Jugada del Destino

ALGO INESPERADO (Parte 2)

Terminó la última clase y a diferencia de las otras, Hermione fue la primera en salir. Los chicos se apuraron para seguirla, pensaron que se dirigiría a la Sala Común. Llegaron, pero ella no estaba. Le pidieron a una de las chicas que iba subiendo al dormitorio que les dijera si Hermione se encontraba en la habitación. La chica salió en unos segundos y les dijo que no había nadie allí.

—Ni modo, bajemos a cenar y tratemos de comer lo más rápido posible para salir antes que ella, y cuando llegue la abordamos. Sé que está en la biblioteca, pero no creo que sea buena idea que la busquemos allí, seguro quiere repasar algo y no debemos interrumpirle. No quiero que esta situación se agrave más, quiero que todo se arregle entre los tres. —Dijo Harry a su amigo. Este asintió con un leve movimiento de cabeza para salir rumbo al Gran Comedor.

Efectivamente, Hermione se encontraba en la biblioteca; estaba tratando de entender la clase de pociones que había dado Snape. Había muchos libros sobre la mesa, comparaba los conceptos para aclarar las muchas dudas que tenía.

—¡¿Hay alguien aquí?! ¡Ya es hora de cerrar!

Escuchó una voz bastante conocida por ella y cerró todos los libros rápidamente; los estaba guardando cuando el personaje en cuestión se paró justo en el pasillo donde ella se encontró.

—¡Mira quién está aquí todavía! ¡Como siempre, la estudiosa y muy aplicada "sangre sucia"!

El corazón de ella empezó a latir de prisa, nunca tuvo miedo de Draco, pero lo que pasó entre ellos en la mañana era algo que aún no digería.

Hermione dio media vuelta y se dirigió a la salida por el otro pasillo, pero Draco fue más rápido; corrió y le cerró la puerta con su varita y se apostó frente a la misma. Ella intentó desarmarlo, pero no pudo. A pesar de ser la mejor en hechizos, ese día no le salía nada bien. Draco bloqueó todos los hechizos que Hermione le lanzó. Finalmente, ella le dijo:

—¡Apártate, Malfoy! ¡Se está haciendo tarde y debo ir al comedor!

—Deberías haberte ido desde hace rato. Sabes bien que a esta hora ya no debe haber nadie dentro. Le dije a la señorita Pince que yo me encargaría de ver si quedara algún alumno todavía dentro, y mira a quien me encuentro.

—¡Apártate de una buena vez! ¡Hoy no tengo mucha paciencia!

—¿Eso es una amenaza, Granger?

—¡Tómalo como te dé la gana, solo quiero salir de aquí!

—Por si lo olvidas, soy el Prefecto y me debes respeto. No estás mostrándolo. Si lo pides con gentileza, lo haré.

Ella suspiro y espero unos segundos para decir, de mala gana:

—Por favor.

El chico se apartó, con su varita deshizo el hechizo. Ella ya estaba por abrir cuando la tomó del brazo, la recostó contra la puerta y la miró. Él le dijo despectivamente:

—Has cometido una infracción al hablarme con poco respeto. ¿Qué prefieres como penalización? ¿50 puntos menos para tu casa o... tal vez otro beso como el de esta mañana?

Hermione lo empujó y le respondió:

—¡Asqueroso, sucio!

Sin importarle nada más, salió sin mirar atrás. Draco le gritó:

—¡Sé que te gustó, aunque te hagas la ofendida; sé que lo disfrutaste!

Goyle caminaba por el pasillo cuando vio a Hermione abrir la puerta y salir, iba a decirle algo, pero al ver que Draco también salía de la biblioteca, se quedó mirándolo con la boca abierta.