Capitulo 5

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-Corre, corre y no te detengas - grito Opal con dificultad impidiendo que un diablillo me saltara encima.
-Estas loca, no te dejaré aquí.
-No puedo protegerte de tantos yo sola y menos con está herida, no te preocupes por mi, tu eres mas importante.
-No digas tonterías y no necesito que lo hagas si tan solo tuvieras otra arma.
-Solo tengo un cuchillo - Opal termino con aquel diablillo y saco el cuchillo y antes de que otro de esos diablillos atacara le arrebate el cuchillo de las manso y se lo lance a este - era el único que tenía.
-Ni modo la próxima vez dejo que te arranquen la cabeza si quieres ¿Cómo es que que hay tantos de ellos?
-No lo se pero necesitamos volver a donde dejamos el auto.
-¿Cómo es que un auto nos protegerá de los Cadentes?
-Tiene sus trucos, cuidado - Opal salto sobre mi haciendo que ambas calléramos a una especie de hoyo poco profundo de forma brusca, enserio me dolió y más porque no solo amortigüe mi propio peso sino el de Opal, sumándole la fuerza con la que se tiro encima mio, tuve que jadear desesperadamente por oxigeno ya que la caída lo había drenado todo, una punzada en mi costado izquierdo me hizo perder la nocion de lo que ocuria por un segundo.

-¡Ach! - chille en su susurro apenas recuperando el aliento e intentando sacarme a Opal de encima pero esta se había desmayado y lo peor era que al tocarla para sacudirla sentí algo húmedo manchar mi mano, no necesitaba mirar para saber lo que era, de reojo mire como esos malditos diablillos nos rodeaban listos para matarnos y una vez más maldije mi mala suerte hacia los Sidereos contradiciéndome al instante y suplicando por un milagro, fue un parpadeo pero ahí estaba él príncipe haciendo de barrera y evitando que esas criaturas se acercaran, el peso muerto de Opal fue retirado de encima por Gladio que sin ningún esfuerzo la levanto y la aferro a uno de sus hombros como un costal de papas.
-¿estás bien? - escuche al príncipe decirme tendiéndome su mano para poder levantarme.
-Más o menos - respondí haciendo muecas por el dolor olvidandome por un momento de que estábamos teniendo una conversación y que estábamos demasiado cerca aun sintiendo como el oxígeno se escapaba de nuevo, mis piernas aun no podían sostener mi peso y termine apoyándome en él príncipe quedando mas cerca de su rostro, él fue él primero en apartar la mirada al escuchar los pasos de Prompto e Ignis acercándose después de acabar con los últimos diablillos.
-Qué bueno que llegamos a tiempo ¡fui! - dijo él primero deteniéndose a unos metros de nosotros.
-¿Qué fue lo que ocurrió? - cuestiono Gladio frunciendo el ceño mirando como la mano del príncipe descansaba un poco mas abajo de mi cintura, este último no noto ese gesto por parte del grandote porque ni siquiera era capaz de girar el rostro para no mirarme a mí, ¡ni que estuviera tan fea! Bueno al menos de mi parte no podía negar que era agradable estar cerca del principe pues de alguna forma parecia como si estubiera esperando por esto apenas lo mire, pero lo sería aun mas si no sintiera tanto dolor en esos momentos.
- El auto murió y nos dejó tiradas en mitad de la nada, estuvimos esperando a ver si ustedes casualmente pasaban por donde nos encontrábamos para darnos un aventón a donde Cindy pero como veran eso no ocurrió y no quedo de otra que caminar, por obvias razones Opal y yo no podríamos empujár un auto entre las dos y bueno lo último que paso fue lo que acaban de ver, tengo que agradecerles que aún seguimos vivas o más o menos - jade por mas oxigeno después de decir todo eso de forma rápida que apenas fue entendible, pero si lo hacía más lento sería un martirio, ya me estaba comenzando a sentir mareada.
-Lo mejor será salir de aquí y buscar un mejor lugar para acampar, será difícil llevarlas a ambas en Regalia en el estado en que se encuentran, al menos que viajen sobre las piernas de Noc. Y Gladio lo que dudo sea algo cómodo para alguno de ustedes - comento Ignis pensativamente sin notar las diferentes reacciones de cada uno.
-Estoy de acuerdo sobre todo porque esta mujer se está desangrando - concordó Gladio finalmente.
-Qué bueno que aún tenemos pócimas - Ignis, Gladio y Prompto comenzaron a andar dejándonos al príncipe y a mí por detrás.
-Discúlpame príncipe Noctis pero no creo poder dar un paso más y no es porque sea una perezosa bueno si un poco - balbuce torpemente - pero creo que yo también estoy por desmayarme.
-¿Qué? - fue lo último que escuche antes de desvanecerme en los brazos del príncipe.

Videntium (Noctis) Final Fantasy XVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora