Capitulo 16

69 3 0
                                    


-Un momento ¿Cuál es el motivo de su visita? - cuestiono él guardia que custodiaba la entrada.
-Si claro... - divago él príncipe intentando pensar en algo - Ignis una ayuda.
-Lo que hay que hacer, somos estudiosos de las artes culinarias y acudimos a su bella nación, distraídos por su excesiva gastronomía.
-¿en serio? Pues disfrútenlo entonces - dijo él guardia mientras yo intentaba no reír porque solo Ignis tenía la apariencia, por otro lado él guardia reparo en mi presencia - ¿y usted señorita?
-Yo, solo soy una chica enamorada directo a encontrarse con su prometido - respondí con una sonrisa boba de enamorada obviamente falsa, la expresión de sorpresa del príncipe era digna de retratar, pero ni siquiera me atreví a mirarlo a los ojos por vergüenza y creo que el ligero sonrojo en mis mejillas le dio mas credibilidad a mi mentira.
-Pues felicidades por la futura boda.
-Gracias.
-¿Qué fue eso Lanis? - cuestionó Prompto a mi lado un tanto divertido.
-Solo dije lo primero que se me vino a la cabeza - respondí restándole importancia y no queriendo hablar del tema.
-Mejor vayamos a ver si encontramos el bar - propuso Gladio.
-¡si! Todo mundo a Maagho.
- A lo mejor llegamos a la merienda - no lo había notado hasta que Ignis lo comento, pero desde hacía un buen rato que no habíamos probado alimento y bueno de mi parte ya estaba acostumbrada a saltarme las comidas, la cocina no era lo mío y al vivir sola ya por mucho tiempo era común para mi alimentarme de cualquier cosa que encontrase fácil y rápido.
-Habrá que empezar a buscar - dijo él príncipe impaciente y yo sabía bien porque, mientras caminábamos por las calles de Altissia escuchamos que había una exposición donde se mostraba al público el vestido de bodas de la Dama Luna Freya y que la extenderían por más tiempo, recuerdo vagamente los comentarios sobre que el diseño era de una tal Viviene no sé qué...
-Hablan del vestido que sacaron en los periódicos - dijo Prompto.
-No sabía que leías - moleste un poco al rubio que en vez de enojarse solo se encogió de hombros y paso su brazo alrededor de mis hombros de forma amistosa.
-¿vamos a verlo?
-Que decida él novio, tampoco vamos a meter el dedo en la llaga con la boda cancelada - respondió Gladio.
-Tampoco hay que pensar que se cancelara para siempre - oh, gracias Promoto, pensé para mis adentros sacudiéndome un poco para alejarlo de mi, pero no funciono por su parte él príncipe no dio una respuesta en sí, pero comenzó a caminar en busca del vestido y nosotros detrás de el - ¿a que no es fabulosa?
-¿Qué cosa?
-La ciudad, me dan ganas de tomar muchas fotos.
-No veo por qué no puedas y respondiendo a tu pregunta, si, lo es y seria aún mejor si no hubiese tanta agua.
-Relájate Lanis, no pienses en eso y disfrutemos mientras podamos.
-Tienes razón - después de dar varias vueltas en busca de la tienda de Viviene pudimos dar con ella gracias a la multitud que se hallaba admirando la exposición.
-Esta hasta arriba.
-Vaya vestido, es increíble.
-En verdad que si - apoye a Ignis embobada con la hermosa prenda imaginado a la futura novia en él y la imagen era irreal, definitivamente él príncipe quedaría fascinado, el pensamiento de mi misma usando un vestido como ese no pasó desapercibido pero me pareció tonto ¿después de todo quien se casaría conmigo?
-La gente esta tan contenta de solo ver el vestido.
-Si
-Me alegra tanto que la Dama Luna Freya este bien.
-Si - volvió a responder él principe mientras admiraba el vestido y con parte de su consiencia en otro lado, probablemente imajinandose a su futura esposa, esa idea sin quererlo me provoco dolor y decidí apartar esos pensamientos lejos al igual que mis ojos de aquella exposición y del príncipe.
-Cásate hombre, aunque sea por ser el símbolo de la paz, en cuanto acabemos con todo esto hagamos los preparativos - animo Gladio.
-Buena idea - dijo él príncipe con un tono opuesto al desinteresado de siempre.
-¡eh! Chicos si no les importa yo creo que iré por mi lado, hay algo que tengo que hacer, un asuntillo, los alcanzare más tarde y creo saber cómo pedir indicaciones para llegar al Maagho - me despedí sin esperar una respuesta, la verdad es que necesitaba un poco de espacio para mí y tomar un respiro con esto que estaba sintiendo.
-¿de verdad crees que quiera colaborar con el Imperio? Lo que quiere es liberarnos - escuche a unas mujeres decir mientras caminaba.
-Haz sacrificado mucho, como m gustaría ser tan valiente como tú.
- lo eres - respondió la confortable voz del Oráculo en mi cabeza, quise probar conectarme a su pensamiento para saber dónde buscar pero no pude, ella me estaba bloqueado ¿pero porque? ¿acaso no quiere que la ayudemos? Estaba distraída en mi propio mundo que al sentir como alguien tiraba de mi brazo por poco y pierdo el equilibrio, al levantar la vista para ver de quien se trataba me encontré con la mirada fría de él heredero de Tenebrae, Ravus Nox Fleuret, tan rápido como pude reaccionar me zafe de su agarre y retrocedí unos pasos lejos de él sin apartar la vista de sus ojos fríos.
-¿Qué haces aquí? - fue lo primero que dijo con su reluciente delicadeza.
-No tengo por qué responder.
-Un consejo deberías mantenerte fuera de esto especialmente de Noctis.
-Lo tendré en cuenta pero de cualquier forma eso depende de mi.
-Tú no comprendes...
-Vaya, vaya que agradable sorpresa - la voz del Canciller intervino en nuestra pequeña charla apareciendo detrás de Ravus, este último me miro por unos segundos antes de alejarse sin decir nada más dejándome con Ardyn para colmo - veo que al final pudieron llegar sin problemas a la ciudad.
-Si, seguro.
-¿puedo saber por qué él príncipe y compañía la dejaron sola?
-Soy yo la que tiene algo que hacer.
-Ya veo ¿hay algo en lo que la pueda ayudar señorita?
-No gracias estoy bien, de hecho estaba por volver para reunirme con los demás - hice el intento de dar media vuelta para marcharme pero la voz de Ardyn me detuvo.
-Sabe, escuche algo muy interesante hace poco sobre cierta persona.
-¿Cómo?
-Bueno ahora que su alteza está en la ciudad para reunirse con su prometida por fin podrán celebrar su boda después de ciertos acontecimientos y no es extraño que todo él mundo este ansioso por el evento incluido los invitados de honor, escuche que la Dama Argenti está en la ciudad como invitada a la boda, con todo gusto podría ofrecerme a escoltarla a donde ella - la mirada afilada de Ardyn se achino aún más al notar mi interés pero ignorando eso no me quedo de otra que acceder.
-Está bien.
-Entonces después de usted - dijo extendiendo su brazo con una leve reverencia que parecía mas una burla.
Finalmente llegamos a una residencia y a lo que había podido observar de la ciudad, la residencia parecía ser la más grande y lujosa en Altissia.
-Henos aquí, la residencia de la tercera primera Ministro, bastante agradable y acogedora para recibir a invitados importantes, adelante que aguardan por usted - Ardyn me dedico una última sonrisa torcida antes de quedarse atrás mientras yo avanzaba dentro del lugar, uno de los guardias cercanos me indico con un gesto que lo siguiera y eso mismo hice aun sabiendo que aquello era una trampa pero mi deseo por respuestas era aun mayor.
-Bienvenida, me alegra poder conocerla finalmente Dama Argenti, yo soy Camelia Claustra primera Ministra de Accordo.
-Un gusto, pero creo que me confunde.
-Lo dudo, esos ojos y presencia son únicos de esa persona por lo que es innegable el parentesco.
-Dígame la verdad primera Ministra ¿es falso que ella está aquí verdad?
-No del todo, un poco tarde fue que llego a la ciudad, de haberlo hecho mucho antes probablemente hubiera podido reunirse con ella, pero no se preocupe las puertas de mi casa están abiertas para usted durante su estadía en Altissia.
-Gracias por su hospitalidad pero me temo que debo declinar la oferta.
-Lamento escuchar eso, pero el Imperio ha pedido que nos ocupemos de usted personalmente por lo que no puedo dejarla marcharse - Camelia hizo una señal al guardia en la puerta para que la abriera y por ella ingresaron soldados del imperio apuntando sus armas hacia a mí - los caballeros la escoltaran a su habitación, siéntase cómoda de disponer de lo que necesite a mi personal.
-Solo una cosa - dije resignada ha no causar un alboroto.
-Adelante.
-¿Dónde está la Dama Luna Freya?
-No se impaciente, más tarde podrá reunirse con ella y hacerse compañía mutuamente.

Omnisciente.

-Estoy muy preocupado, no hemos sabido nada de Lanis ¿creen que le sucedió algo?
-Esperemos que no.
-Deberíamos ir a buscarla antes de que se meta en algo gordo.
-Concuerdo contigo, ¡vamos¡ - Noctis fue él primero en salir del Maagho directo a las calles de Altissia en busca de Alanís, ahora no solo se trataba de Luna y su bienestar si no el de Alanís también, no lo admitiría pero la noche pasada no la paso bien preocupado por no saber nada de esta última, incluso antes de que Gladio propusiera salir a buscarla, él lo había hecho antes, aunque al final de no tener ningún resultado decidió volver al bar para volver con los demás e intentar hacerlo con su ayuda y ahora ahí estaban en la residencia de la primera Ministro con la esperanza de que ella pudiera saber algo de Alanís antes de perder la cabeza por no saber nada de ella y discutir sobre la custodia de Luna.
-Gracias por venir su alteza - dijo Camelia desde detrás de su escritorio.
-Claro, antes que nada, dijo usted que Luna está bajo su custodia, espero que Luna este bien.
-Lo está - aseguro la mujer - y que permanezca así depende de usted, si me permite, también tengo preguntas ¿Por qué desea él Oráculo despertar a la Sidérea Leviatán?
-Quiere sellar un pacto para que me brinde su fulgor.
-Mmm... eso es lo que yo quería oír, sea o no sea Rey, recibir la gracia de un Sidéreo no es una minimidad, le seré sincera, me preocupa lo que pueda pasar, es quien mejor sabe lo que ocurrió en Lucís con él Arqueron ¿podría compartirlo conmigo?
-Titán se arto y se fue a estirar las piernas - respondió Noctis con simpleza y desinterés.
-¿sí? Ingenioso resumen, puede que la guerra sea inevitable, pero no consentiré que los Sidéreos y el Imperio nos usen como campo de batalla.
-Una batalla en plena ciudad sería un desastre - expreso Noctis ahora con preocupación.
-Así es, debemos prepararnos para evacuar a la población.
-Estoy de acuerdo.
-Tenemos planes y lo he invitado aquí para negociar que papel jugara en esto, las cartas están sobre la mesa, negociemos las condiciones, si desea que se celebre el ritual debe apoyar en la evacuación de mis ciudadanos.
-Está bien, are lo que me pide.
-Me alegra oírlo, mientras mi gente este a salvo, el ritual seguirá adelante, hay algo más, una vez iniciada la ceremonia yo me lavo las manos, estará solo.
-Tenemos las manos atadas.
-Y yo, pongámoslo así, después del ritual usted y solo usted será responsable del Oráculo, esas son mis condiciones, en resumen deberá garantizar la seguridad de mi gente y combatir al Imperio ¿estamos de acuerdo.
-Está bien, luchemos entonces como aliados.
-Todo un voto de confianza, le aseguro que cumpliremos y protegeremos al Oráculo, escuche bien porque el que avisa no es traidor, yo le debo a mi pueblo, si le ocurre lo mas mínimo, será usted y él Oráculo quienes lo paguen.
- Es justo, haga lo que tenga que hacer.
-Tengo entendido que no vino solo, debe ser incómodo para una Dama viajar con cuatro caballeros por tanto tiempo, afortunadamente me di en la disposición de ofrecerle asilo durante su estancia en la ciudad, pero tenga cuidado de que ella estará bien atendida, después de todo nuestra invitada es alguien importante para el Imperio.
-¿Qué significa eso?
-¿no lo sabía? Bueno, los miembros de la familia real de Nifleheim son pocos y no son tan conocidos como en Lucís o Tenebrae, el Imperio a dispuesto que nos encarguemos de su custodia al igual que con él Oráculo, es posible que una vez pase lo del Ritual el Imperio de la orden para llevarla devuelta a Nifleheim, una princesa perdida que finalmente vuelve a casa, en parte hay que agradecerle porque de alguna manera contribuyo a eso.
-No puede ser, no permitiré que el Imperio se la lleve - inconscientemente sus puños se apretaron intentando contener su desagrado ante tal idea dejando de lado la sorpresa que tuvo al principio.
-Eso no es algo que usted pueda decidir, yo solo cumplo con lo que se me pide aunque de igual manera podemos negociarlo ¿Qué está dispuesto a ofrecer por la princesa Imperial?
-¿Qué es lo que quiere? - la voz de Noctis sin quererlo expreso su inquietud y perturbación sorprendiendo un poco a la ministro lo cual no demostró.
-Ya lo he dicho antes, mi pueblo es mi prioridad ante todo y al saber que poseo no una sino dos garantías a mi favor me deja más segura.
-De eso no le quepa la menor duda.
-Es igual que su padre.
-Gracias.
-Ha tomado la decisión correcta, tres de los suyos deberán ayudar con la evacuación, nuestras fuentes aseguran que la flota Imperial consta de cuatro bucles de guerra, será una batalla a gran escala, confió en que cumplirá su parte del trato, nosotros haremos lo mismo, la princesa de Nifelheim y él Oráculo estarán bien.

Videntium (Noctis) Final Fantasy XVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora