A la mañana siguiente, desperté aún sintiendo el delicioso dolor del sexo con Jungkook en mis muslos. Me despabilé estirándome un poco y dándome vuelta, encontré vacío el espacio junto a mi.
Supongo que era natural no encontrarlo ahí. Me sentí un poco desanimado, hubiera esperado al menos que se despidiera, pero probablemente era lo mejor.
Me metí en la ducha y me enrollé en una bata para ir a la cocina a poner café, era parte de mi ritual diario antes de alistarme para ir al trabajo. Aún era muy temprano.Cuando entré en la cocina, me lleve una gran sorpresa...Jeon Jungkook estaba ahí, en bóxers, mostrando su ancha y sexy espalda.
—Buenos días.—se giró apenas me escuchó entrar—Estoy preparando panqueques, espero que te gusten.—dijo con una sonrisa y mostrándome un recipiente con la mezcla.
—Bu-buenos días.—respondí confundido—Pensé que ya te habías ido.
Su sonrisa desapareció.—Lo siento, no quise incomodarte, si quieres, me voy ahora—dijo soltando el recipiente en sus manos.
—No, no. No es eso, solo que no te ví al despertar y pensé...¡Olvídalo! ¡Me encantan los panqueques!—di saltitos de emoción y después me acomodé en la encimera de la cocina para observarlo con una sonrisa que lo invitaba a quedarse.
Jungkook se acercó a mi y tomó mi rostro en sus manos para besarme.—A mi me encantas tu.—me dijo en un tono sexy y ronco—Hueles delicioso—susurró inhalando con caricias mi cuello y enviando electricidad a todo mi cuerpo. Con un movimiento casi inconsciente abrí un poco mis piernas para dejarlo meterse entre ellas y apreté mis manos alrededor de su espalda para invitarlo a seguir besándome. Mordisqueaba mis labios y jugaba con un ritmo sensual haciéndome gemir bajo, apreté entre mis dedos su cabello. ¡Diablos! Lucia tan sexy alborotado por la mañana y yo necesitaba tocarlo. En un movimiento casi automático me levantó posando sus grandes manos debajo de mis nalgas y yo de manera instintiva rodeé con mis piernas sus caderas sintiendo su gran erección. Me llevo a la mesa del comedor donde comenzó una increíble sesión de besos, mordiendo y chupando mis labios. Soltó el amarre de mi bata para devorar mis pezones.
—Jungkook.—gemí en su oído cuando atrapó con sus labios uno de mis pezones.
Y ahí estaba, otra vez esa mirada oscura de depredador sexual, agitado.
Llevo sus besos hasta mi entrepierna, llenándome de besos, lamiendo mi agujero y sacando gemidos altos.
—Jungkook, por favor.—rogué entre gemidos, balanceándome hacia su rostro mientras recargaba mi cuerpo en una de mis manos y jalaba de su cabello.Sobra decir que tuvimos el mejor sexo mañanero de toda mi existencia, porque Jungkook era todo lo que podía desear. Un hombre amable, honesto pero un amante salvaje que sabía cómo complacer a su omega.
Mi relación con Jungkook era un sueño. Pasamos 11 fabulosos meses saliendo y enamorándonos más. Era el hombre más amable, cariñoso y detallista conmigo excepto en la cama. Cuando teníamos sexo era un animal salvaje que me hacía gritar como un lobito en celo, nunca antes había tenido orgasmos tan intensos en mi vida, nunca antes alguien se había preocupado por mi satisfacción.
¿Por qué no había conocido a alguien así antes?. Estaba enamorado y esta vez no era de un alfa que me desechaba después de saciarse.
La vida adulta y responsable me sentaba bien y me entretenía cuando él no podía estar conmigo por trabajo, por eso me negué a sus ofrecimientos económicos. Lo amo a él, pero amo mi vida como es ahora también. Era muy poco el tiempo que llevábamos juntos para renunciar a todo aunque estaba locamente enamorado de él.
Todo iba perfecto en mi vida, pero a veces el destino te juega malas pasadas...
Ese día, era mi día libre y en los últimos días Jungkook había estado metido en el trabajo cerrando unos negocios que yo no entendía muy bien, así que decidí darle una sorpresa. Me puse ropa interior sexy, un conjunto lindo y fui a su oficina para darle un respiro del trabajo mientras de paso tal vez, conseguía un par de orgasmos que necesitaba después de una semana agotadora en el trabajo. Hacerlo en su oficina era una fantasía que quería cumplir.
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I hate you, I love you
FanfictionDe un día para otro, Jimin perdió todo y tuvo que tomar las riendas de su vida para salvar la casa de su madre. Jimin sabe que los alfas millonarios solo buscan omegas como él para divertirse, así que evita hacerse ilusiones con un príncipe azul. L...