INTERNO

S . E . R

Hola, ¿cómo estás?

No hemos hablado mucho últimamente, no me has contado cómo te sientes, y quiero hablar yo primero contigo antes de sacar todo en nuevos poemas, en nuevos temas.

La forma en la que te has sentido los últimos 5 años no han sido del todo malas. Deja de lamentarte tanto por tus malos momentos, deja de agrandar sentimientos tan negativos, nunca te llevará a ningún lado tanto sufrimiento sin sentido.

"Mientras más sepas, más solo te sentirás". Cuanta verdad en tan pocas palabras. Conforme te has vuelto más listo, menos te comprenden y es más difícil tener gente real y honesta. Has dejado de dar oportunidades para confiar. Es complicado que rompan tu coraza y te hagan ser y sentir como a ti te gusta. No está mal ser cuidadoso con quienes sí confías y con quienes no, pero, hasta las mismas personas que darían todo por ti, dudas de ellas. Eso es lo que sí está mal. En algo tienen razón, y no por ser un asunto religioso, sino porque le estás perdiendo la fe a todo, y, amigo mío, eso es peligroso, debes de entregarte ciegamente a quienes se entregan a ti, sin titubear.

Estás para dar amor, para dar seguridad, para ser todo aquello que no fueron contigo en su momento. Pero ya estamos en otros momentos, abre un poco más tu corazón.

Esos putos tormentos ya están pasando, las aguas se están calmando.

Quítate los grilletes que tú mismo te has puesto. Cuando sientas que todo se derrumba, escribe, y no pares de escribir hasta que se te acabe la tinta, y cuando hayas terminado, respira, descansa, disfruta de todo lo bueno, y no pienses en nada, no voltees más a lo que te haga sentir mal.

Mira a tu hermano, a mamá, al viejo, a tu sobrina, a tu hermana. A todos los que se preocupan cuando crees que se te está apagando tu brillo, porque todos ellos confían en que logres todo lo que tú dudas en hacer para ti. Observa todo lo que has logrado, ¡cabrón! ¡Cuatro libros en tres años!

Eso que tanto querías lograr desde la secundaria ya es una puta realidad aquí y ahora.

No te pido que estés bien todo el tiempo porque no siempre podrás con todo, es válido un ratito de debilidad. Pero solo un rato, no una pinche semana de crisis, tampoco te mames.

En lugar de luchar contra la ansiedad, déjate llevar con ella. Siempre ha demostrado ser más fuerte, o eso es lo que quieres creer.

Sé que quizás sea muy pronto para mí escribir esto, o sea, tenemos 22 años, pero, muchas veces me detengo a pensar un poco en el futuro, y no quiero verte triste siempre. Sé que estás aprendiendo mucho aún, pero no dejes de enriquecer tu alma, tu mente, tu corazón.

Aprende a perder para ganar. Aprende a sufrir para sanar. Aprende a caer para levantarte. Aprende a perderte para encontrar la salida.

Sigue dejando huella en los corazones de todo aquel y aquella que se cruce en tu vida. Escucha siempre los consejos de los abuelos. Eres un ateo de mierda, pero reza con las abuelas, abrázalas, escúchalas, hazlas reír, que la vida es una y se acaba en un parpadeo.

Sonríe y haz reír a los que te rodean.

Atentamente: Tú.