INTERNO

MUERTE

MUERTE

Qué cruda y tan real eres.
Tan malvada y compasiva.
Tan lúgubre y pacífica.
Tan aterradora y cariñosa.

Todos te temen, mientras yo te admiro.
Estar en este mundo es difícil, pocos lo ven.

Vivir es jodidamente complicado, porque es para valientes, aunque se viva con temor.
Los que se asustan; sobreviven, y otros... no tienen tanta suerte.

Vivir es un reto de todos los días,
mientras unos aprovechan su tiempo,
otros cuantos lo malgastamos...

Es tan fácil mirarte con menosprecio.
Pero lo que no se dan cuenta,
es que eres aún más natural
que la misma vida.

Tú quitas pesares, quitas tormentos.
Buscamos la manera de evitarte, pero eres la meta del camino.

El final es lo de menos, ¿por qué?
Porque lo importante es lo que dejamos en el camino,
lo que enseñamos a quienes nos encontramos.

Lo que regalamos a quienes nos acompañaron en el trayecto.

Perdónenme, pero,
la muerte debería ser tratada con respeto,
con cariño,
e incluso con humor.

Aunque seas dura de asimilar,
siempre nos estás enseñando,
porque nos dejan más los recuerdos.

Por cerrarnos a la idea y el miedo de ya no ver más a esa persona,
ignoramos lo que nos dejaron
y nos aferramos al dolor.

Cuando alguien nos deja, increíblemente, aprendemos más de ellos.

Lamentarnos por ya no crear nuevos recuerdos,
no cerrará la herida.

Lamentarse no servirá.
Pero, emplear,
pensar, usar todos esos consejos,
esos actos, detalles e ideas que lograron dejarnos,
es lo que nos mantiene unidos a ellos.

Siempre digo esto después de una pérdida:
Una persona realmente muere el día que dejas de pensar en ella.

Así que sonríe y lleva con orgullo los recuerdos y consejos que deja atrás la muerte.

En memoria a Chucho "El amigo de los pobres". Amado padre, hijo, esposo e irremplazable compañero.