𐚁 CORAZÓN ENCADENADO 𓏲ּ ֶָ֢

𐚁 CAPÍTULO 14 𓏲ּ ֶָ֢

» 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍 𝐄𝐍𝐂𝐀𝐃𝐄𝐍𝐀𝐃𝐎 ━━ 𝑼𝒏 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒇𝒊𝒂 «

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El regocijo del viento hacen que los cabellos azabaches de Mikasa viajen a su libertad mientras descansa sobre una suave manta extendida en el hermoso jardín.

Cada tarde solía estar fuera de casa, respirando el aire puro que le ofrecía la naturaleza, gustaba de la maravillosa vista verde de los árboles y de las flores y sus colores encendidos, pero más que todo, disfrutaba de la tranquila que estaba sintiendo al fin, aunque podría ser más feliz.

No había día que no pensara en su madre, en sus amigos, en su antiguo hogar. Las preocupaciones no se iban, su mente las regresaba cada que podía en el transcurso del día.

Estaba segura, de que a su madre le hubiese gustado estar en cada etapa de su embarazo, cuidando de ella y brindándole consejos como siempre solía darle.

Eso la entristecía mucho.

Pero debía ser fuerte, más fuerte de lo que ya era, ahora estaba llevando consigo una vida en su interior y mantenerse serena era una de las prioridades para que su bebé naciera con bien.

Las manos de la morena se dirigen a su bebé, suelta una sonrisa al sentir ya su vientre maduro, se podían notar los 7 meses de embarazo, próximos a ocho, su bebé estaba tan cerca de venir al mundo.

Eso la hace realmente feliz, siente la emoción de poder conocerlo, el tenerlo entre sus brazos y mirarlo hasta más no poder, pero sobre todo, el saber que es, pues como no tiene libertad de salir a ningún sitio, no pudo verificar aún si es niño o niña.

Eso la entusiasma más, tenía la curiosidad de saber que era, si sería tan guapo como su padre o parecida a ella.

Las ansias de amarlo con ternura le consumen el corazón, desde que supo que estaba embarazada, no dejó de soñar con ese hermoso momento de tener a su bebé recostado a su pecho, observando cada facción y gesto de él, viéndolo crecer y brindándole todo el amor que tiene para ofrecer.

—Me aseguraré de cuidarte siempre, pase lo que pase, nunca te voy a dejar solo, te amo tanto, mi pequeñito.– Mikasa continúa acariciando su vientre con dulzura, el viento la abraza con su suave brisa como si la misma naturaleza conjugara con el momento maternal.

Unos brazos que ella conoce a la perfección también la abrazan, rodeando en totalidad su cuerpo, quedando justo a su lado.

—Y yo cuidaré de ustedes dos.– Eren besa los cabellos oscuros y se recuesta en el hombro de su amada para también sentir a su bebé.

—Es verdad, papá también te va a proteger.– Reafirma, juntando más su rostro hacia el castaño.

—Siempre, voy a liberarlos y viviremos muy felices.– Dice con regocijo.

—Escuchaste eso.– Mikasa habla con su vientre una vez más, los ojos verdes no dejan de mostrar ese brillo en sus pupilas al ver cómo el amor de su vida dialoga con su hijo, esta escena no se le borraría nunca de la cabeza, un momento tan único para él, vivirlo con sus dos preciados tesoros —Muy pronto los tres nos vamos a ir de aquí.–