Jugada del Destino

ÚLTIMOS DÍAS EN HOGWARTS

Comenzaron los exámenes. El salón de pociones estaba abarrotado de alumnos. Snape caminaba en medio de los chicos para hacerles saber que estaba vigilando. Cuando llegó la hora de entregar, muchos tenían cara de frustración. Solo dos, entre ellos Hermione, se veían con cara de satisfacción. Todos entregaron sus exámenes, la mayoría salieron; los restantes se quedaron en el salón discutiendo las respuestas que acertaron y preguntándoles a otros que habían respondido en cual o tal pregunta. Hermione estaba hablando con Harry y Ron, los cuales salieron a los pocos minutos. La chica se quedó guardando sus cosas. Draco, quien ya había salido, volvió a entrar después de ver que Harry y Ron habían salido. Se acercó a la muchacha y dijo:

—Quiero hablarte un momento.

Ella se sorprendió al verlo allí, él jamás se acercaba a hablarle a la vista de nadie. Aún había tres estudiantes que no habían salido, de modo que eso le resultó extraño.

—¿De qué? Espero que no continúes molestándome. Yo cumplí con lo que pediste.

—Tú también lo disfrutaste, y mucho. ¿O lo vas a negar?

Hermione enrojeció al oír aquellas palabras. Él la miro con malicia a la vez que acariciaba su rostro.

—Si lo disfrute o no, es irrelevante. Solo quiero que me dejes en paz. Necesito tranquilidad por mi estado.

—Yo cumpliré, pero no quiere decir que no pueda acercarme a ti. Lo que no haré es tratarte como lo he hecho todo este tiempo. Pero quiero...

En ese momento, entro Harry, quien había olvidado su varita encima de la silla al salir apresuradamente. Cuando vio a Draco al lado de Hermione, le dijo en tono amenazante:

—¡Aléjate de ella, cobarde!

Hermione, quien no quería que Harry se metiese en problemas otra vez, se apresuró a decir:

—No pasa nada, Harry. Todo está bien. Él no volverá a molestarme; eso es lo que vino a decirme.

—¡¿Ah, sí?! ¡¿Y tú le crees?! ¡Porque yo, no!

Draco miraba a Harry con rostro desafiante, pero no habló.

—Harry, todo está bien, créeme. No te angusties. Solo estamos hablando.

—Me quedaré hasta que se vaya.

Harry tomó su varita y se alejó para no perturbar la conversación de los dos, pero estaba muy pendiente de los movimientos de Draco. El chico rubio estaba indispuesto con la presencia del joven de lentes; le dijo a Hermione.

—No hablaré en presencia de Potter. Te espero hoy otra vez en el mismo lugar. Te prometo que cumpliré lo que te prometí. No tengas miedo.

El joven se alejó y echó una mirada de odio a Harry al pasar por su lado. El chico se acercó a su amiga y le preguntó:

—¿Qué quiere Malfoy contigo, ahora?

—Nada, Harry. Ya todo está arreglado. Él no volverá a molestarme.

—¿Cómo puedes estar segura? ¡Es Malfoy! ¡Es un traidor, mentiroso y cobarde! Yo no le creo nada. ¡Y tú tampoco deberías creerle! ¡Algo debe traerse entre manos!

Hermione no quiso contarle a Harry lo que había pasado entre ellos. Lo que había hecho para que Draco la dejara en paz. Seguro Harry perdería el control y quisiera atacar a Draco. Lo que menos ella quería era que su amigo se metiera en problemas. Solo dijo: