Capítulo 24

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Kakashi había sido serio en lo que se refería a Sakura.
Meses atrás intentó llevársela del hogar de los Uchiha a través de las autoridades competentes. Gracias al cielo, o más bien a la criaturita que Sakura llevaba dentro de ella, su plan no funcionó.
Sasuke alegó que no iba a dejar a su bebé en manos de su enemigo por miedo a que intentara dañarlo deliberadamente. Incluso amenazó a los guardias con ir ante el mismísimo gobernador si ponían una mano encima de su preciosa mujer.
El peliplateado se fue del lugar sin su esposa pero el tiempo se le agotaba y no encontraba una forma de presionar a Kakashi sin perjudicar a otros.

Sakura estaba a dos semanas de tener a su adorado hijo y no sabía nada de lo que había acontecido aquel día por temor a que algo malo le pasara. Vivía en la ignorancia de un tema tan delicado como era, por desgracia, su inminente separación.
Ante la desesperación había desarrollado un plan pero no se atrevía a dar el paso y ahora era muy tarde para escapar del país con una Sakura apunto de parir.
El chico suspiró y se sentó en el borde del sofá del estudio de su padre. Si conseguía sobrevivir a esa situación lo haría con unas cuantas canas de más, tal vez incluso con menos pelo. No conseguía dormir y el hecho de mentir a Sakura le enloquecía por completo.

La puerta del estudio se abrió y observó como su madre aparecía con una sonrisa más amplia que la acostumbrada. Mikoto tampoco sabía nada sobre lo ocurrido. Ella se encontraba con Sakura en el laberinto del jardín trasero cuando los policías aparecieron.

—Traigo buenas noticias. —Canturreó la mujer de pelo azabache. Hacía mucho tiempo que el chico no la veía tan contenta. Desde que se enteró de su nuevo nieto ella había sido totalmente amable con la pelirrosa. A pesar de no haberse llevado del todo bien tiempo atrás— Sasuke. —Ella se acercó a él y se posicionó de rodillas frente a él— Sé que hace tiempo que parece que solo me ocupo de Sakura pero una madre lo ve todo. No he querido preguntar por miedo a tu contestación pero sé que algo va mal.—Sasuke la miró y sonrió mientras negaba con la cabeza— No me mientas.

—Todo va bien —Respondió besando suavemente la frente de su cariñosa madre—. ¿Cómo podría mentirte?

—De ese modo —la mujer tocó su oreja derecha—. Tus orejas se ponen rojas cuando mientes.

—No miento —él suspiró—. Oculto información perjudicial, nada más.

—Muy bien, lo que digas, no me meteré más —ella se sentó a su lado—. Eres un niño terco.

—Soy tu hijo. —Respondió él con una sonrisa torcida.


Sasuke apoyó los codos en sus rodillas y colocó la cabeza entre sus dos manos. Dos semanas, dos semanas, ¿para hacer que? ¿No podría cumplir la promesa que le hizo a Sakura? ¿No podría vivir al lado de la mujer que amaba? O peor ¿Kakashi en verdad separaría a Sakura de su bebé? Puso un gesto de dolor y sintió la palma de su madre acariciar la parte superior de su cabeza.


—No sé que te aflije tanto pero te daré una buena noticia. —Sasuke la miró. El rostro de su madre demostraba calidez y a la vez preocupación. No le gustaba preocupar a su madre— La matrona vino a ver a Sakura. Parece que el bebé está casi colocado, le da unos pocos días para que finalmente salga. Pronto serás papá.

—¿Unos pocos días? —Sasuke se levantó de golpe— ¿De cuántos días hablamos? Quiero decir, le quedaban al menos quince ¿verdad?

—Bueno... Ella dice que él ya está preparado para salir. Contaba con que fuera esta semana a más tardar. ¿No es eso bueno?

El chico se quedó en estado de shock. Si quince días era poco. ¿Cuántos eran unos pocos días? Ni siquiera sabía a ciencia cierto si eran dos, tres o mañana mismo. Caminó de nuevo hacia el sofá y se dejó caer. ¿Qué podía hacer? No quería recurrir a "eso" pero tenía que hacerlo o perdería a Sakura.

El hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora