✧༺Purple Rain༻✧ (Rodorah)

‧͙⁺˚*･༓☾Capítulo 1☽༓･*˚⁺‧͙

Caminando de vuelta a un hogar.

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4:30 pm.

Sus dedos en este punto del día se sentían algo entumecidos debido a que desde que inició su horario laboral 一en todo lo que va de la semana一. No ha parado más que pequeños descansos de 15 minutos en este lugar desde que se mostro más hábil en esta área del trabajo, debido a que diferencia de los demás empleados el podría aguantar sin titubear los procedimientos de soldar y ensamblar. No hacia falta decir por que, la seguridad en esta área era un asco y la mayoría de sus compañeros resultaba con muchas quemaduras, por lo que en vez de arreglar las medidas de seguridad buscaron a alguien que no se quejara y a él se de fue encomendado en ese trabajo.

Respiro profundo, ya faltaba poco tiempo para que terminada su turno y poder irse a su casa a descansar por el fin de semana, sin embargo, se detuvo unos segundos. Dejando que las chispas de la máquina se detuvieran de igual manera, aquello le resultaba algo hipnótico aparte de que el calor que sentía del metal recién soltado era reconfortante a su tacto. Lo único malo es que al hacer esto por varios años se volvía horriblemente aburrido.

Se escucho un timbre que recorrió toda su área de trabajo, ganándose la atención de los presentes en el lugar. Deteniendo casi de inmediato las actividades laborales ya que aquel fuerte sonido marcaba el final de la jornada laboral.
Ha esto el hombre pelirrojo de tez morena se unió, formando una pequeña sonrisa en su rostro que transmitía calma y satisfacción, sin prisas salio de su lugar de trabajo y camino a la salida. Donde ahora mismo se dirigía todo el mundo, recorriendo pasillos llenos de personas que podría ser algo exasperante pero la idea de salir de ese lugar era más grande que preocuparse por su espacio personal.
Llegó hasta las gavetas, zona cerca de la salida en donde en pequeños cubículos a veces una o más personas compartía para dejar sus cosas, al llegar se retiró las gafas de protección así como paso a retirar los botones de su bata color azul aprovechando la hora. Tomó una mochila vieja de tonos grises que era de su pertenencia y al cruzar la puerta de la fábrica el aire del exterior lo recibió con calidez y su cuerpo sintió mucho menos pesado automáticamente, gracias al horario de verano al salir se encontró todavía con luz del día que duraría un tiempo considerable, por lo que tal vez aprovecharía para ir a hacer las compras de la semana.

Adelanto el paso lo más que pudo, ahora el de cabellos rojos no tenía otra idea en mente que llegar al camión y desear alcanzar un asiento. No porque estuviera cansado, sabía que de todos los obreros el era en que menos se cansaba pero, se merecía al menos un poco de descanso para si mismo. Aun si fuera encontrar un asiento vacío él lo tomaría como algo bueno en las pocas cosas que tenía.

Justo cuando observo el viejo autobús que tenía grafitis en algunas partes y calcomanías religiosas o de equipos deportivos, se adelantó y en un rápido movimiento subió. Buscando rápidamente con la mirada algún asiento en medio de tanta gente que lo empujaba para entrar. Con esto tocó suerte de que casi hasta atrás del autobús localizó un asiento libre en el que nadie se había sentado y fue hacia él, solo para encontrarse con que tenía los asientos rotos y en su lugar había una cubeta volteada de improvisación. No lo pensó mucho y tomó asiento en esto, era mejor que nada y debería de agradecer, suponía.

5:20pm.

Antes de llegar a su casa se bajo un poco antes, tenía que a cobrar su sueldo y comprar cosas para comer.
Esta parte de su colonia era un poco menos urbano de donde se bajo tuvo que caminar más al fondo todavía ya que el transporte no llegaba más lejos.

一 Tal vez haga calabazas para la cena.

Pensó en voz alta tras salir de una farmacia en donde tenía un cajero y ahora iba directo al mercado. De aquí a su destino actual no de tomaría más de 5 minutos, incluso desde donde estaba ya podía escuchar el alboroto de voces latentes en aquel lugar. Mientras que dejaba que sus pasos lo llevada hasta el lugar pensaba un poco, habían pasado más de cuatro años desde aquel incidente que no sólo de jodió la vida a él, sino a todos los demás titanes, en especial quienes despertaron y no dejaron volver a su fase de hibernación. Preguntándose si es que ellos y ellas estaba bien, aunque ahora tanto humanos como los de su especie lo considerará literalmente un "demonio de fuego" y eso mismo lo llevó a esto, a pasar todos los días solos. Por ley personal no podía relacionarse con nadie ya que eso haría que lo descubrieran, su hogar natal en Mara estaba destruido gracias a esa bomba que aún la hacia inhabitable y lastimosamente no podía moverse de templo en templo ya que sería atacado sin dudar por la mayoría de los ejércitos del continente.