15

447 42 3
                                    

Vuelvo a arrastrar mis manos en mi abrigo intentando limpiar el sudor en ellas, cosa que no puedo lograr del todo pues parece que cada vez que lo intento vuelven a mojarse. Me quejo sabiendo que no solucionaré nada con eso.

El sol del atardecer que me pega directamente a la cara no coopera tampoco. Y la bufanda alrededor de mi nariz comienza a sofocarme.

—¡Yonooh!

Una voz conocido me llama a la lejanía, busco a la dueña y la encuentro cuando doy media vuelta. Lleva puesto un vestido amarillo que contrasta con su linda piel, incluso su cabello negro parece más oscuro, sus labios brillan en un lindo rosa junto con sus mejillas bronceadas por el sol. No puedo esconder mi sonrisa ante mi pensamiento de lo linda que se ve.

—Ya te dije que no tienes que usar eso conmigo.

Sus dedos ligeramente fríos tocan mis orejas por descuido cuando pasan por detrás de mi cabeza, no puedo averiguar qué es lo que hace hasta que siento como el pedazo de tela que me cubre comienza aflojarse. La detengo por sus muñecas en un momento de actuar rápido, casi como instinto. 

La miro asustado, por haberle sostenido de manera brusca, pero cuando sus ojos se conectan con los míos, me sonríe, instalando un sentimiento de calidez en mi corazón. Se disculpa en un susurro para soltarse de mi agarre.

—Perdón. —digo.

—No te disculpes, sólo quería acomodarla mejor.

Comienza a caminar dejándome dos pasos atrás de ella. Se detiene por un momento y para evitar chocar con ella detengo mi caminar, se gira lentamente mirándome, entrecerrando sus ojos como si estuviera pensando demasiado en algo.

—Jae.

—¿Quién? —me intrigo por el nombre de la persona que acaba de mencionar

—Jae, te llamaré de esa manera de ahora en adelante. Todos conocen a Yoonoh, el chico antisocial y que se esconde detrás de una bufanda— Termina con los dos pasos que nos separa para acercarse totalmente a mí—. Pero sólo yo conozco a Jae, el chico lindo y divertido que disfruta acompañarme.

Mis labios se separan después de escucharla. Las hojas de los árboles comienzan a caerse debido al viento que golpea con mayor intensidad, una pequeña hoja termina cayendo en su ojo. Ambos nos reímos por eso.

Sólo hasta ahora caigo en cuenta de que no ha traído nada con qué cubrirse del frío. Debato internamente lo que me parece años sobre lo que estoy a punto de hacer. Era sorprendente la conexión que comencé a sentir con Eunsoo desde que nos conocimos, cada vez que mis ojos se topan con los suyos me provoca miles de emociones que no me dejan en paz hasta que pasa un largo tiempo o intento evitarlos, me hace tan bien que me haga ese mal. Algunas veces cierro mis ojos y sólo puedo verme caminando a su lado, en un lugar como éste, dónde sólo estemos nosotros dos y el sol nos ilumine en unos bellos tonos naranjas y rosados.

No estaba seguro de qué era esa extraña sensación que aparecía en mi persona cada que la veía o pensaba en ella, lo feliz que me ponía escuchar su voz y que era capaz de alegrarme toda una semana entera. Nunca me había acercado de aquella manera con otra persona en toda mi vida, por lo que después de pensarlo por varios días por fin había tomado la decisión de abrir mi corazón. Tener un nuevo comienzo.

Sus ojos me miran curiosos cuando mis manos se dirigen a la parte trasera de mi cuello para desenredar por completo la bufanda que cubre mi cara.

—Jae. —Intenta detenerme con algo de preocupación en su cara, pero se calma cuando finalmente descubro toda mi cara y se encuentra con una sonrisa de mi parte. Sonriendo por ti Eunsoo.

It'll Be Okay; Jung JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora