Capitulo 2

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-Ya no puedo ni con mi alma - la voz de Prompto resonó en mi cabeza y preguntándome ¿Qué estaría haciendo ese rubio pecoso en esos momentos? Sin evitarlo se me escapo una pequeña risa pensando en su reaccion en cuanto nos encontremos en Altissia y tampoco podía ignorar la emoción que sentía sin saber exactamente el porque, mis ojos se encontraron con los de Opal a través del retrovisor del auto cuando ella escucho mi risa lo que decidí tomar como iniciativa para animarme a mi misma a entablar una conversación con ella, una vez comprobé que estaría bien ser mas accesible a involucrarme con ella y esperando que el viaje no se volviera tedioso.

-Y dime Opal ¿hace cuánto que te dedicas a esto?
-Hace ya un par de años señorita Alanís.
-Llámame Lanís nada más, pero cuéntame algo de ti aunque no estas obligada a hacerlo claro.
-Está bien, Lanís - dijo mientras me dedicaba una mirada a través del retrovisor, como muchos, crecí en una familia humilde y me uni a los Glave real cuando tuve la oportunidad.
-Lo resumiste muy rápido.
-No hay mucho que contar después de todo, he vivido la mayor parte de mi vida siendo parte de los refugiados - después de esa breve charla Opal no pareció muy interesada en seguir charlando y solo lo hacía cuando de vez en cuando le preguntaba cualquier cosa banal por lo que no quise seguir insistiendo, conforme paso el tiempo comencé a sentir mis párpados pesados y en algún momento termine quedándome dormida.

-Vaya príncipe... tienes la pinta de tu padre, pero ni una pizca de su dignidad.
-¿Cómo?
-Con todo lo que tienes por delante te van a comer vivo con esa cara de pasmado - la voz de lo que imaginaba era una persona mayor dejo de sonar en mi cabeza junto a la voz confundida del joven príncipe la cual me era muy agradeble por cierto, sentí un ligero movimiento en mi hombro, al abrir los ojos me encontré con los ojos castaños de Opal mirándome.
-Disculpa que te despierte - dijo un poco incomoda seguramente por mi ceño fruncido, pero no pude evitarlo después de haber sido despertada.
-¿Qué sucede?
-Nada solo me detuve para descansar un rato, con este clima el motor del auto suele sobrecalentarse fácilmente y es mejor dejarlo enfriar a tener que lidiar con un problema más grande después.
-Oh está bien - respondí aguantando un pequeño bostezo.
-Lo tendré en cuenta - la voz calmada de Opal me dio a entender que posceia el mismo carácter sereno e imperturbable carácteristico de un soldado - solo pensé que te gustaría estirar las piernas un poco.
-Bueno no es tan mala idea, por cierto ¿Dónde estamos ahora?
-Cerca de Hammerhead.
-Ya veo - Opal se alejó de la puerta para dejarme salir del auto y apenas mi cuerpo estuvo fuera, el fuerte sol dio de lleno con mi rostro que tuve que entrecerrar los ojos para no quedar ciega en lo que mi vista se acostumbraba a la luz - rayos enserio que hace calor, dentro del auto no se sentía tanto gracias al aire acondicionado - instintivamente me abanique a mí misma con mis manos pero no funciono y solo me acalore más por el esfuerzo.
-En cuanto lleguemos a Hammerhead podemos parar en algún lugar a comer algo y refrescarnos un poco.
-Esta bien - asentí pensando en que no había comido nada en todo el día y recordé el platillo carbonizado de esta mañana, pasaron unos minutos en los que me canse de estar bajo el fuerte sol y decidí volver dentro del auto, además de que sentía como pequeñas gotas de sudor bajaban por mi cuello hasta mis pechos y no era muy agradable la sensación, al menos dentro no era tan notorio el malestar, poco después Opal concluyo con el descanso y tomo su lugar detrás del volante para continuar con el viaje.

Estaba perdida en mis pensamientos mirando el paisaje a través de la ventana pero de la nada logre visualizar por un segundo al parpadear una cabellera oscura brillando con la luz del sol.
-Noctis - murmure bajo antes de mirar hacia Opal para saber si ella me había escuchado o visto algo ya que según Prompto a veces suelo decir y hacer cosas extrañas que asustan, ante eso lo único que puedo hacer es ignorarlo o fingir demencia, por suerte Opal estaba tan concentrada en la carretera que no se dio cuenta de nada.
-Hemos llegado - anuncio cuando el auto se detuvo frente a un restaurant, no espere a que ella terminara de bajar cuando yo salí rápidamente hacia el cervicio para refrescarme pues el clima caluroso como el de ese dia no era muy de mi gusto, una vez salí del servicio me encontré con Opal cerca del mostrador charlando con él que suponía era él encargado del lugar por lo que me acerque presa de mi curiosidad - ¿estás bien? - cuestiono la mujer apenas me miro.
-Si, solo necesitaba refrescarme urgentemente.
-Ya veo que si - miro mi cabello un tanto húmedo.
-¿ya ordenaste algo?
-Si, espero no te moleste.
-Está bien, con esta hambre podría comerme una araña.
-Curioso que lo menciones por que casualmente él encargado me dijo que no hace mucho unos cazadores se presentaron por aquí.
-Supongo que de alguna forma hay que ganarse la vida.
-Eso es cierto, pero según él encargado no parecían ser del todo cazadores - ninguna dijo mas y nos concentramos en nuestra comida cuando esta llego, podía sentir las miradas curiosas de las pocas personas alrededor sobre nosotras y el precioso auto aparcado afuera.

(...)

Estábamos a punto de marcharnos una vez terminamos de comer cuando él encargado él cual se llamaba Takka igual que el restaurante menciono que era curioso que él viejo Cid tenía un auto parecido al nuestro en su taller, sin decir nada Opal y yo salimos de ahí y subimos al auto pero en vez de seguir derecho nos desviamos a donde el taller del mencionado Cid.

-Buenas, buenas - saludo una chica rubia con unos shorts muy cortos que lucían sus delgadas y largas piernas, una chaqueta amarilla pequeña que dejaba al aire su vientre plano y debajo solo su sostén - oh vaya que curioso ver tal belleza.
-Si el auto es precioso - respondio Opal a la chica.
-No me refería al auto yo lo decía por alguien más - los ojos claros de la rubia me miraron con una sonrisa que no puede evitar corresponder con gusto y divertida por la vibra que desprendía de ella - y todavía lo es más cuando sonríe que bien, soy Cindy - Cindy estiro su mano hacia a mi como saludo.
-Alanís - respondí sosteniendo su mano, luego ella hizo lo mismo con Opal.
-Y díganme señoritas ¿Qué las trae a Hammerhead?
-Solo estamos de paso -respondió Opal mirando alrededor.
-Bien creo imaginar por qué están aquí, mi abuelo está dentro siéntete libre de entrar, tal vez él pueda ayudarte - Opal me miro como pidiendo mi permiso lo cual me pareció tonto pero al fin de cuentas su deber era por así decirlo hacer de mi niñera hasta llegar a Altissia, yo le indique que estaba bien con un pequeño gesto y sin más ella se adentró al taller dejándome sola con Cindy quien me miraba encantada pero mas que nada curiosa - es la primera vez que alguien llama tanto mi atención, pero seguro debes estar acostumbrada, parece ser que no eres alguien que pase desapercibida tan fácilmente por lo que veo.
-Es la primera vez que me hablan tan directamente pero me agrada y no creo ser ese tipo de persona - reí contagiando a Cindy, no pude verlo al principio por la gorra que llevaba haciendo sobra a su rostro, pero podía notar pequeñas manchas de aceite en su rostro por lo que la pregunta salió sin pensarla - ¿tu reparas los autos? - Cindy inmediatamente rio más fuerte y mentalmente me golpe por la pregunta tan tonta, era obvio que si - es decir ¿no es difícil?
-No tanto y es algo que disfruto hacer ¿a ti que te gusta hacer?
-Dormir y leer un buen libro - respondí.
-Una chica simple ¡eh! - yo solo me encogí de hombros.
-Por cierto ¿Alguien con un auto parecido ha venido antes? - señale el auto, Cindy iba a responder pero al parecer algo a mis espaldas llamo su atención logrando que yo también me volteara a observar lo mismo que ella mientras se alejaba de mi hacia las cuatro figuras que se acercaban mientras yo por alguna razón comence a sentir una extraña sensación en mi estómago  acompañada de un acelerado palpitar dentro de mi pecho.
-Lamento haber tardado ¿a que esta preciosa? - expreso con orgullo la rubia señalando el auto  que era igual de lujoso al nuestro pero mucho mas bonito y elegante.
-Me daría pena hasta ensuciarla - un tipo grandote con el pecho descubierto y lleno de tatuajes fue él primero en hablar, su voz gruesa fue inconfundible dejandome saber quien era, despacio me acerque a donde ellos lo más sigilosa posible.
-¡vamos hacernos una foto! - grito con emoción la voz de Prompto, pero su mirada se desvió del auto hacia a mí y de inmediato sus ojos se agrandaron mucho más, en un segundo lo tenía con sus brazos alrededor de mí, incluso me cargo haciéndome girar un poco - Lanis ¿pero qué haces aquí? - dijo enérgicamente.
-Es una larga historia pero has de saber que yo también viajo a Altissia.
-Yo si quiero escuchar esa historia - la voz de Gladio llamo nuestra atención acercándose a donde nosotros, Prompto quien aún no me soltaba me estrujo aún más entre sus brazos como un niño al que le quieren robar su juguete favorito.
-Oye rubio me estas aplastando - me queje empujándolo lejos - hola Glad - salude un poco nerviosa no por él si no por el hecho de ser el centro de atención, especialmente de alguien en específico.
-¿Qué haces aquí?
-Bonita forma la tuya de saludar sobretodo porque hace mucho que no nos vemos, estas todavía mas alto de lo que recuerdo - dije levantando la cabeza para poder mirarlo a los ojos mientras este solo me dedico una pequeña sonrisa como diciéndome "lo se y también me da gusto verte" pero sin olvidar que aún no respondia a su pregunta.
-Puedo escuchar su escándalo desde adentro - la voz de aquel hombre que escuche en mi cabeza llamo la atención de todos - dejen de perturbar a la señorita quien solo está de paso ni más ni menos.
-Es mejor irnos - Opal se acercó a mí y disimuladamente pude ver sus intenciones de cubrirme de la vista de los cuatro hombres delante mio, entre ellos él príncipe de quien hacía rato sentía su mirada sobre mí y no negare que además de ponerme nerviosa me hacia sentir extraña en mas de un sentido, pero supongo que era normal hablando del futuro rey de Lucís, solo fue un breve momento pero cuando esos ojos azules y los míos se encontraron sentí como si el suelo bajo mis pies se volviera inestable y mi corazón se aceleró aun mas con violencia, al final fui yo quien aparto la mirada primero dejandome arrastrar por Opal hasta el auto sin poder despedirme de Propmto, Gladio o Cindy, pero sobre todo conteniendome de saltar a los brazos del principe Noctis algo que me tenía desconcertada.

Videntium (Noctis) Final Fantasy XVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora