Capítulo 14

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Ella lo deseaba, lo deseaba tanto como él a ella. Estaba feliz, increíblemente feliz y deseoso de ella.

Después de años de amor no correspondido, finalmente, la viuda de Kakashi Hatake y amor de la infancia realmente comenzaba a fijarse en él. Era algo que no podía creer tan fácilmente. Tal vez solo necesitaba pasar la noche con alguien y le había elegido a él. De ser así estaba seguro de que no levantaría cabeza al día siguiente, pero al sentir sus labios, observar sus oscuros ojos lujuriosos y ver esa forma en la que ella se mordía los labios, no pudo evitar caer en la tentación.

Ella le necesitaba y él a ella y no iba a dejar que algo estúpido como el remordimiento le venciera. Esta noche, pensaría con la parte de abajo en vez de con la de arriba. Y hacía demasiado tiempo que no hacía algo como eso.

El azabache acarició con su pierna la parte más sensible de la intimidad de la chica. Se la notaba ansiosa.

Ella gimió de puro placer al sentir la caricia de ese hombre fuerte y hermoso en su intimidad. Se sentía como una cualquiera pero no podía evitar desearle dentro de ella. Le quería en ese mismo instante. Rudo y en lo más profundo de ella.

El instinto le pidió que saltara sobre él y rodeara las piernas en su cintura. Hubiera sido fácil si su yukata no se lo hubiera impedido por completo. Mal momento para llevar uno, pensó la joven.

El chico la aprisionó contra la pared y pegó su cuerpo al de ella haciéndola estremecer. Ella devoró los labios del hombre que tenía frente a ella con fiereza. Maldición, era demasiado sexy y su "cosa" demasiado grande. Porque si, podía sentirla perfectamente acariciar su lugar más sensible a través del algodón. Una vez más gimió y alzó el cuello al sentir los labios del azabache acercarse a este.

Dios, ¿desde cuándo era ella así? Siempre había controlado con facilidad sus impulsos primitivos, pero con este hombre le resultaba imposible. El deseo ganaba a la razón.

—¿No nos estamos excediendo? —Preguntó Sasuke con los labios pegados en el cuello de la mujer— Tus criados nos verán si seguimos perdiendo el control de este modo. —Ella le miro con los ojos empapados de deseo— Te lo haría aquí mismo, Sakura. Pero no quiero que otro hombre te vea desnuda, ¿comprendes?

—Sasuke. Te necesito. Ahora —Él se sorprendió ante la demanda de la mujer— Me da igual donde sea. Simplemente sácame de aquí y hazlo.

—Diablos —se rascó el pelo de nuevo. Últimamente parecía hacerlo mucho— Sakura. Pensaba que eras del tipo romántico.

Ella soltó una sonora carcajada y le besó de nuevo. Pegó su frente a la de Sasuke y mordió el labio inferior de este con fuerza.

Esos carnosos labios la habían hechizado.

—¿Te molesta? —preguntó poniendo ojitos. Sasuke la levantó del suelo y avanzó por el corredor con ella en brazos. Los brazos de Sakura se habían enroscado en su cuello. Miró fijamente la picarona sonrisa de esa mujer. Su dura erección le dolía. Mierda, quería poseerla en ese mismo instante— Aquí —Sakura abrió la primera puerta que había en el corredor a la derecha. Era una habitación con una cama de aproximadamente metro y medio de anchura. Era buena, espaciosa, le gustaba la idea de hacerlo en ese lugar. Aunque no le agradaría para nada que esa fuera la habitación que compartiera con su esposo algún día. Eso era obvio— ¿Ocurre algo? —Ella jugaba con su pelo color azabache. Bueno, si era la habitación que compartió con Kakashi ahora no importaba. Era él el que la tenía.

—Nada de nada —Caminó hasta la cama y la soltó dejándola boca arriba en el lugar.

La miro con una sonrisa condenadamente sensual y dio varios pasos hacia atrás para ir hacia la puerta de entrada a la habitación y cerrarla. Ella no paraba de sonreír pícaramente. Y pensar que no había obtenido esto antes...
Maldito Kakashi. Ese hombre fue un tipo con suerte.

El hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora