Capitulo 7

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Omnisciente.

-Impresionante, verte combatiendo es todo un alivio, es evidente que no debo preocuparme más, fue sabio de tu parte dejarla fuera de esto, pero no por eso la subestimes, ese sería tu primer error, seguiré vigilando a los Nilfus, ya nos veremos, ir a la ciudad con cuidado y príncipe recuerda lo que te dije la última vez - Cor se despidió dejando a Noctis y los demás tomando un rumbo diferente al de ellos.
El sol y la alta temperatura en el ambiente hacia tedioso el camino que a pasos pesados Noctis avanzaba por la interminable carretera, dentro de sí mismo lo único de deseaba en esos momentos era dormir en un lugar fresco y agradable pero ahí estaba él intentando avanzar con el calor haciendo estragos a su cuerpo agotado después de la acción.
-Esto no esta tan mal cuando te acostumbras - hablo Gladio a su lado.
-Todavía nos queda mucho por ver - animo Prompto con su típico buen humor, a lo lejos escucharon el sonido de un auto acercándose, no era nada más y nada menos que Regalía siendo conducido por Ignis, a su lado en el asiento del copiloto la melena de Alanís bailaba con el viento, conforme Regalía se acercaba, la chica de tez clara levantó la mano agitándola como saludo mientras una expresión alegre adornaba su rostro, él único que imito la acción de la chica fue Prompto igualmente contento por verla, por su parte Gladio lo miro como algo infantil recordándole a su hermana y por ultimo Noctis que se había quedado embobado mirando él rostro de mejillas rosadas de la chica.
-¿necesitan un aventón?
-Por supuesto - respondió el rubio no perdiendo tiempo en subir a Regalía, después de Gladio
-Príncipe Noctis ¿piensa caminar todo el camino por su cuenta o subirá? - expreso divertida al observar que había sido él único estático en su lugar, la risa de ella lo hizo reaccionar y con un pequeño gesto de cabeza se apuro a subir en el asiento detras de Ignis.
-En marcha entonces - con esas palabras de parte de Ignis, Regalía se puso en movimiento, en silencio Noctis miro en dirección hacia ella y sus cabellos bailando con el viento, inconscientemente sus puños se serraron sobre sus rodillas conteniendo las ganas que le provocaba tocar los finos hilos de esa cabellera, su mente divago intentando recordar ¿de dónde le resultaba familiar? Pero como esa vez en Hammerhead el resultado fue el mismo y solo aparto la mirada de la chica cuando sintió otra sobre él, encontrándose con los ojos de su mejor amigo que le observaba divertido, finalmente desvió la mirada hacia el paisaje desértico sintiendo como el calor de momentos atrás aumentaba y la sangre se acumulaba en sus mejillas siendo acompañados por el golpeteo en su pecho que sentía extrañamente agradable.

Fin de la narración.

-Encontrarla y matarla, el sello es lo único que falta - escuchar esas palabras en mi cabeza me dieron escalofríos, no estaba del todo dormida pero de igual forma por poco y doy un salto en mi lugar alterada por el peso que significarían tales palabras y Gladio a mi lado lo noto.
-¿Qué sucede?
-Solo soñé que me caía - mentí - me ha pasado a veces, pero termina haciéndose real cuando despierto fuera de la cama - este solo rio entre dientes por mi explicación pero no dijo más, por mi parte al sentir el peso de algo sobre mi hombro fue que me fije en la mata de cabellos oscuros que descanzaba sobre este, parecía ser que él príncipe se había quedado profundamente dormido apoyado sobre mí, lo que me pareció de lo más adorable que para no molestarlo y despertarlo evite moverme, pero creo que no funciono mucho porque él príncipe se removió un poco acomodándose más sobre mí, al punto de esconder su rostro en el hueco de mi cuello causándome cosquillas con su pausada respiración y golpeando mi piel sensible, no sabía si podría aguantar mucho en esa posición sin que involuntariamente algún sonido extraño escapara de mis labios, pero el grito de Prompto de haber llegado me distrajo.
-Por fin salimos de ese criadero de polvo.
-Nos dirigimos a tierras más bastas que las de Leide.
-Cuanto más grande, más cosas que ver y hacer.
-Primero Duscae, famoso por sus humedades.
-Si, ¿hay pantanos? - la voz ronca y adormilada del príncipe que aún estaba sobre mí me sobre salto, pero en vez de moverme me quede conteniendo la respiración por lo bien que se escuchó esa voz ante mis iodos.
-Y un bosque con Chocobos - le respondió Ignis.
-Poesía para mis oídos - celebro él rubio pecoso.
-Al oeste esta la provincia de Cleigne, en ella esta Lestallum.
-¿la ciudad a la que iba Iris?
-A estas alturas ya debería haber llegado, puede que hasta haya visto a Meteo - dijo Gladio.
-¿El Metearito de los seis? - de nuevo él príncipe volvió a hablar entre dormido y despierto.
-Así es, su intenso calor surte a Lestallum de energía - intenso calor es el que siento yo ahora mismo, pense en mis adentros.
-¡wow! Eso sí que es interesante ¿no es así Lanis? - Prompto giro la cabeza en mi dirección sorprendiéndose de la forma en la que él príncipe tenía su rostro escondido en mi cuello y para evitar una situación incómoda lo único que se me ocurrió hacer fue fingir estar dormida antes de que sus ojos se encontraran con los míos - pensé que estaba despierta.
-Déjala en paz - le advirtió Gladio - como sea, que ganas de llegar.
-Aún queda carretera, será mejor tomar un descanso ahora, diría que a ninguno se nos resisten ya estas carreteras, Noc. Si quieres conducir, solo tienes que decirlo.
-Dudo que quiera hacerlo, al menos por el momento, pues parece muy a gusto en donde esta ¿no es así Noc.? - no podía ver nada pero si escuchar, sentí al príncipe removerse una vez más mientras dejaba escapar un suspiro caliente sobre mi cuello al mismo tiempo que interiormente mordía mi propia lengua para no hacer ruido.
-Termina de despertar de una buena vez - la Voz de Gladio denotaba irritación y después el peso y el calor sobre mi desapareció y al abrir mis ojos un rato después note que me encontraba sola en el auto.
-Chocobos, Chocobos - grito Prompto observándolo acercarse a mí con una sonrisa de oreja a oreja - adivina, iremos a ver a los Chocobos, anda muévete que los Chocobos nos aguardan - sin oponerme me deje arrastrar por mi amigo siendo seguidos por los demás - ahora si estoy en el paraíso.
-Ya saco al friki a pasear - se burló Gladio - habrá que quererle igual, corrección quererlos.
-Disculpa, queremos montar en Chocobo - le dijo Prompto al encargado del lugar.
-Ah, los Chocobos, siento decirles que no pueden abandonar las instalaciones ahora mismo, es por Begiclope, un Begimo más fiero de lo habitual que anda asomando el hocico en la zona, su olor pone tensas a las aves, así que hemos suspendido el alquiler para evitar desgracias, pero esperen ¿no son ustedes los cazadores de los que todos hablan? ¿podrían atrapar al Begimo? - él príncipe junto con los demás se miraron entre si preguntándose qué hacer, pero al final quien que decidía era él príncipe, este último me miro rápidamente como si yo tuviera la respuesta.
-Está bien, nosotros lo cazaremos para después poder montar al Chocobo - decreto.
-Genial, Chocobo, Chocobo - él rubio, él grandote y él chef que así era como había nombrado a Ignis por sus habilidades culinarias se adelantaron dejándonos al príncipe y a mi solos.
-¿puedes esperar por nosotros?
-Príncipe Noctis, no me gusta ser una damisela en apuros, al menos no todo el tiempo, sabes.
-Lo sé, ya me lo han hecho saber antes - dijo sonriendo de forma divertida - pero me siento mejor sabiendo que estas segura lejos del peligro.
-Eso sí que fue lindo - dije sin pensar y al ver como él príncipe parecía comenzar a ponerse tímido me aclare la garganta para añadir - está bien, yo esperare aquí tranquila y a salvo como es tu deseo con la condición de que regresen en una pieza para poder montar al Chocobo.
-Hecho - ahora fue él quien me tendió su mano para sellar la promesa y yo con gusto la acepte, su mano estaba ligeramente sudada pero no era para nada desagradable y admito que me gusto ver como su mano envolvía perfectamente a la mía que era más pequeña, tenían el tamaño perfecto para acoplarse juntas.
-Estaré esperando por ti Príncipe Noctis - susurre dulcemente dejando ir esa mano a regañadientes, pero ya nos habíamos tardado conversando y a lo lejos y de reojo podía observar como los demás nos miraban, sus hermosos ojos azules sobre mí no se apartaron como las veces anteriores, pero al final termino el contacto para poder marcharse mientras yo me quedaba observando en la dirección donde lo hizo.
-Es lindo ver a las parejas jóvenes - hablo él hombre encargado del lugar acercándose y sacándome una pequeña risa.
-Se equivoca.
-Lo dudo, he vivido el suficiente tiempo para saber algo de estas cosas, pero no insistiré porque tampoco quiero ser entrometido.

(...)

-Han despachado al Begiclope, la zona vuelve a ser segura, en nombre de los lugareños les doy nuestro más sentido agradecimiento.
-Con respecto a los Chocobos - él rubio pecoso lucia impaciente por montar al Chocobo.
-Nuestras aves están a su disposición, pueden alquilarlas siempre que gusten.
-¿Oíste eso Lanis? - Prompto me sostuvo de los hombros agitándome con emoción a lo que yo asentí con una sonrisa intentando disimular la emoción de montar al Chocobo, no lo admitiere pero me daba algo de vergüenza que él Príncipe me viera actuar igual de loca que Prompto - ¿entonces que esperamos? Vamos por esos Chocobos - sin soltarme, este me arrastro hacia los establos de las aves seguidos por los demás - ¡wow! Yo quiero montar a este amiguito.
-Tranquilo hombre vas a asustar a la pobre ave.
-Deja que en niño se divierta, señorita Alanís elija uno usted también - me animo Ignis al ver que los demás ya tenían a su Chocobo, mire rápidamente a los Chocobos, en realidad todos eran fantásticos, pero me llamo más la atención uno con plumas de un amarillo pálido que de lejos parecían ser blancas que lo hacía sobresaltar del resto.
-Excelente elección, solo que ese Chocobo a veces es algo necio y no deja que cualquiera se le acerque de hecho casi nadie, pruebe intentando que baje su cabeza para que pueda acariciarla, si lo logra definitivamente se dejara montar - sugirió él encargado, pero no fue necesario hacerlo por que él Chocobo por si solo se acercó a mí y se tumbó a mis pies para que lo montara dejando sorprendidos a los demas.
-Al parecer no fue necesario hacer el ritual - dijo Ignis.
-Qué curioso es la primera vez que veo al Chocobo actuar así, la señorita debe ser muy especial - de repente él encargado hizo una expresión de sorpresa al haberse dado cuenta de lago - que ciego soy no lo note antes pero si miro a la señorita puedo decir que me recuerda a la...
-Lo sabemos - intervino Ignis al encargado antes de ofrecerme su mano para ayudarme a subir al Chocobo, una vez montados en los Chocobos salimos a dar una vuelta por los alrededores, Ignis se había mantenido cerca de mi más de lo normal así que intuí que tenía algo que hablar conmigo sin que los demás escucharan.
-Bueno Ignis ¿Qué es eso que quieres decir?
-Eres muy observadora señorita.
-Es algo que se me da muy bien hacer, pero dime, soy todo oídos.
-Solo quería disculparme por lo del asentamiento, pude notar que le incomodo algo que dije por eso... pido disculpas.
-No hay nada de que disculparse, la verdad no me moleste, solo es un tema extraño.
-Entiendo, tratare de ser más delicado en el futuro.
-Que caballero eres, gracias Ignis - reí por lo bajo - ¿hay algo más?
-¿Por qué la pregunta?
-He notado como me miras a veces, justo como él Rey Regis también lo hacía y creo tener una ligera idea del porque, pero me gustaría escucharlo de ti.
-Puede que sea la cierta similitud con la Reyna Aulea
-Debe ser por el cabello - respondí sosteniendo un mechón de este y admirando el color cenizo que tenía en las puntas.
-Es verdad que el color de cabello es similar.
-Mi padre solía decime que me parezco mi madre, aunque como lo dijiste anteriormente, ella es una mujer muy hermosa por lo que creo que me falta mucho para ser tan hermosa como ella.
-Es curioso cómo es que la visión que tenemos de nosotros mismos se distorsiona a como lo hacen los demás, espero no sonar atrevido pero la primera vez no solo pensé en la similitud con la Reyna, si no lo hermosa que es, como sea tu eres quien eres por ti misma nunca lo olvides señorita - con eso dicho Ignis se alejó y poco después Prompto se acercó a mí.
-¿Qué dices de una competencia amistosa?
-¿tú no aprendes verdad? ¿Cuántas veces tienes que perder para estar en paz?
-¿te motivaría si hay una recompensa para el ganador?
-Depende, pero acepto, igualmente voy a ganarte, el último en llegar es un Chocohuevo - sin esperar más tire de las riendas de mi Chocobo adelantando al rubio pecoso en cosa de nada.
-Eso no es Justo y tampoco muy maduro de tu parte - lo escuche gritarme pero no le preste atención y esta vez me deje llevar riendo como loca y escandalosamente.

Videntium (Noctis) Final Fantasy XVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora