Capítulo 1

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Sakura se abanicaba mientras caminaba con su amiga por los jardines de la ciudad.

Ahora ella estaba en boca de todos y la razón era que pronto sería desposada con un hombre maravilloso, llamado Kakashi Hatake, que podía proporcionarle cualquier cosa que deseara.

Bueno eso es lo que pensaría cualquier mujer pero Sakura no miraba eso en el hombre. A ella le resultaba admirable, siempre le había observado desde lejos, su elegancia, su sabiduría, sus buenos modales y su porte eran envidiables por cualquier hermoso joven de la ciudad. Las razones de su boda eran más que obvias, al menos por parte de su padre pero el señor Hatake sentía lo mismo que ella por él. Sakura jamás sentiría que este enlace era una obligación por un simple hecho, lo amaba y era consciente de que los sentimientos de su futuro esposo eran iguales hacia ella.

Ino y Sakura constantemente hablaban sobre él. Sobre lo bien que la trataba, el amor que le procesaba y los planes de futuro que tenían ambos. Porque Kakashi no iba a dejar que Sakura se aburriera en casa, no. Lo que más le gustaba al hombre de ella era su obstinación, sus ideales y sus ganas de vivir la vida, de modo que había comprado para ella una fábrica textil de la que se haría completamente responsable, cosa que Sakura no supo ni como agradecer. Sin duda él era el mejor hombre que una mujer podría encontrar.

Las dos amigas se sentaron a descansar frente al lago donde un montón de chicos molestaban con sus voces. Eran demasiado ruidosos, y muy molestos también.

—Lo que hace tu padre es injusto. Sakura, te saca diez años —Sakura la miró con el ceño fruncido— ¿qué ocurre?

—Eso es lo que yo digo ¿qué importa que me saque diez años? —Su amiga la miró— sé que puedo tener a hombres incluso más ricos que él pero no solo lo eligió mi padre.

— ¿Lo elegiste tú? —preguntó la chica de forma burlona. Sakura frunció el ceño— ¡Dios santo, fuiste tú!

—Sí. Yo lo hice —la chica sonrió— Pensaron entre ese chico rubio llamado Naruto o con ese Hyuga llamado Neji —Ino sonrió— Pero al oír el nombre de mi futuro esposo, decidí que tenía que ser suya para toda la vida.

—Sigo pensando que estás loca —la pelirrosa bufó, siempre sería una incomprendida— Ahora no lo notas mucho pero... ¿qué pasará cuando él tenga cuarenta años y tu solo treinta? —Sakura la miró de forma aburrida— Vuestra forma de actuar en la intimidad será diferente Sakura, ya no le verás igual.

— ¿Qué tiene de malo? yo le amo igual —contestó la chica, Ino rodó los ojos a sabiendas del refinamiento que perdería al hacerlo— Ino, no te preocupes. Soy feliz. Procura serlo tú.

—En fin si tú lo eres yo lo soy —suspiró y sonrió hacia la chica— Espero poder verte después de tu matrimonio.

—Claro que podrá hacerlo señorita —dijo alguien a sus espaldas.

El señor Hatake las había visto y decidió acercarse a saludar a su adorada Sakura. La pelirrosa sonrió ampliamente y se levantó de la banca ruborizada deseosa de que su prometido no hubiera escuchado las últimas palabras de su amiga.

Kakashi tomó la mano de Sakura y besó el dorso de esta delicadamente. Más tarde hizo una pequeña reverencia con la cabeza hacia la otra mujer que sonrió sonrojada. Él sabía cortejar a una dama mejor que nadie.

Tras el encuentro, Ino buscó una absurda excusa para marcharse, sin duda ella no imaginaba para nada a un Kakashi así. Seguro que esperaba a un hombre estirado y dominante, cosa que en verdad no era. La famosa pareja comenzó a caminar por la ciudad tomada del brazo, bajo la curiosa mirada de los habitantes de ésta, la joven odiaba verse como el centro de atención y esperaba que todo finalizara justo después de su boda, más bien lo deseaba. Sakura suspiró y se vio parada frente al señor y la señora Uchiha. A ellos les seguían sus tres hijos. Shisui, el mayor y uno de los más deseados por las mujeres debido a la gran fortuna que un día heredaría para sí mismo. Itachi era el mediano, muy sexy y ya comprometido con la única hija y heredera de una gran fortuna de un aristócrata. Detrás de ellos y como no, mirando a las musarañas se encontraba Sasuke, el menor, de la edad de Sakura. El pequeño Uchiha era un niño mimado por su madre que se gastaba el dinero en apuestas y que no hacía nada de provecho, lo más importante para el joven era perseguir faldas de mujeres para hacer cosas indecentes antes del matrimonio.
Sakura estaba segura de que su futuro esposo no era precisamente casto y puro pero también podía asegurar que no era ni parecido a ese niño tonto sin planes de futuro.

El hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora