Videntium (Noctis) Final Fantasy XV

Capitulo 4

- ¿se encuentra bien señorita?
- Si, gracias, lamento haber entrado así, pero la noticia me afecto más de lo que creí.
- Es comprensible - Ignis me dio un pequeño apretón en el hombro y se alejó por otro lado Gladio permanecía quieto mirando el cielo a través del gran ventanal de la habitación y él príncipe se paseaba de un lado a otro como fiera enjaulada, no pude evitar sentirme culpable porque de no ser por mí, ellos probablemente ya estarían sobre el Regalía con dirección a Imsomnia.
- Podrías dejar de llorar - la voz de Gladio me sobre salto y fue que de nuevo note mis mejillas húmedas.
- Gladio - lo reprendio Ignis pero él grandote solo lo ignoro y volvió su atención a la ventana.
- Lo siento - dije en un susurro debil.
- no le prestes atención - escuche decir al príncipe de pie a mi lado como si intentara calmarme, pero al parecer era él quien necesitaba que alguien le dijera algo que lo calmara, ni siquiera puede pensar en que decirle en tal situación cuando la puerta se abrió y Prompto junto con Opal ingresaron, esta última se disculpo con él príncipe con una reverencia y de forma silenciosa termino por sacarme de ahi.
- creo que acabo de hacer el ridículo y quede como una loca - me lamente una vez llegamos a nuestra habitación.
- No te preocupes por eso, los hombres tienden a olvidar las cosas con facilidad pero admito que fue imprudente salir asi sin las y en esas fachas, se mas cuidadosa por favor - señalo la ligera pijama que usaba y fue que mis mejillas se encendieron mientras me abrazaba a mi misma.
- Al final mis deceos de regresar a Insomnia se harán realidad - murmuré disimulando mi vergüenza de que él principe me hubiera visto de esa forma.
- ¿Deberíamos ir con ellos?
- Sería lo mejor, pero a cómo están los ánimos lo más racional seria ir por nuestra cuenta lo más discretas, prefiero pensar que todo esto solo es un mal chiste de alguien.

(...)

Habiamos estado recogiendo el polvo siguiendo a Regalía por un buen rato, en el cielo la enorme flota volando mas haya de nosotras nos advertencia de que las noticias no eran ningún chiste - él imperio - dije sin apartar mis ojos del cielo
- Deben estar transportando soldados, la infantería Magitec.
- ¿Qué es eso?
- La fuerza militar creada a partir de tecnología y magia - los puños de Opal se tornaron blancos apretando el volante con más fuerza de lo normal desviando su mirada de la carretera solo por unos segundos para mirar lo mismo que yo - parece que han bloqueado la carretera ¿los seguimos? - el Regalía con ventaja de distancia se desvió del camino en busca de un atajo, nada mas que obvio.
- Por supuesto - afirme, pero antes de siquiera acercarnos mas a dónde se encontraba aparcado Regalía le pedí a Opal detenerse - presiento que puede haber soldados del imperio por los alrededores. mejor dejar que ellos se ocupen.
- Podrían necesitar ayuda.
- Es mejor así, podríamos ser una distracción para ellos - ante mis palabras el silencio se instaló en el auto mientras aguardábamos atentas - Luna Freya - murmure de la nada.
- ¿Qué dices?
- Deberíamos irnos es claro que sobramos aquí.
- ¿y a donde sugieres ir?

(...)

- Despierta.
- ¿Qué? - me sobresalté un poco por haber sido despertada.
- Es más de medio día y nada, el auto esta totalmente muerto- que bien estamos en medio del la nada y sin transporte, pensé. - no hay de otra que seguir a pie.
- Odio decirlo pero creo que tienes razón - dije derrotada mirando el cielo gris que parecía que en cualquier momento comenzaría a llover y empujar el auto no era una opción, primero vomitaría mi estómago y mis demás órganos por el esfuerzo y probablemente ni siquiera lograríamos moverlo más haya de medio metro y es aquí cuando pienso que los Sidéreos debieron ser más generosos con mi deplorable estado fisico.
- Habrá que caminar hasta el taller de Cid - no pude evitar zollosar internamente por la idea de tener que caminar tanto y maldije mi elección de calzado, al final del día terminaría con mis pies hinchados y adoloridos, fabuloso.

- Por favor ya no puedo ni con mi alma - repetí las mismas palabras de Prompto mientras arrastraba los pies e intentaba regular mi respiración.
- Aun nos faltan unas millas.
- ¿Que? Olvídalo ya no puedo, ve tú y después vuelve por mí.
- Solo si quieres ser devorada por los Cadentes que rondan las noches y te aseguro que estas últimas son cada vez mas largas.

Omnisciente.

- Mi padre se ha dejado tomar por tonto...
- No entenderías - interrumpió Cid. - Regis sabía muy bien lo que hacía, Lucís prácticamente había perdido la guerra y una tregua era la única salida, conociendo a tu padre seguro que les preparo una recepción difícil de olvidar, aun así al final supongo que no fue suficiente, si quieres saber algo más habla con Cor.
No se ni cuándo fue la última vez que vi a Regis, hace ya tanto... Cor estará esperando en el mausoleo, lo encontraras al noroeste pasando un asentamiento.

(...)

- Ya era hora su alteza.
- ¿me cuentas que hacemos aquí?
- El poder de los reyes de antaño se transmite a través de la comunicación de las almas, aquí yace una de ellas reclama la gracia de tus ancestros, es tu derecho y deber como Rey.
- ¿mi deber como Rey? ¿Rey de qué?
- No hay tiempo para retorica insulsa sobre tu destino, un Rey debe proteger a su pueblo - aseguro Cor.
- Pero él eligió solo salvar al príncipe ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué sacrifico a tantos por su hijo?
- ¿y piensas seguir dejándote proteger? ¡tú eres quien tiene que protegernos, así lo dispuso él Rey!
- ¿Qué lo dispuso? ¿Por qué me despacho sin decirme nada? Si hasta me sonreía cuando me fui ¿Por qué? ¿Por qué me mintió?
- Porque aquel día no quiso que lo recordaras como él Rey, porque el tiempo que les quedaba juntos solo quería ser tu padre, siempre tuvo fe en ti, confiaba en que te alzarías como un digno Rey cuando fuera necesario.
- No me ha dejado otra salida - con eso dicho Noctis toco la espada que yacía sobre la tumba de su ancestro emitiendo una brillante luz al elevarse y terminar atravesando su cuerpo.
- La gracia de uno de los Reyes de antaño ya está contigo, no es el único don que abras de heredar de tus ancestros, es solo el comienzo de tu viaje, hay otro mausoleo así que debes dirigirte ahora, hayaras otros sepulcros desperdigados por ahí y todos ellos infestados de peligros, por el momento los acompañare, no como apoyo, solo porque quiero comparar tu destreza y por qué debo comprobar si es seguro para ella él acompañarte.
- ¿Cuántos de esos dones tengo que encontrar? ¿y exactamente a que te refieres con que ella me acompañe?
- Se conocen trece armas ancestrales, en los mausoleos de los Reyes aun reposan algunas, aunque solo se sabe de la ubicación de unos pocos, he encontrado los corazones, los he rastreado para dar con los que quedan y sobre lo otro te lo diré después una vez que compruebe lo que quiero.
- ¿Dónde está el otro cercano?
- En el foso de Keyeatrich, se sabe de una cripta en el corazón de las galerías.

(...)

- Reclama los dones que custodian, te hará falta.
- ¿y tú?
- Vigilare a los Nilfus para averiguar que traman, tu preocúpate de lo que te corresponde y por cierto confió en que la mantendrás a salvo, ella debe estar cerca de ti, recuérdalo.
- ¿De que estas hablando?
- De verdad tengo que decirlo, parece que sí, hablo de la chica que tu padre envío a tu boda, imagino que ya la conociste o al menos sabes cómo luce, como sea te recomiendo ir por ella primero antes que cualquier cosa, recuerda mantenerla a tu lado.
- No entiendo nada.
- No necesitas hacerlo porque ni yo mismo puedo darte una respuesta a lo que a ella se refiere, lo único que tu padre me dijo fue que me encargara de que ella estuviera a tu lado, puedes confiar en el juicio de tu padre, él sabía lo que hacía así que no lo arruines, bien.