Capítulo 11

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No podía creer lo que había ocurrido. Nunca había visto a su amiga comportarse de un modo tan irracional, ni siquiera quiso salir a cenar.
Conocía a Ino Yamanaka como a la palma de su mano. Sabía que algo tórrido había ocurrido entre esas dos mujeres cuando él se había marchado con la nueva chica del servicio, Shizuka, pero ¿cuál era la razón?
Había preguntado a Gaara y al parecer el pelirrojo tampoco tenía idea de lo ocurrido. Solo sabía que Ino había llegado, había gritado que no la molestaran y se había metido en su habitación.

Y por alguna extraña razón creía ser el culpable de todo ese comportamiento ¿Cómo es que llegaron a eso?

El chico bajó de la calesa que recientemente había aparcado frente al hogar de Kakashi Hatake.
Suspiró y observó los alrededores. Lo último que quería es que la gente pensara que intentaba cortejar a la viuda malhumorada. Por desgracia últimamente no hacía más que frecuentarla y eso daba bastante que hablar. Por no hablar del bonito escándalo del club de caballeros.

Sasuke caminó hacia la puerta y llamó a la campanita que había como timbre. Solo esperaba que no lo tuvieran mucho rato esperando fuera.
Dio la espalda a la puerta principal y vio a las personas pasar. Había mucha gente caminando, extraño a estas horas de la mañana.
Cerca habían puesto los pequeños puestos feriales debido a la festividad del Tanabata, desde hacía unos años –desde el periodo en el que el emperador Meiji comenzó su mandato- la popularidad de este hermoso festival había comenzado a disminuir, no obstante, aún había gente que amaba esta festividad creada en el periodo Edo.

El joven escuchó la puerta abrirse. Lo que no esperaba era ver a la persona que la abrió. Sakura no solía molestarse en abrir la puerta, sin embargo era ella quien se había asomado. La mujer miró sorprendida al azabache y se apartó de la entrada para que pudiera pasar dentro de la gran mansión.
El chico hizo una pequeña reverencia y caminó con paso firme hacia el lugar parando frente a ella para seguirla hasta la sala. Un caballero siempre dejaba que las damas caminasen delante de él, y ya de paso, se recrearía la vista del precioso trasero de la señora Hatake.
Sonrió ante su pervertido pensamiento, era algo que siempre le había atraído de Sakura. Ella siempre había tenido unas preciosas caderas y un trasero digno de agarrar. No es que él hubiera podido agarrarlo pero sin duda era algo que probablemente nunca se cansaría de tocarle. Movió la cabeza quitando esas ideas de su cabeza.
Era cierto que le gustaba esa parte de la chica pero si tuviera que quedarse con la parte más hermosa de su físico, serían sus ojos. Eran dos hermosos ojos verdes jade grandes y curiosos. Esos ojos le habían hipnotizado una y otra vez.

—Tome asiento señor Uchiha —la chica apuntó a uno de los sofás de la sala y esperó a que el hombre hiciera lo que le pidió. Se encontraba incómoda, ¿acaso estaban solos en la casa?— Los familiares de mis criados han venido a visitarlos a la ciudad, ¿sabe? Hoy no estoy muy acompañada que digamos.

—¿Han salido todos? —preguntó Sasuke curioso. Ella afirmó con la cabeza.

—Todos tienen a su familia fuera de la ciudad, así que, cuando vienen, suelo darles el día libre para que les muestren la ciudad —ella miró hacia la ventana— La familia es muy importante.

—Concuerdo.

El chico siguió la mirada hacia el lugar donde miraba la chica y observó a Yahiko y a Konan caminar por la acera con sus numerosos hijos.
Cada vez que lo veía tenía sentimientos encontrados. Podría haberle matado en ese instante si hubiera podido llevar su katana. Pero esto era la era Meiji. Por supuesto que no podía llevar una katana colgada de su cinturón.

—¿No piensa ir a celebrar el gran festejo del verano? —preguntó Sasuke con curiosidad. Ella negó con la cabeza— Es una lástima. Creo que debería empezar a hacer más vida social.

El hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora