SUFRIMIENTO Y DESESPERACIÓN (Parte 2)

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Pasaron varios días y Draco siempre se escondía para espiar a Hermione. Esperaba una ocasión en que ella se encontrara sola para acercarse. Aquella mañana se le presentó la oportunidad. Harry y Ron la dejaron por un momento. La chica fue cerca del lago y allí se sentó un rato. Ella no era asidua de visitar ese lugar, pero como ya en dos ocasiones, Draco la había sorprendido en el sitio donde ella iba cuando quería estar sola, decidió cambiar de lugar. Jamás pensó que el joven rubio la estaría espiando y la seguiría hasta allá. Llevaba alrededor de diez minutos allí cuando sintió pasos detrás de ella, se volvió y miró a Draco parado frente a ella con una mirada de odio y una sonrisa malévola dibujada en su rostro. Se levantó lentamente, miró que a cierta distancia de ellos, estaban Vincent y Gregory. Esto la llenó de temor, pues no sabía que tenían pensado hacer con ella. Draco le dijo:

—Camina hacia aquellos arbustos.

Hermione lo miró con miedo y le dijo:

—No sé qué está pasando por tu mente. Solo piensa bien antes de hacer algo.

—¡Camina y cállate!

Hermione hizo como el chico le dijo y se detuvo cerca de los arbustos. Desde allí no se veía a los otros chicos. Draco la sujetó por la cintura y le dijo:

—¿Qué está pasando contigo y Potter?

—No pasa nada. No entiendo porque preguntas eso.

—Te veo todo el tiempo con él. Últimamente los he visto muy juntos.

—Eso no es algo nuevo. Siempre hemos sido muy unidos.

—Ya eres una mujer experimentada y tal vez sientes deseos. Deseos que no puedes calmar conmigo y por eso buscas a tu "amigo".

—¡¿Cómo puedes pensar en algo así!? ¡Me estas ofendiendo! ¡Harry es como mi hermano!

—Nada de lo que te diga puede ofenderte. Y tampoco me importa hacerlo.

—Debo irme, quedé en encontrarme con ellos en diez minutos. Ya deben estar esperándome y no quiero que vengan por mí. Ellos saben que estoy aquí y vendrán hacia acá si no llego. —Draco percibió miedo en la voz de ella. Notó que estaba temblando.

—No me importa que vengan, allá arriba están mis amigos, no los dejaran llegar hasta aquí. Además, no voy a tardar mucho contigo.

La acercó hacia sí para besarla, pero Hermione ladeó su rostro y se lo impidió.

—¡No aprendes! ¿Verdad? ¿Te gusta que te traten con rudeza? ¡Está bien, no tengo problema con eso!

La agarró fuertemente del cabello y la besó. Aunque Hermione estaba muy enamorada de él, se sintió humillada por la forma como la estaba tratando Draco. No correspondió al beso que él le dio. Él se enfureció y le gritó:

—¡¿Acaso te gustan más los besos que Potter te da?! ¡¿Te gusta más como él te hace el amor?!

Volvió a besarla, ella sentía odio en aquellos besos. Casi la estaba ahogando al tenerla fuertemente agarrada del cabello, mientras con el otro brazo la tenía agarrada firmemente por la cintura. Su respiración era muy agitada por la falta de aire. Al fin la soltó y le dijo con la mirada ardiendo de ira:

—¡Vas a aprender de una vez por todas a no despreciarme! ¡Maldita, sangre sucia!

Sacó su varita, Hermione se horrorizó y echó a correr. Vio un reflejo azulado pasar muy cerca de ella. Siguió corriendo en zigzag para evitar ser alcanzada por los hechizos que el joven rubio le lanzaba. Tratando de esquivarlos, tropezó y cayó, apenas logró sacar su varita para bloquear un hechizo que le lanzó Draco. Tirada en el suelo, ella bloqueaba los hechizos de él. De la nada y sin que nadie lo esperara, salió Harry quien pasó en medio de Vincent y Gregory, quienes se quedaron petrificados sin hacer nada al ver al joven mago pasar como un rayo. Harry le gritó a Draco, quien ya estaba muy cerca de Hermione:

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