INTERNO

ALEVOSÍA

Qué hábil eres.

Eres la viva imagen del engaño,
pero disfrazada del encanto.
Cualquiera podría caer con tal tentación.

Pero es triste, sabes...

Porque de ser tan seductora, estás tan vacía.
Amante del oportunismo,
y para eso, hay qué deshumanizarse.

Y tú eres de todo, menos humana...

¿Por qué te digo esto?
Porque mientras yo escurría tinta
con poesía para ti,
tú escurrías en sudor
en tu cama con un cuerpo ajeno.

Misma cama en la que me hacías
lo que a él.

Misma cama
en la que me jurabas amarme.

Te regalé cartas, amor y tiempo.
Pero tú, una noche,
me rompiste,
tanto que,
le pido a la vida que no regreses.

Me dejaste el alma rota
cuando te encontré en pleno acto,
fundiendo tu cuerpo de manera explícita,
gozando de cada movimiento,
expresándolo a quejidos,
cada uno más fuerte que el anterior.

Hasta que te desconcentraste
y me observaste en el umbral de la puerta, _
herido y traumado.

Te quitaste de encima,
y como todo cliché
"No es lo que parece".

Lo más estúpido
es que no era la primera vez...

Pero no, no es tu culpa, es la mía,
por creer que me amabas tanto como yo a ti.

La realidad es que nunca me amaste,
y jamás lo harás.

Comprendí que no es que no sea suficiente,
simplemente no soy lo que buscas y eso es lamentable.

Porque el día de mañana será alguien diferente,
sin remordimientos,
y yo ahogado en un bar
sin razonamiento alguno
de tanta mierda que tomé,
para sentirme anestesiado y no miserable.

Maldita alevosía que, sin ser el culpable,
me siento como la mierda.
Que, sin ser el culpable,
soy yo el que se queda con las consecuencias.