INCERTIDUMBRE

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Dime, ¿por qué me lloras cada madrugada?
Jurabas de mí no estar enamorada,
¿qué hago yo si no me amas?

No lo entiendo si cada día me lo recordabas.
No es que no entienda indirectas,
a mí solo dime la verdad, dime que aceptas,
y si no, para no insistir y darme la vuelta.

Pero no pienses que no me afecta.
Me mirabas, preguntándote qué pensaba,
o si pensaba en otra.

Lo que realmente pasaba
era en regalarte todas mis prosas.
Pero eso no lo sabías,
te consumía la incertidumbre,
mientras yo te seguía
recitando desde la cumbre.

Solo me cuestionabas,
y esos miedos te hicieron fallar primero,
ahora era yo el que quería saber qué pensabas,
si todo lo que di fue sincero.

Esas dudas te hicieron descuidarme.
Ahora dime, ¿a quién le escribo?

Solo le redacto versos a la nada.
Lanzando frases a la ausencia.

Ignorando el desamor.
Conviviendo con el dolor.
Contemplando la paz de la mano con la soledad.

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