caer la varita – perdón... perdona, yo...

-¿De verdad no pudiste arrancarle la maldita varita a Hermione? – pregunto al pelirrojo que se acercó corriendo para recoger la varita del suelo y entregar la suya a la rubia – Tú vienes con nosotros

-No Harry – señalaba a Astoria quien la miraba con suficiencia – ella... fue ella

-Escúchame con mucha atención Hermione – la tomó del brazo acercándose a su oreja – no puedo arrestarte porque cuentas con grandes beneficios del mundo mágico, pero si necesito hacer uso de mi poder para que te comportes lo haré

-Harry...

-Escoge Hermione, vienes conmigo por las buenas, o lo podemos hacer por las malas

Dando un grito de frustración y dolor, se soltó de su brazo comenzando a caminar hacia la reja de entrada.

-¡ESTO NO SE VA A QUEDAR ASÍ ASTORIA! – amenazó – PAGARAS POR ESO

-¡Deja de amenazarla maldición! – Harry la tomó del brazo y esperando a sentir la mano de Ron sobre su hombro desaparecieron, dejando a Astoria Greengrass con una gran sonrisa de satisfacción en los labios –

Y a un par de curiosos ojos grises pensativos sin dejar de acariciar su vientre.

Libertad AnticipadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora